¿Una obra maestra? Cinco claves para acercarse a Los Asesinos de la Luna, la nueva película de Martin Scorsese
Su primer filme desde El Irlandés (2019) se inspira en los crímenes que se cometieron en los años 20 al interior de la Nación Osage, considerada en su momento la comunidad más rica per cápita del mundo. Con una duración de 206 minutos, se erige como una obra inquietante y densa que vuelve a confirmar su exuberancia como cineasta. Llega este jueves a las salas del país.
*Un sólido libro como base
El escritor y periodista estadounidense David Grann se lanzó a escudriñar las circunstancias que llevaron a que decenas de miembros de la Nación Osage murieran en los años 20. Sin mucha información disponible, comenzó su investigación visitando el Museo Osage en Oklahoma, donde se encontró con una fotografía de nativos americanos posando junto a hombres blancos, a la que le faltaba un trozo. La respuesta que encontró es que los propios integrantes de la comunidad habían quitado el rostro de uno de los autores de la tragedia que afligió a sus ancestros. En sus palabras, “el diablo estaba parado ahí mismo”.
Ese fue el primer paso para crear Killers of the Flower Moon: The Osage murders and the birth of the FBI, el elogiado libro lanzado en 2017 que indaga tanto en la investigación policial de los crímenes como en las lógicas que primaban en la localidad durante esa época. Martin Scorsese se enteró de ese caso a través del guión que escribió Eric Roth, con quien empezó a trabajar en un largometraje hasta encontrar el foco adecuado. Hoy el cineasta desarrolla otra adaptación de Grann: The Wager: A tale of shipwreck, mutiny and murder (2023), un libro centrado en la historia real del HMS Wager, una nave de la Marina Real británica que recorrió Sudamérica en el siglo XVIII, incluida la costa de Chile.
*El cambio de roles de Leonardo DiCaprio
Los asesinos de la luna es la sexta colaboración entre el director y Leonardo DiCaprio, una dupla que se ha vuelto inseparable desde que filmaron Pandillas de Nueva York (2002). Cuando se hizo oficial que se reencontrarían para dar vida a la adaptación del libro de David Grann, ambos consideraron pertinente que interpretara a Tom White, un investigador enviado a Fairfax por J. Edgar Hoover con la misión de despejar las circunstancias en que fallecieron los integrantes de la Nación Osage.
Durante la preparación, DiCaprio sugirió asumir el rol de Ernest Burkhart, el sobrino de Hale, gatillando un cambio de dirección del guión. Scorsese concluyó que el verdadero eje del filme estaba en Burkhart y su relación con Mollie Kyle (Lily Gladstone), la hija de una adinerada familia Osage. A partir de la exploración de la dinámica de ese matrimonio, donde conviven con similar intensidad el amor y la traición, narra el dramático episodio que involucró a los nativos americanos en los 20. Por cierto, White sigue jugando un rol importante, interpretado por Jesse Plemons, pero está lejos de ser el protagonista.
*Robert De Niro habita las sombras
Bajo la dirección de Scorsese, Robert De Niro ha interpretado a personajes sometidos por diferentes demonios, ya sea el dinero, el poder o la mafia. En El Irlandés (2019), su anterior cinta juntos, encarnó la amargura que rodeaba a Frank Sheeran, por años el principal sospechoso del crimen del líder sindicalista Jimmy Hoffa.
Canalizando otro registro, en Los asesinos de la luna da vida a la frialdad de William Hale. Según describe el largometraje, es un empresario ganadero que se ha ganado el respeto y la confianza de los miembros de la Nación Osage. Por tanto, tiene todos los canales abiertos para favorecerlos o destruirlos, que es lo que termina haciendo. Scorsese no intenta en ningún momento ocultar que él es la mente detrás de los crímenes. Más bien, examina en detalle el despliegue del mal, sostenido en el tiempo en absoluta impunidad.
*El papel de la Nación Osage
Martin Scorsese contactó a los actuales líderes de la Nación Osage mientras trabajaba en los preparativos de Los asesinos de la luna. Visitó su localidad y fue partidario de que el rodaje se desarrollara en el lugar en el que ocurrieron los hechos reales. Además, muchos de los miembros de ese pueblo actúan en el largometraje, en papeles secundarios o como extras.
“Lo más importante para mí fue dejar claro que no iba a hacer una película en la que unos cuantos Osage serían simplemente víctimas en el fondo, que estábamos abordando el proyecto con un espíritu muy diferente”, explicó recientemente a The Guardian.
Si bien el punto de vista le pertenece a Ernest Burkhart, la cinta aporta matices que enriquecen su perspectiva. La voz de Lily Gladstone –actriz nativa americana que creció en una reserva en Montana– estremece al describir los asesinatos de los Osage y su poderosa presencia en pantalla es fundamental para terminar de comprender lo que el cineasta buscaba.
*La inquietud de un maestro
A las puertas de cumplir 81 años, el autor de Buenos muchachos (1990) aún tiene combustible para filmar películas ambiciosas que se adentran en temas que no ha abordado exhaustivamente en sus cintas previas. Lo demostró con Silencio (2016) y con El Irlandés, y lo vuelve a confirmar con Los asesinos de la luna, su filme de 206 minutos en que se pregunta sobre cómo las heridas provocadas hace un siglo resuenan en el ADN del Estados Unidos actual. Esa interrogante lo acecha y responde creando una obra perturbadora, densa y en ningún caso simplista. En cada imagen parece estar descubriendo nuevos territorios del lenguaje cinematográfico y expandiendo los límites de una filmografía que hace rato lo convirtió en un indispensable de su arte.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.