Los Tres entre la espada & la pared: los momentos de tensión y encuentro que han marcado a una leyenda
El regreso de la banda penquista, con su formación original, es el suceso musical de la temporada. Los expertos lo celebran porque aporta una densidad distinta y conecta con el legado de su trabajo en la década de los 90. El grupo tiene una historia en que se han sucedido quiebres y reencuentros, cruzados por variadas tensiones: diferencias musicales, la dinámica de la industria, la exigencia de la ruta internacional, el ánimo de enfocarse en proyectos personales. Acá, un resumen a esos momentos de quiebre y reencuentro, que suma un nuevo capítulo
El regreso de Los Tres con su formación original tras 23 años, es la noticia musical más importante del año. Una vuelta que llega tras una reconciliación que el mismo Álvaro Henríquez había deslizado en una reciente entrevista con Culto. “Lo que yo te digo es que por la historia de Los Tres, uno nunca sabe. Somos un grupo misterioso. Hemos hablado varias veces también, hay buena onda entre nosotros, todo bien. Pero, como te digo, nunca se sabe, no te podría decir más”.
Hasta abril de este año, el grupo se mantenía en activo solo con dos de sus músicos fundadores, Álvaro Henríquez y Roberto “Titae” Lindl, pero anunció un nuevo “receso indefinido” tras la gira Rarezas, en que interpretaron parte de su repertorio menos habitual. El mismo Henríquez explicó a Radio Futuro que la decisión es más bien como un descanso.
“Tocamos harto este último año con Los Tres. Entonces nos venía bien un receso y también para darle un poco de aire a los Pettinellis. Para yo también tener a mi grupo ahí controlado, digamos para que funcione bien”, señaló. Luego añadió un detalle. “Para que la gente sepa nosotros nunca terminamos mal con Los Tres, siempre terminamos en buenos términos. Entonces cada vez que veo al Ángel o al ‘Titae’, qué sé yo al Pancho, siempre es una alegría verlos. Los tengo siempre presentes a ellos también”.
Como informó Culto, los penquistas se reencontraron hace algunos meses y concretarían el regreso a los escenarios para la temporada 2024, con shows en Santiago y Concepción. Un encuentro que ha estado cruzado por las buenas relaciones entre los músicos. El baterista Francisco “Pancho” Molina reaccionó a la noticia con una publicación en su cuenta de Twitter: “Espero algún día tocar con ellos. Estamos en buenas relaciones. Honro mi pasado y la música que hice con Álvaro, Ángel & Titae.Bendiciones para ellos y para tod@s uds”.
Marcelo Contreras, crítico de música de Culto, dice al respecto: “Los grandes regresos, los que realmente valen la pena, deben ser de esta manera: la alineación original. Siempre fue difícil masticar y tragar el retorno de Los Tres de 2006 sin Pancho Molina. Joe Strummer lo dijo, tu banda es tan buena como lo es tu baterista. Los Tres sin la muñeca de oro de Molina -su toque, el juego, la cachaña- no eran Los Tres. La mejor noticia del año para una escena que necesita un remezón. Si la nostalgia es el camino una vez más, adelante”.
El periodista de Culto Felipe Rodríguez también pone en contexto esta nueva reunión de Los Tres. “Junto a Los Prisioneros y Los Bunkers, Los Tres son la banda más relevante de los últimos 40 años y, en ese sentido, la vuelta con la formación original es una excelente noticia para la música chilena. Es cierto que Henríquez y Lindl seguían activos como Los Tres, pero esa versión no tenía el nervio ni el músculo del grupo original. Más bien, eran shows hechos con el piloto automático. El regreso de Parra y Molina le imprime el espesor primario y más celebrado de una banda cuyas canciones han envejecido con dignidad y distinción. Sería ideal, por cierto, que realizaran nueva música. Talento hay de sobra”.
Por su lado, la editora general de Radio Concierto, Bárbara Alcántara, aquilata este rencuentro en la historia musical chilena. “Se trata de una de las bandas más importantes del rock chileno, dueños de un catálogo que musicalizó las vidas de toda una generación, la de los 90. Si bien, la génesis de la agrupación fue el rock, el cuarteto se destacó por reivindicar ciertas raíces de la música chilena, como la cueca. Es sabido que en 1995 visibilizaron parte del repertorio de Roberto Parra al dedicarle el MTV Unplugged junto con interpretar algunas de sus canciones. Un año más tarde dan vida a la Yein Fonda y allí congregan a Los Chileneros, el Tio Lalo Parra, Ester Zamora, entre otros y otras. Estas acciones ayudaron a consagrar a Roberto Parra y a ellos los posicionó como quienes tuvieron la audacia de darle la importancia que merece al mencionado género junto con sacarlo de la ruralidad”.
“Y si de reivindicación se trata, no podemos olvidar lo que hicieron con la balada chilena, incluir a Buddy Richard con Tu cariño se me va estableció un puente entre generaciones y acercó a las nuevas a la balada de guitarra eléctrica. En definitiva y destacando lo fundamental, además de la mezcla de estilos que desarrollaron (jazz, rock and roll, balada, cuecas) junto con las formidables letras, lo de ellos fue una proclamación de la identidad nacional y eso, en esa época, no lo hacía nadie. Por lo tanto el regreso de su formación original es pura celebración”, agrega.
Quiebres y reuniones
A lo largo de su historia, la banda ha pasado por varios momentos de tensión y reunión. Luego de una primera etapa concentrada en la década de los noventa, en que lanzaron sus discos más reconocidos, como La espada & la pared (1995), Fome (1997), y el histórico MTV Unplugged, el grupo anunció un receso indefinido en abril del año 2000, tras lanzar el álbum La sangre en el cuerpo(1999), el último que tuvo a los cuatro integrantes fundadores, algo así como el Abbey Road de Los Tres.
En rigor se trató de un quiebre cruzado por las tensiones y el desgaste de la alta exposición mediática que tenía el grupo en su momento de mayor auge. Algo que de alguna forma contrastaba con las personalidades más bien reservadas de los músicos. El mismo Henríquez, en su visita al programa Plaza Italia, en 1998, detallaba que no era muy amigo de las entrevistas. “Me incomoda un poco, lo encuentro raro, pero aperro igual, programas como este aperro, pero en otros (...) me parece correcto, pero me siento incómodo nomás”.
Más aún con el desgaste del trabajo de promoción que el grupo comenzó en mercados internacionales como en México. Tras el éxito arrollador del Unplugged, Los Tres fueron considerados prioridad regional por la discográfica Sony Music, pero el proceso acabó por menguar las energías de la banda. Más, con la exigencia de resultados comerciales lo que entraba en tensión con el deseo de la banda de trabajar producciones musicales más refinadas. De allí que el receso fuese de alguna forma un momento de pausa entre la tormenta. “Lo merecemos. No ha habido año en que no hiciéramos algo importante. Ese desgaste se nota y hay que asumirlo”, explicaron en una declaración recogida en Música Popular, la enciclopedia en línea de la música chilena.
Asimismo, como ha sucedido y sucederá en muchas bandas, había diferencias musicales entre los integrantes, en particular con Pancho Molina. Así lo explicó Lindl en una entrevista de 2014 para un portal mexicano. “Molina se fue porque en la última etapa de Los Tres, cuando grabamos La sangre en el cuerpo, hubieron demasiados desencuentros con él. Nosotros íbamos para un lado, él iba en caminos demasiado opuestos. Por eso tuvimos que hacer un receso porque puso en juego la estabilidad del grupo”.
En 2013, Pancho Molina fue consultado por el portal Paniko si quedaron heridas en ese primer quiebre. “Yo creo que, al menos en mi caso, no las hubo. Más bien, era la necesidad de terminar. Claramente, cuando paramos con Los Tres en el 2000, la industria de la música tenía otro switch. Había un replanteamiento entero y ya habían sido 15 ó 17 años de eso y yo estaba listo”.
Como se sabe, Los Tres regresaron en marzo de 2006 en una reunión de Henríquez, Lindl y Parra, sin Molina, cuyo puesto fue ocupado primero por Manuel Basualto, y luego por Boris Ramírez. Una formación que editó los sólidos discos Hágalo usted mismo (2006) y Coliumo (2010), además del álbum en vivo Arena (2007), que registró sus shows de regreso a los escenarios en el Movistar Arena. Incluso esa formación regresó al Festival de Viña en el año 2007.
Pero el reencuentro tuvo otra baja con la salida de Ángel Parra en 2013. En su momento, este medio informó que el guitarrista le comunicó el adiós a sus compañeros a través de un correo electrónico y, entre las razones, apuntó principalmente a sus escasos deseos de emprender giras fuera de Chile. Una situación que ya había estado en juego durante la carrera en la década de los 90. Desde ese momento, el guitarrista priorizó sus proyectos personales, como su colaboración con el cantautor Manuel García, su proyecto de jazz, sus trabajos para producciones audiovisuales (como la del programa de televisión Lugares que hablan), la regrabación del disco Las últimas composiciones de Violeta Parra, entre otros.
“Tenía que salir del grupo. Tenía que juntarme con un gran compositor. Tenía que hacer mil canciones con él. Tenía que girar con él. Empezar a tocar más folclore. Empezar a tocar a Violeta Parra, mucho más. Salir un poco del tío Roberto (Parra), de esa música, para entregar todo lo otro que tengo. Entonces, ha sido fantástico. Puedo decir que ha sido pura ganancia”, explicó el mismo Parra a este medio en 2015.
En esa misma conversación, Parra no descartó un reencuentro a consideración que todo ocurrió en buenos términos. “No hay ninguna copucha más que contar. La gente sabe cómo soy yo y eso es lo importante. Soy transparente, de una sola línea, que me gusta hacer ciertas cosas que tienen que ver con entregar algo al pueblo. Siempre estoy buscando eso. La gente sólo me ha felicitado por la valentía. Ahora, cuando no estoy en el escenario, y tocan Los Tres, no sé lo que pasará. No estoy. Pero pasan los años y de repente se juntan las bandas. De repente podría pasar cualquier cosa en 10 años más. Como no hay resquemores, cualquier cosa puede pasar”. Y pasó.
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