La tensión ha escalado durante las última semanas y tiene en vilo a toda la industria. El Sindicato de Actores (SAG-AFTRA, por sus siglas en inglés) se prepara para dar inicio a su primera huelga en 43 años
Tras el fracaso en las negociaciones de última hora, este miércoles expiró el contrato que une al gremio con los estudios y plataformas que lideran el medio, que se agrupan en la Unión de Productores de Cine y Televisión (AMPTP).
“SAG-AFTRA negoció de buena fe y estaba ansioso por llegar a un acuerdo que se hiciera cargo adecuadamente de las necesidades de los artistas, pero las respuestas de la AMPTP a las propuestas más importantes del sindicato han sido insultantes e irrespetuosas con nuestras importantes contribuciones a este industria”, declaró la presidenta de SAG-AFTRA, Fran Drescher.
“Hasta que negocien de buena fe, no podemos empezar a llegar a un acuerdo”, agregó, realizando un llamado a que este jueves la Junta Nacional vote el inicio de la huelga.
En tanto, desde la Unión de Productores de Cine y Televisión expresaron sentirse “profundamente decepcionados con que SAG-AFTRA haya decidido alejarse de las negociaciones. Esta es la elección del gremio, no la nuestra. Al hacerlo, ha descartado nuestra oferta de históricos aumentos salariales y de regalías”.
Esta es la primera paralización de actores desde 1980 y la primera vez en que intérpretes y guionistas están movilizados al mismo tiempo desde 1960, cuando Ronald Reagan presidía la agrupación.
La posibilidad de la huelga era real desde que, el pasado 5 de junio, los miembros del Sindicato de Actores votaron en un 98 % a favor de autorizarla si no se podía llegar a un acuerdo que consideraran justo.
¿Qué exige el Sindicato de Actores?
SAG-AFTRA solicita una serie de mejoras en las condiciones laborales de los actores que representan. Ellas se agrupan en “equidad económica, regalías, regulación del uso de inteligencia artificial y aliviar el agobio producto del cambio de toda la industria hacia las audiciones autograbadas”.
El gremio apunta a que la industria actual está orientada a la realización de series con menos capítulos que antes y a que existen pausas más extensas entre los rodajes de cada temporada.
En consecuencia, eso genera que sea “cada vez más difícil para nuestros miembros alcanzar y mantener un estilo de vida de clase media trabajando como actor”, en un contexto en que, aseguran, las ganancias de las compañías van al alza, “como lo demuestra la generosa compensación de los ejecutivos corporativos”.
Además, apuntan a cómo el modelo impuesto por el streaming no ha se traducido en mejoras en los pagos por emisión de películas y series. “Los pagos de regalías no reflejan el valor económico de esta exposición”, plantean.
La misma entidad sostiene que “la inteligencia artificial ya ha demostrado ser una amenaza real e inmediata para el trabajo de nuestros miembros”, por lo que piden “protecciones contra su uso indebido” y “compensaciones justas”.
Por último, se centran en una práctica que se incrementó y consolidó durante la pandemia: las audiciones registradas por los propios actores, que sustituyeron al formato convencional de casting. “No se encuentran reguladas y están fuera de control”, apuntan.
¿Cómo impacta en las series y películas?
Si la huelga de guionistas provocó un impacto en la industria, causando la suspensión de rodajes y la postergación de proyectos, la huelga de actores podría gatillar consecuencias más visibles.
SAG-AFTRA establece que, en caso de paralización, sus integrantes no podrán participar en actividades promocionales, lo que cancelaría su asistencia a giras de prensa, avant premieres y festivales. En ese sentido, el Festival de Venecia, que se desarrollará a partir del 30 de agosto, no contaría con intérpretes estadounidenses, británicos y cualquiera que pertenezca al Sindicato de Actores.
La premiere de Oppenheimer realizada en Londres dejó una imagen que grafica las secuelas: al dirigirse al público en la sala, Christopher Nolan anunció que el elenco del filme, que asistió a la alfombra roja, había abandonado el evento en solidaridad con la decisión del gremio.
Aunque los estudios se han preparado para una movilización de este tipo, lo cierto es que hay varios proyectos de alto calibre que se verían forzados a detener sus filmaciones. Entre ellas se cuenta la secuela de Gladiador, que Paul Mescal y Pedro Pascal filman bajo las órdenes de Ridley Scott en Marruecos.
También se paralizarían las grabaciones de la serie de HBO House of the dragon, que actualmente graba su segunda temporada en Inglaterra y España.
Debido a que las reglas del Sindicato de Actores aplican a sus miembros en todo el mundo, también se verían afectados los rodajes de Beetlejuice 2, la adaptación del musical Wicked, el segundo ciclo de Industry (HBO) y la nueva tanda de episodios de Doctor Who.
Si la paralización se extiende durante varios meses, podría impactar directamente en la realización de ceremonias de premios (como los Emmy, fijados para el 19 de septiembre) y en el calendario de estrenos de estudios y plataformas.