El día en que Ronnie Wood quiso lanzar a Keith Richards por la ventana (y otras historias de un salvaje)
Nacido el 1 de junio de 1947, el célebre guitarrista de los Rolling Stones acumula anécdotas salvajes en que hizo gala de su vida de rock, con abuso de drogas a destajo. Acá recopilamos algunas de sus historias más célebres.
Heroína en el hotel
Fue en un vestíbulo de Hotel, tras una noche jarana, cuando la entonces modelo Josephine Karslake se encontró con Ron Wood. Ya se habían conocido, pero el guitarrista de los Rolling Stones la había invitado a encontrarse en París. Así, ella llegó al hotel donde le había indicado, pero para su sorpresa el músico no estaba. Regresó de madrugada, junto a Keith Richards. Ahí la invitaron a su habitación.
“Ni siquiera me miró”, relata Jo en sus memorias, años después de haberse casado con Ronnie. “Simplemente se sentó en el suelo, comenzó a hurgar en una bolsa, sacó una cuchara de plata, un bote con pastillas y un encendedor. En unos segundos se estaba pinchando la droga a través de la chaqueta que llevaba puesta. Esperó un poco mientras las drogas hacían efecto y después me miró y dijo: ‘Un placer conocerte, querida. He oído hablar mucho de ti’”.
Apenas semanas después, Jo quedó embarazada de Ronnie. Intentaron hacer vida de pareja en Hollywood Hills, hasta que se mudaron a una casa que compraron en Mandeville Canyon, en Los Ángeles. Hasta allí llegó Keith Richards, quien se instaló en la casa de invitados. Así pasó los meses de embarazo, hasta que llegó el día en que dio a luz a su hija, Leah.
Al enterarse que la bebé venía en camino, Ronnie Wood y Keith Richards acompañaron a Jo al hospital. Una enfermera les preguntó quién era el padre de la criatura. Para su sorpresa, ambos contestaron: “Yo soy el padre”.
Un mechero personal
Tras unirse de forma oficial a los Rolling Stones en 1976, en reemplazo de Mick Taylor, Ron Wood no tardó en subirse al estilo de vida propio de una estrella de rock. Ya era conocido por su afición a las fiestas, pero al ser un Stone, todo se hizo mucho más intenso. En un momento se enganchó tanto a la cocaína, que llevaba consigo un mechero Bunsen a las fiestas para fumar cocaína pura, conocida como freebasing.
Se trata de un instrumento utilizado en los laboratorios científicos para calentar, esterilizar o proceder a la combustión de muestras o reactivos químicos. “Sentí que con la base, la base libre, me estaba controlando. No tenía control sobre ella. Me tomó cerca de tres años dejarla”, cuenta en el documental Somebody up there likes me. “Disfruté muchísimo. Lo llevé conmigo a donde quiera que fuera. Pensé que era lo mejor”.
Pese a los excesos, Wood asegura que tenía un límite para consumir. “Por suerte tenía una válvula para cortar. Si iba a ser demasiado en mi cuerpo, que decía ‘no, no te pases, no’ cruza esta línea, de lo contrario no lo lograrás. Siempre estuvo presente que podría ser un punto de parada o demasiado”.
“Miren lo que ha hecho ese maldito Keith”
Aunque Ron Wood y Keith Richards eran habituales compañeros de juergas y drogas, a veces tenían desencuentros. “Hubo una vez que Keith irrumpió en mi habitación y me encontró con la pipa [freebasing] y con otra mujer [él estaba casado con Jo Wood en ese momento]”, detalló en una entrevista con Daily Mail.
Allí se desató una gresca. “Keith se volvió loco, no tanto por la pipa sino por la mujer. En realidad es muy moral. Me dio un puñetazo en la cara y yo lo agarré y traté de tirarlo por la ventana. Me devolvió el golpe y luego salí corriendo a la habitación de al lado donde Mick (Jagger) y Charlie (Watts) estaban escribiendo juntos”, añadió el músico.
Pero Jagger y Watts apenas le prestaron atención. “Me quedé allí cubierto de sangre y les dije: ‘Miren lo que ha hecho ese maldito Keith’. Mick simplemente me miró y dijo: ‘Está bien, Ronnie, pero estamos trabajando aquí’, y continuaron con lo que estaban haciendo. Era así entonces, loco era lo normal.’
La pregunta de John Lennon
En una ocasión, cuenta en sus memorias, John Lennon y Joko Ono llamaron a la puerta de la habitación del hotel donde Wood y Richards se hospedaban durante una estadía en Nueva York.
Nada más entrar, el exbeatle le dijo a la japonesa: ‘Tú a lo tuyo’. Así que ella, diligente, se dirigió a una silla en un rincón, tomó un bulto de su bolso y se puso a tejer como si estuviera en su departamento.
Mientras, Lennon, directo, le preguntó a Keith Richards “¿Cuál es la droga del día?”. El menú indicaba heroína, droga que ya había tenido enganchado al Beatle años atrás. Así pasaron la tarde drogándose.
Un show aterrador
Tras años de juegas, Wood decidió dejar las drogas y el alcohol tras seis intentos de rehabilitación. En ello influyó su matrimonio con Sally Humphreys, 31 años menor que él. Irónicamente, el estar limpio casi le jugó una muy mala pasada la primera vez que se subió a un escenario totalmente sobrio.
“El primer concierto que hice limpio fue aterrador”, recuerda. “Fue en algún lugar de Canadá. Recuerdo estar allí de pie pensando: ‘No puedo hacer esto’. Nunca había estado en un escenario sin nada en mi sistema, se sentía como conducir un automóvil sin parabrisas. Me quedé junto al escenario temblando. Keith me estaba gritando: ‘La rehabilitación es para los que dejan de fumar, debilucho’, y luego aparece Mick, me rodea con el brazo y dice: ‘Ronnie, estarás bien. Te tengo’”.
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