Impulsora de la búsqueda de justicia para Víctor Jara y gestora cultural: los últimos años de Joan Turner
Luego del asesinato de Víctor Jara en septiembre de 1973, la vida de Turner se volcó con fuerza hacia la lucha por la defensa de los derechos de los humanos. Una bandera que también marcó sus últimos años, en los que continuó la extensa búsqueda de justicia para su pareja y las víctimas de la dictadura chilena, además de preservar el legado del músico a través de la fundación Víctor Jara.
El martes 18 de septiembre de 1973 un joven golpeaba ansioso el portón de la casa de Joan Turner. “Estoy buscando a la compañera de Víctor Jara. ¿Vive aquí?”, dijo el muchacho a la bailarina. Lo que siguió fue una confirmación a algo que Joan sospechaba hace días: “lamento decirle que Víctor ha muerto. Encontraron su cuerpo en la morgue. Un compañero que trabaja allí lo reconoció. Le ruego que sea valiente y me acompañe para identificarlo”.
Esas palabras quedaron grabadas a fuego en Turner, bailarina de origen inglés que llegó a Chile para formar parte del Ballet Nacional Chileno y dar curso a su carrera como maestra de danza. En septiembre del 2021, a 49 años de ese último encuentro con su compañero de vida, su mirada seguía albergando la melancólica tristeza del recuerdo.
Esta vez, la artista –fallecida el pasado 12 de noviembre a los 96 años– compartía su relato frente a las cámaras de Uplatelevisión, el canal de la Universidad de Playa Ancha, en una íntima entrevista concedida al actual presidente del Colegio de Periodistas Danilo Ahumada.
Desde el golpe de Estado en 1973 y el posterior secuestro y asesinato de Jara, la vida de Joan se volcó casi inevitablemente a la lucha por los derechos humanos. Así fue durante los años posteriores al 11 de septiembre del 73, ocupando su exilio en Inglaterra (donde fue la primera presidenta de la “Comisión por la Defensa de los Derechos Humanos en Chile” en Londres ) para difundir los crímenes que ocurrían en nuestro país. Y así continuó siendo hasta hoy.
Una fundación para Víctor Jara
A partir del retorno a la democracia, una buena parte de los esfuerzos de Joan estuvieron abocados en su trabajo en la Fundación Víctor Jara, entidad en la que ejerció como presidenta hasta el momento de su partida. En su libro Víctor, un canto inconcluso, la bailarina consignó el nacimiento del organismo.
Según cuenta en sus memorias, la idea surgió luego de Canto libre, una actividad realizada en abril de 1991 que buscaba despojar del horror al ex Estadio Chile (hoy, Estadio Víctor Jara) y devolverlo a la ciudadanía como un gesto de justicia y memoria. “Después de Canto libre, mi otra obsesión se hizo aún más insistente y parecía más verosímil. Se trataba de una fundación con el nombre de Víctor”.
“La pensión estatal que me había concedido la Comisión Retting resultaría útil para ello. No compensaba la injusticia cometida, pero haría un buen uso de ella creando una fundación que, tras dieciocho años de censura, hiciera justicia de su recuerdo y preservara el patrimonio de su trabajo para futuras generaciones”, agrega el texto.
Y así ha sido desde entonces. Con la actual dirección de Cristian Galaz y la presidencia histórica de Joan, la entidad se consolidó en un verdadero eje cultural que, además del constante trabajo en pos de la memoria, celebra todos los años el Festival Arte y Memoria, congregando diversas expresiones artísticas en el estadio Víctor Jara.
El juicio contra Pedro Barrientos
En 1999, un año después de la detención de Pinochet en Londres, Joan y su hija Amanda contactaron al abogado Nelson Caucoto para proponerle reactivar el caso del asesinato de Víctor Jara, que para entonces llevaba más de veinte años cerrado y sin ningún avance en la búsqueda de culpables.
Así fue como la familia Jara-Turner siguió avanzando el largo camino por la búsqueda de verdad, justicia y reparación. Ahora, a través de acciones legales. El 2012, un reportaje de Chilevisión reveló que Pedro Barrientos, ex militar acusado de ser el responsable del asesinato del cantautor, se encontraba radicado en Deltona, ciudad estadounidense ubicada a 48 kilómetros al norte de Orlando. Ese mismo año fue procesado por el juez chileno Miguel Vásquez, que pidió su captura internacional.
En junio del 2016, Joan y Amanda pudieron ver por primera vez el rostro de Barrientos en persona. Ese año, y en el marco de una demanda civil interpuesta por la familia, una corte federal de Estados Unidos determinó que el ex militar sí era responsable de la muerte de Jara. “Creo que es una gran noticia para mucha gente que en Chile está esperando justicia por sus seres queridos”, dijo entonces Joan a la Agencia Efe.
Sin embargo, fue recién en agosto de este año que la Corte Suprema confirmó las condenas de siete exmilitares chilenos por el asesinato de Jara y el militante comunista Littré Quiroga. Y el 10 de octubre, apenas dos días antes del fallecimiento de Joan, se confirmó la detención de Barrientos y la puesta en marcha de su extradición.
Homenajes en vida
Por suerte, Joan Turner de Jara pudo sentir los homenajes a su trayectoria en vida. El 2021 recibió el Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales por “su rol como creadora de escuelas de danza fundamentales y su potente trabajo en la descentralización de la disciplina”.
Pero también ha habido reconocimientos desde el mundo artístico. Uno de ellos fue el gesto del cantautor Manuel García el 2010. Ese año lanzó S/T, su tercer álbum de estudio. En él, el músico incluyó la canción Joan, en un gesto hacia una de las grandes mujeres de la historia chilena.
Entre los más recientes, está el homenaje realizado por las escuelas formativas del Teatro Regional Lucho Gatica, que en julio del 2023 dedicaron una presentación de danza en honor a la bailarina. Uno de tantos reconocimientos artísticos hacia su vida y carrera.
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