Aline Kuppenheim y la compañía Teatro y su Doble reestrenan su primera obra de marionetas

Adaptación en miniatura del cuento ruso de Nicolaï Gogol, El capote estará en temporada en Teatro Zoco del 18 de noviembre al 3 de diciembre, con funciones de sábado y domingo a las 12.00 horas. Entradas a la venta en Punto Ticket.

Akakiy Akakievich, un hombre solo, sencillo, trabajólico y sin ambiciones, deambula en su espacio diminuto de manera ordenada y en silencio. Hasta que un día, como por arte de magia, algo lo sacude y le devuelve lo esencial que había perdido.

La puesta en escena de este montaje tomó dos años de arduo trabajo, entre la adaptación del texto y la creación y construcción de los pequeños muñecos. “Hicimos El capote en el total misterio de lo que iba a ocurrir, y lo primero que nos llamó la atención fue la intensidad de la respuesta del público”, dice su directora, Aline Kuppenheim.

“Era una obra ‘para adultos’ en un lenguaje entendido culturalmente ‘para niños’. Pero esa frontera parecía no existir durante las funciones y nos dimos cuenta que tal vez nos equivocamos cuando hacemos teatro para los niños bajo el supuesto de lo que a ellos les gusta, educa o entretiene. Se trata de un público exigente y muy poco indulgente al que hay que seducir y estar a la altura, pero, sobre todo, son personas en proceso de formación, llenas de preguntas existenciales, cuestionamientos e inquietudes que responden con toda su atención cuando un espectáculo apela a esos aspectos de su infancia”, agrega.

“Remontar obras siempre es una oportunidad para revisitarlas, repararlas, mejorarlas, actualizarlas en lo técnico. Ambas están dirigidas tanto a niños como a adultos, lo que hace que el público también se renueve constantemente, lo que nos permite observar cómo determinados textos y las miradas se resignifican constantemente, desde la perspectiva presente conforme la sociedad, las problemáticas y la historia, siempre dinámicas, avanzan”, agrega la actriz y directora.

Agrupada en 2005 –tras la disolución de Teatro Milagros– la compañía Teatro y su Doble ha construido un sello basado en la experimentación y la búsqueda de un lenguaje en el que las marionetas –todas ellas de apariencia realista, de las más grandes hasta otras en miniatura– se han vuelto el elemento central de su propuesta. El cuerpo del actor se limita aquí a su rol de manipulador, a volverse una presencia imperceptible en escena.

“El desafío es lograr que estos objetos interpreten, actúen y transmitan emociones”, ha dicho Aline Kuppenheim.

Desde sus inicios, el repertorio del grupo se ha compuesto fundamentalmente de cuentos clásicos y grandes autores de la literatura universal. Entre sus demás trabajos están Sobre la cuerda floja (2012), de Mike Kenny, Feos (2015), basado en La noche de los feos del escritor uruguayo Mario Benedetti y guión del dramaturgo chileno Guillermo Calderón (Neva, Villa+Discurso), y Pedro y el Lobo (2019), otro clásico ruso, del escritor y director de orquesta Sergei Prokofiev.

“Hace 18 años el teatro familiar era menos valorado y tenía menos exponentes que hoy, lo que me alegra muchísimo porque eso aumenta la exigencia tanto para los creadores como para el público”, opina Aline Kuppenheim.

“Veo una clara evolución en la cantidad y calidad de la oferta, aunque todavía deficitario en relación al teatro para adultos. Creo que ahora, más que nunca, es necesario resguardar y reforzar ese espacio real y presencial, justamente por la irrupción de las pantallas y de la IA, que tienden a aislar y a entregar contenido sintético y pre digerido”, agrega.

“El teatro es por definición un espacio colectivo donde, en este caso, los niños se encuentran con otros y experimentan en conjunto un fenómeno hecho por la mano humana, en presencia, en cuerpo y alma, en un lugar específico, lo que sin duda es necesario para el aprendizaje y desarrollo integral de sus habilidades personales y sociales. Tengo toda la esperanza puesta en que todavía estamos a tiempo”, resume la actriz y directora.