“Era una persona muy sencilla, no una superstar”: las mejores historias tras los dos shows de Sinéad O’Connor en Chile
La fallecida cantante irlandesa solo estuvo en dos ocasiones en Chile, en el concierto de Amnistía Internacional de 1990 y en la primera edición de Womad Chile, en 2015. Sus organizadores detallan a Culto cómo se gestaron ambas visitas, además de puntualizar el rol de Peter Gabriel y Sting en la primera vez, y la rápida gestión que se logró para la segunda. Hay coincidencia en destacar a la artista como una persona muy afable y tranquila, pese a los demonios que la consumían.
Cuando Chile se reencontraba con la democracia, a comienzos de 1990, también lo hacía con los grandes conciertos. Un antecedente fue la recordada presentación de Rod Stewart en el Estadio Nacional, en marzo de 1989. Pero con la salida de la dictadura militar el escenario cambió y ello posibilitó la llegada de artistas que no habían podido venir al país. En ese contexto ocurrió la primera visita de la recién fallecida cantante Sinéad O’Connor.
La irlandesa fue parte del evento Desde Chile...un abrazo a la esperanza, un show de dos jornadas organizado por Amnistía Internacional en octubre de 1990. Ya se había intentado traerlo en 1988, pero al no conseguir la autorización por parte de las autoridades de la dictadura, se debió trasladar al estadio Malvinas Argentinas, en Mendoza, Argentina.
Todo cambió con la llegada de la democracia. La directiva del movimiento en Chile notó que tenía una nueva oportunidad. En el grupo participaba el actor Ramón Farías, quien se integró al equipo que organizó el concierto. “Yo pertenecía a la directiva de Amnistía Internacional aquí en Chile y con la llegada de la democracia, surgió la idea de que pudiéramos hacer ese concierto acá -recuerda al teléfono con Culto-. Fui nombrado parte de la comisión junto con dos abogados. En mi calidad de actor me dijeron ‘tú sabes de estas cosas’, pero yo no cachaba nada (ríe)”.
Así comenzaron los preparativos. “Esto se fue armando con Amnistía desde desde Londres, que es donde está la central. Nos comunicábamos con ellos para ver las posibilidades de fecha, conseguirnos el Estadio Nacional”, rememora Farías. Allí consiguieron el apoyo de dos personajes clave. “Sting estaba súper interesado en venir, el otro era Peter Gabriel. En el fondo, ellos dos ayudaron a convocar a todos los artistas que estuvieron. Así conseguimos a New Kids on the Block, Tracy Chapman, Jackson Browne, hasta la Luz Casal, que en esa época no era conocida, en el fondo ella vino a promocionarse”.
“Ahí fue que nos propusieron a la Sinéad O’Connor, porque ella quería venir. Nosotros dijimos Ok”, apunta Farías. Un detalle es que tanto artistas como personal técnico llegaron al país para presentarse de manera gratuita. “Al principio iba a ser un solo día, pero fueron tantos los que se interesaron en venir, que tuvimos que hacerlo en dos. Me acuerdo, eso sí, que todavía existía mucho miedo de todo lo que pudiera pasar, estaba recién volviendo la democracia”.
Los conciertos se programaron el viernes 12 y el sábado 13 de octubre de 1990. El primer día estuvo marcado por la presencia de los New Kids on the Block, los ídolos juveniles del momento. En el segundo, subió a escena el fuerte de los artistas internacionales; Wynton Marsalis, Rubén Blades, Peter Gabriel, Sting y Sinéad O’Connor. También estuvieron presentes los chilenos Inti Illimani y Congreso.
La irlandesa era la estrella del momento gracias al éxito de I Do Not Want What I Haven’t Got, su segundo álbum de estudio lanzado ese mismo año. Este incluía el hit Nothing compares 2U que por supuesto sonó en el Coliseo de Ñuñoa, en uno de los momentos más emotivos de la jornada. Además acompañó a Peter Gabriel cantando Don’t give up y participó en la obertura con la interpretación colectiva del clásico Get up, stand up, de Bob Marley. En ese punto, leyó una dedicatoria a las mujeres presas políticas y pidió un minuto de silencio por aquellos que murieron en el recinto mientras fue campo de detención en los primeros días de la dictadura.
“Yo me acuerdo que me topé con ella un par de veces en el backstage. Era una persona muy sencilla, no era como una superstar como lo que era en ese momento, tú podías conversar con ella tranquilamente. Le balbuceé un par de cosas en inglés, estaba emocionado por lo que significaba que ella estuviera ahí con el exitazo que tenía en ese momento”, recuerda Farías.
La jornada en el Nacional estuvo cargada a los simbolismos. Entre estos, la presencia de algunas de las mujeres de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, durante la presentación de Sting. “Fue algo muy emocionante, los artistas que vinieron estaban comprometidos con el tema de los Derechos Humanos”, dice Farías.
Y por supuesto, Sinéad O’Connor también se sumó. Durante su presentación, en que hizo gala de una conexión con el público, hizo una dedicatoria al joven fotógrafo Rodrigo Rojas De Negri, muerto a causa de las quemaduras que le provocó una patrulla militar durante una jornada de protestas en 1986. También, en un tieso español, leyó una dedicatoria a las mujeres del país a quienes les dijo que “son una inspiración para mí”. Farías recuerda que los gestos no fueron conversados, a la artista simplemente le nacieron. “Fue espontáneo, si lo que los artistas iban a hacer en el escenario era un tema de ellos, cada quién hacía el homenaje que quería hacer. En este caso a ella le tocó el tema y lo hizo”.
El regreso 25 años después
Sinéad O’Connor regresó a Chile recién en 2015. Por entonces se había alejado de la música pop para indagar en otros estilos, sin mayor ambición comercial. Así, se interesó en la música tradicional irlandesa e incluso, en 2004 viajó a Jamaica para empaparse de la cultura rastafari. El resultado de esa inquietud lo plasmó en Throw down your arms (2005), el álbum en que exploró a profundidad el reggae y es considerado uno de los puntos altos de su carrera.
Ese acercamiento de la irlandesa a la world music fue lo que llamó la atención de Giorgio Varas, el director de la versión chilena del Festival Womad. Por ello fue el número fuerte de la primera edición del evento celebrado el 15 de febrero de ese año, tal como hoy, en la Plaza de la Paz de Recoleta.
“Yo quería un número internacional potente para lanzar el primer Womad Chile y generar interés por el Festival, más en un lugar súper improbable como la Plaza de la Paz -detalla a Culto-. Entonces buscamos una figura de ese nombre porque no había venido al país hacía mucho tiempo, además tenía cercanía con la familia Womad porque había trabajado con Peter Gabriel y había hecho cosas de world music. Logré hacer el contacto a través de su agente, la respuesta fue muy rápida y en una semana logramos cerrar todo”.
Según Varas hubo dos factores que ayudaron a cerrar rápido la negociación. “Uno, que ella conocía el proyecto del Festival Womad y por tanto sabía de lo que estábamos hablando. Y lo segundo, es que ella tenía recuerdos de su primera vez en Chile, entonces la propuesta le debe haber interesado. Coincidió con que estaba en un muy buen momento”.
Varas recuerda el ánimo de la cantante. “Estaba muy interesada en Chile. Estuvo tres días y en todos conversé un poco con ella. El primer día la fui a saludar al Hotel, me atendió en el lobby y estaba descalza. Me agradeció, quería saber más cosas de Chile, entender el tema de dónde venía a tocar. Entiendo que también tuvo una salida una noche y además accedió a dar una conferencia de prensa. No tuvo ninguna exigencia”.
En la conferencia de prensa, Sinéad O’Connor recordó su debut en el país. “Realmente la única invitación formal fue de la gente de Womad, no había sido invitada desde la última vez en 1990, quizás porque lloré demasiado -señaló-. Recuerdo que era un momento muy triste para mí, yo en ese momento era muy joven, tenía 23 años, y vivía también en un país donde había mucho conflicto, entonces estar ahí reflejaba la misma tristeza que yo sentía en casa”.
Vestida de sacerdotisa, O’Connor interpretó un set de 17 canciones, cargado a los temas del álbum I’m Not Bossy, I’m the Boss (2014) el que resultó ser el último de su carrera. Pero incluyó algunos cortes más antiguos como The Emperor’s New Clothes y por cierto, la clásica Nothing Compares 2U, pese a que meses después aseguró que no la cantaría nunca más en vivo. En todo caso, la irlandesa tuvo un largo hiato de los escenarios hasta reaparecer en una late irlandés en 2019, ya convertida al islam.
Tras el show, Giorgio Varas pudo saludarla en el camarín. “Me preguntó por el Cementerio general que queda al frente. Me preguntó si ahí estaban enterrados Víctor Jara, Violeta Parra, Allende y Neruda, que era lo que conocía. Era bien amable, estaba en un momento muy tranquilo, no recuerdo haberle visto perturbada ni nada de eso”.
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