Cuando River Phoenix fue Indiana Jones: el retrato de un actor hechizante
Indiana Jones y la Última Cruzada (1989) introdujo a Sean Connery como el padre del protagonista, pero también planteó otra jugada audaz: convocó al actor de Cuenta Conmigo (1986) para que interpretara a la versión adolescente del héroe. Recordamos esa historia a raíz del estreno esta semana de Indiana Jones y el Dial del Destino, la película final de la saga.
George Lucas y Steven Spielberg acordaron un trato de palabra: si la primera Indiana Jones funcionaba, se comprometerían a hacer dos más.
Crear la tercera fue la tarea más compleja para la dupla de cineastas. Barajaron varias ideas, hasta llegar a la definitiva: Indiana Jones y la última cruzada (1989) se trataría del encuentro entre un padre y un hijo, con la búsqueda del Santo Grial como telón de fondo. “Tres es un buen número”, decía Lucas durante esa época, satisfecho con la labor emprendida junto a su compañero.
Pese a que ese era el supuesto final de la saga –pasarían casi dos décadas para que se estrenara la cuarta parte–, los realizadores optaron por iniciar el filme con una secuencia ambientada en la adolescencia de Indy. Indiana Jones durante los días en que era boy scout.
Harrison Ford asumió la búsqueda de un actor más joven como una tarea personal. Unos años antes, en 1986, había filmado The Mosquito Coast, la cinta dirigida por Peter Weir y escrita por Paul Schrader. El papel no sólo le dio la oportunidad de indagar en territorios más oscuros de los que acostumbraba, sino que le permitió conocer al entonces promisorio River Phoenix.
El hermano de Joaquin Phoenix todavía era menor de edad cuando fue fichado en esa producción. Había brillado en Cuenta conmigo (1986) y The Mosquito Coast fue apenas el tercer largometraje de su carrera. Ford quedó impresionado con su desempeño encarnando a su hijo mayor (y narrador) en la historia. Le causó tan grata impresión que pidió que él fuera el encargado de darle vida a la versión más joven del doctor Jones.
“Me dijo: ‘El tipo que más se parece a mí cuando tenía esa edad es este actor llamado River Phoenix...’ Así que conocí a River y me pareció que era genial”, explicó Spielberg.
El segmento arranca en el año 1912 en Utah. El cabello y uniforme hacen ver a Indy como un niño, pero no lo es tanto: ya cuenta con el ímpetu y el apetito voraz por la aventura que lo convertirían en un héroe inolvidable. Eso es lo que aplica cuando encuentra a un grupo de ladrones robando en las cuevas de la localidad. Entre los objetos hurtados está la cruz de Coronado, una pieza histórica que, a juicio del protagonista, debiera estar resguardada en un museo y no en el mercado negro.
Le da órdenes a un compañero que se le une momentáneamente en la tarea e intenta escapar de los rufianes, hasta llegar a un tren que transporta a los animales de un circo. La secuencia de diez minutos es trepidante y encarna el mejor espíritu de la saga de Spielberg y Lucas.
El dúo se da el gusto de incluir la historia de origen de los diferentes objetos que definirían al personaje. El látigo y la cicatriz de su barbilla las obtiene cuando se enfrenta a un león, mientras que el sombrero se lo obsequia el líder de los ládrones en los últimos segundos de la secuencia, antes de que la cinta haga la transición hacia el presente, con Harrison Ford nuevamente tomando el mando.
Pero, además, ese pasaje de la trama sirve para introducir la singular relación entre Jones y su padre, interpretado por Sean Connery. El James Bond más icónico no muestra su rostro, pero su voz y el desdén con el que se dirige a su hijo ya instalan el centro dramático de la película.
Durante sus dos proyectos trabajando juntos, Ford generó un vínculo entrañable con River Phoenix. “Él interpretó a mi hijo una vez, y llegué a amarlo como a un hijo, y estaba orgulloso de verlo convertirse en un hombre con tanto talento, integridad y compasión”, expresó a The New York Times en 1993.
Entregó esas declaraciones en situaciones dramáticas: tras conocerse la muerte de Phoenix, a los 23 años y debido a sobredosis de opioides. El mundo del cine se impactó con su deceso y, aunque su aparición en la historia fue puntual, dejó un vacío en el corazón de la saga de aventuras.
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