“El estadio no es de la U, es de todo Chile”: productores de conciertos le responden a Cecilia Pérez por polémica con el Estadio Nacional
La actual vicepresidenta de Azul Azul recalcó que la Universidad de Chile debería tener la prioridad para ocupar el Estadio Nacional tras el fin de los Juegos Panamericanos, ya que“ la U no se acomoda a nadie, el resto de los eventos se tiene que acomodar a la U". El gremio que agrupa a las más importantes compañías de conciertos del país arremete: "El recinto le pertenece a Chile, no a la U".
Las polémicas palabras de Cecilia Pérez, actual vicepresidenta de Azul Azul, también salpicaron a la industria nacional de conciertos. El pasado viernes, la ex ministra dijo en radio ADN que el equipo de la Universidad de Chile debería tener la prioridad para ocupar el Estadio Nacional cuando culminen los Juegos Panamericanos 2023 y el recinto vuelva a su convivencia habitual entre eventos deportivos y artísticos.
En palabras concretas, según sus enfáticas declaraciones, los partidos de la U deberían tener asegurada su localía antes que los conciertos que desde 1989 se vienen realizando en Ñuñoa.
“La U no se acomoda a nadie, el resto de los eventos se tiene que acomodar a la U. Este es un uno de los equipos más grandes del país, para mí es el más grande y el que lleva más hinchada”, aseguró.
“No tenemos por qué nuevamente andar deambulando por todas las regiones cada vez que tenemos que ser locales, pidiendo permiso y casi pidiendo perdón, cuando el Estado tiene que proporcionar los recintos deportivos que se han construido con la plata de todos los chilenos”, agregó.
Y siguió: “Uno espera que el Estadio Nacional sea el corazón de eventos deportivos, no al revés, donde ha terminado siendo el corazón de eventos artísticos y culturales, que yo lo celebro, pero te quitan un recinto para práctica del fútbol y otros deportes”.
Todo aquello a partir de las palabras de Israel Castro, director del Instituto Nacional del Deporte (IND) –entidad que administra el Nacional-, quien días antes declaró que las 64 hectáreas que hoy conforman el lugar se habilitarán tanto para el fútbol como para actividades artísticas y culturales.
En el embrollo, faltaba la mirada de precisamente los otros involucrados: los productores de espectáculos en vivo que ocupan el coliseo.
Para 2024, ya hay cinco fechas destinadas a la música: dos de Luis Miguel (1 y 2 de marzo); dos de Los Bunkers (27 y 28 de abril); y el retorno de Iron Maiden (27 de noviembre). También se gestiona que la estrella colombiana Karol G pase por el sitio el 19 de abril.
Frente a las afirmaciones de Pérez, Jorge Ramírez, gerente general de la Asociación Gremial de Empresas Productoras de Entretenimiento y Cultura (AGEPEC) –organismo que reúne a las más importantes compañías de conciertos del país-, responde: “Me parece una desmesura y una desproporción de parte de Cecilia Pérez, puesto que el recinto del Nacional le pertenece al Instituto Nacional del Deporte, no a la U, y alberga seis a ocho eventos anuales que no tienen ninguna proporcionalidad con lo que se ocupa para el fútbol. Lo que se ha podido hacer en los últimos 30 años es una amistosa relación entre fútbol y música, sobre todo cuando ella fue Intendenta”.
Luego continúa: “Que la U peregrine no me parece razonable que lo endilgue a los shows, el Nacional es un emblema multicultural y deportivo que no le pertenece a nadie, hay que aprender a convivir en él; de hecho, ojalá tuviera más fechas para grandes eventos que pueden pasar por ahí, tanto extranjeros como nacionales. Por el estadio han pasado shows históricos para nuestra cultura, ahora mismo no más Los Bunkers van a hacer dos fechas”.
En la escena local de recitales también se subraya que un evento en el Nacional mueve un amplio volumen de puestos de trabajo, mucho más que el fútbol, los que se cifran en cerca de 5 mil (3353 directos y 1670 indirectos), pertenecientes a rubros tan diversos como las áreas técnicas, de comercio y seguridad. Algunos de ellos no están presentes cuando se trata del balompié. Por tanto, tal impulso financiero también debería ser un ítem a considerar –según puntualizan- para abrir el espacio con más frecuencia a la música.
También aseveran que en general la seguridad del coliseo y de sus áreas aledañas no enfrenta grandes contratiempos cuando se trata de un espectáculo, a diferencia de lo que sucede con algunos encuentros deportivos, donde se han sucedido trastornos y desmanes.
“La localía que ella pide es en una casa que no es de la U, ese es el punto. El Nacional tiene prioridades atendibles y el estadio las trata de compatibilizar. Pero me parece temerario hablar de que uno no se acomoda a nadie: uno no se acomoda a otro cuando tiene algo que le pertenece y cuando puede diseñar algo que tiene pertenencia sobre el mismo, pero el estadio no es de la U, es de todos los chilenos, del IND”, explica Ramírez.
Después remata: “El Estadio Nacional trata de acomodarse a una convivencia que no es fácil, los productores de espectáculos esperaríamos una mayor cantidad de fechas, nosotros las necesitamos. Hay eventos que se tienen que llevar a cabo, pero no están las fechas en el Nacional. Nosotros nos hemos acomodado muchas veces al recinto, entendemos que su propósito es deportivo, pero también creemos que va mucho más allá de un evento en particular. En el Nacional la localía no la ejerce nadie, sólo Chile”.
Finalmente, los promotores nacionales siguen con atención lo que sucederá con la infraestructura legada por los Juegos Panamericanos. Según argumentan, esperan que parte de ella pueda ser utilizada sin inconvenientes por la música en distintos momentos del año, apelando a lo que califican como “amistad cívica” entre las distintas disciplinas.
Por ejemplo, anhelan que el remodelado Court Central del Estadio Nacional vuelva a ser un espacio relevante para los shows, tal como sucedió desde principios de los 90, cuando albergó presentaciones tan ilustres como las de Ray Charles, B. B. King o David Bowie.
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