Reseña de libros: de Camila Sosa a Paulina Jara
Una novela que explora en los afectos, la familia y la maternidad, protagonizada por una actriz travesti, escrita por la autora de Las Malas; un ensayo en torno al amor, sus facetas y dilemas, del sicoanalista italiano Massimo Recalcati, y una encantadora fábula en versos en torno a una intrépida cabellera, en los libros de la semana.
Tesis sobre una Domesticación, de Camila Sosa (Tusquets)
Ella es actriz, exitosa y algo arrogante. Su esposo es un abogado que proviene de una familia de clase alta, con casa en el campo, caballos y ama de llaves. “El esposo de la actriz es un homosexual huérfano forrado en guita”, dice la narradora. “Ella es una de esas travestis que, como dicen las viejas, supo casarse bien. Aunque, claro, no era ninguna pobrecita soltera. A pesar de no contar con ningún abolengo más que el campesinado de su padre y hippismo elitista de su madre, antes del matrimonio ya vivía a cuerpo de reina gracias a su trabajo”. Aunque ella es ligeramente misántropa y no gusta de viajar, juntos solían ir a fiestas y disfrutar de su relación. Hasta que él le propuso adoptar. Para ella el modelo de maternidad fue una guerra con su madre. “Yo no quería eso. No quería jugar a la casita. No quería tener un hijo con vos. Yo quería nuestro egoísmo”, piensa. De todos modos, ella cede y adoptan un niño seropositivo, hijo de una madre que murió a causa del VIH. Camila Sosa, la aplaudida autora de Las malas, amplía su exploración narrativa al terreno de los afectos, la familia y la maternidad. Escrita con audacia y sensibilidad, la novela configura una historia provocadora, dulce y áspera, que cuestiona y conmueve.
Retén el beso, de Massimo Recalcati (Anagrama)
Imprevisible, misterioso, a veces turbulento, el amor suele eludir las razones. “Tal vez sea el beso la imagen que, por encima de cualquier otra, mejor condensa la belleza y la poesía del amor”, dice el ensayista y sicoanalista italiano Massimo Recalcati. “Todo amor está destinado a retener el beso. Solo el beso es capaz de conjugar la lengua que declara el amor con el cuerpo del amante”, dice. Este ensayo explora en algunas dimensiones del amor, que suele presentarse de sorpresa, como algo nuevo, que altera el fluir del tiempo. “El sujeto amoroso vive todo encuentro con el ser amado como una fiesta”, dice Roland Barthes y el autor lo cita en este libro que dialoga con la filosofía, el cine y la poesía. ¿El amor arde o perdura? ¿Cuánto dura el amor?, son algunas de las preguntas de este ensayo que también aborda el deseo, los hijos y la traición, y que apuesta por “la belleza del amor que sabe perdurar”. Como el del filósofo André Gorz por su esposa Dorine: “Recién acabas de cumplir ochenta y dos años. Y sigues siendo bella, elegante y deseable. Hace cincuenta y ocho años que vivimos juntos y te amo más que nunca. Hace poco volví a enamorarme de ti una vez más”, escribió Gorz antes de elegir morir juntos, debido a una grave enfermedad que sufría su esposa.
La Cabellera Andante, de Paulina Jara (Recrea Libros)
Había una vez una peluca, que pasaba el tiempo leyendo historias de amor en una vieja peluquería, donde servía de decoración. Aburrida de su vida sedentaria y sin emociones, fue en búsqueda de aventuras: “Al igual que don Quijote/ su mente se trastornó,& quiso ser un caballero& y así comenzó su misión”. De este modo la peluca olvidada pasó a ser una intrépida Cabellera Andante. Fue de cabeza en cabeza, “cubriendo calvas heladas/ o azotados por el ventarrón”. También ayudó a señoras “teñidas con mucha pasión” y solía ser llamada por “niños carentes de diversión,/ actrices viejas y cansadas,/ y algún payaso para su función”. Una vez llegó a un pueblo maldito, asolado por piojos, “feroces como un dragón”. Armada de su peineta, la Cabellera Andante los enfrentó, y antes de que la declararan hija ilustre, continuó su andadura entre los bosques. Paulina Jara, autora del bello libro La balanza inclinada, entre otros títulos, convierte a una triste peluca en la protagonista de una historia de aventuras. Con versos tiernos y divertidos, y alegres y coloridas ilustraciones de Fran Bustamante, la poeta entrega un relato imaginativo y delicado, salpicado de humor, contagiado de empatía y curiosidad por la vida, la naturaleza y los demás.
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