El duro choque de Javier Milei con la cultura argentina: recortes, marchas y una crisis que va del cine a los libros

Javier Milei
El duro choque de Javier Milei con la cultura argentina: recortes, marchas y una crisis que va del cine a los libros

El mundo del arte y la cultura en Argentina está alerta. ¿La razón? La ley ómnibus presentada por Javier Milei arriesga entidades vertebrales del rubro, como el Fondo Nacional de las Artes y el Instituto Nacional de la Música.


Como un certificado de defunción al fomento cultural. Así ve la Federación Argentina de Músicos y Músicas Independientes (FA-MI) el eventual cierre del Instituto Nacional de la Música (Inamu), medida que podría volverse realidad de aprobarse el proyecto de ‘ley ómnibus’, presentado al Congreso por el presidente argentino, Javier Milei.

“La Cultura está en peligro. Convocatoria abierta a todos los sectores de la cultura a rechazar el DNU y la ley ómnibus de Milei que buscan arrasar con el desarrollo artístico y la soberanía nacional”, señalaba el texto en redes sociales que convocaba a miembros del mundo de las artes a manifestarse.

Así, el último fin de semana de 2023, sindicatos autoconvocados realizaron diversas protestas. Una de ellas fue la llamada por el músico Juan Pablo Fernández, del grupo Acorazado Potemkin. “Le pusimos ese nombre (Abrazo), obviamente, por la necesidad de salir rápidamente al cruce del DNU y a esta idea del protocolo. Nos parece que la música en la calle, tocando para la gente, es algo cultural. Es lo que no se puede silenciar, que no se puede evitar, porque es algo que tenemos y nos hermana”, le explica Fernández a Rolling Stone.

Con consignas como “Milei, basura, no toques la cultura” y “La patria no se vende”, las calles de Buenos Aires y los alrededores se llenaron de gente ante los recortes presupuestarios del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), y las medidas que trae consigno el proyecto de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos (ley ómnibus) para el mundo cultural.

En síntesis, apretar el presupuesto de la nación significaría la potencial eliminación de varias entidades y programas consagrados a la cultura. Un duro golpe para la escena de ese país, una de las más prolíficas del continente y siempre protagonista de instancias que guardan relación con la difusión de libros, películas o conciertos.

Sin embargo, ya se materializaron efectos en el sector tras el arribo de Milei a la presidencia. Uno de ellos, el más evidente, es la eliminación del Ministerio de Cultura, entidad que pasó a formar parte del Ministerio de Capital Humano y, en consecuencia, su transformación en una Secretaría dependiente de la Jefatura de Gabinete de Ministros.

Otra de las repercusiones concretas, fue el escueto anuncio de la suspensión de una convocatoria en curso, a través de las redes sociales de la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería Argentina. Se trata del Programa Cultura Argentina al Mundo, cuyo fin es apoyar la compra de pasajes aéreos para concretar la participación de artistas -escritores, directores, arquitectos- en instancias formativas y de promoción de sus producciones en el exterior.

Fue mediante la Resolución 263/2022 Anexo I, que el 14 de diciembre quedó suspendida la convocatoria para este programa que nació en 2022 para transparentar la entrega de boletos de avión a los beneficiarios.

No obstante, el recientemente nombrado secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, es optimista ante todo este panorama, a pesar de que el gremio artístico parece venírsele encima.

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Imágenes de la Feria del Libro de Buenos Aires, una de las más importantes de la región.

Primer afectado: el teatro

Argentina es un referente en América Latina cuando se trata de la escena teatral. Sin embargo, su lugar en el podio podría desestabilizarse, ya que el proyecto de ley presentado por Javier Milei plantea la derogación de la Ley Nacional del Teatro, que desde 1997 regula todo lo relativo a esta expresión.

La ley no desaparecía sola. Se llevaría consigo al Instituto Nacional del Teatro (INT), organismo que tiene como objetivo promover y apoyar la actividad teatral, a través de concursos, festivales, subsidios, becas, salas, proyectos, entre otras ayudas. Todo como parte de una reestructuración profunda del área.

“Hacemos un llamado al Congreso de la Nación para que no se apruebe el proyecto ‘Ley de Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos’,” destacaron en un comunicado las y los consejeros y las representaciones provinciales del Instituto Nacional del Teatro.

Asimismo, las representaciones regionales que forman parte del Consejo Directivo del INT, declararon: “Nos vemos directamente afectados por la propuesta de derogación de la Ley Nacional del Teatro (24.800), con la consecuente desaparición del Instituto Nacional del Teatro, junto a la Ley de No Demoliciones de Salas (14.800). Ambas leyes son fundamentales para el fomento, desarrollo y protección de las comunidades de trabajadoras y trabajadores del sector teatral nacional. Su eliminación se plantea sin fundamentación, de manera arbitraria y sin el reclamo de ningún sector que demande esta derogación”.

Otro detalle no menor sería la posible eliminación de la Ley N°14.800, en la que se estipula que en caso de la demolición de una sala teatral, el propietario tiene la obligación de construir una de características similares en el nuevo edificio.

Borges y Pizarnik

El Fondo Nacional de las Artes, conocido por sus siglas FNA, se encarga hace 65 años del financiamiento y la promoción del desarrollo de aristas, gestores y organizaciones culturales. A través de becas, concursos, préstamos y subsidios, estos dineros fueron el sostén de célebres artistas, que vieron en el FNA la seguridad económica ante un escenario cultural precarizado.

Figuras como Antonio Berni, Jorge Luis Borges, Leonardo Favio, Alejandra Pizarnik, Ricardo Piglia, Josefina Robirosa y Martín Kohan, tomaron parte de los fondos para desarrollar sus carreras, nombres que se posicionan como referentes culturales argentinos a nivel internacional.

Con la ‘ley ómnibus’, el fondo se cerraría. Actualmente, este se financia con el dominio público pagante, es decir, “cada vez que se usa una obra de un autor o un artista fallecido hace más de 70 años, la institución reinvierte ese dinero en proyectos artísticos”, explica Página/12.

Antes de la llegada de Millei, el Fondo ya tenía un nuevo director designado: Javier Torre, director, productor y guionista de cine argentino, quien demostró su indignación ante ese escenario.

“El FNA es una entidad intachable, admirada internacionalmente, que guarda la obra y el espíritu de nuestros artistas e intelectuales. Es autárquico, lleno de la energía de nuestros jóvenes que han recibido su apoyo y su contención. Jorge Luis Borges, gran primer premio del FNA; Astor Piazzolla, Alejandra Pizarnik, Antonio Berni, Leopoldo Torre Nilsson, Leonardo Favio, Emilio Petoruti están inquietos en el paraíso, no queriendo escuchar esta triste noticia que ensombrecería a la Argentina”, le dijo Torre a La Nación.

Otra defensora del FNA es Marta Minujín, quien a través de un video en redes sociales, repudió el eventual cierre del fondo que le ayudó a impulsar su exitosa carrera en las artes plásticas.

“Acá estoy trabajando porque los artistas vamos directo al alma, pero gratis. Necesitamos un lugar de trabajo. Quiero subrayar que me parece terrible cerrar el Fondo de las Artes. ¿Qué hubiese sido yo en mis comienzos sin esos préstamos que me permitieron llegar a París, recorrer los grandes museos y aprender mirando? Es tremendo que lo cierren. Es serruchar la cultura. Y este país tiene que vivir de la cultura. Que no lo cierren”, dijo en el registro que acumula miles de reproducciones.

El cine, sin financiamiento

El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) no cerrará, pero perderá sus principales ingresos y tendrá una importante restructuración. Debido al proyecto del presidente trasandino, el Consejo Asesor del organismo pasará de once a ocho miembros, los que serán designados por el director de la entidad, sin ser necesariamente representantes de la industria.

Con la ley, no podrían aprobarse subsidios, el INCAA no recibiría fondos del Ente Nacional de Comunicaciones (perdería un cuarto de su financiamiento actual) y solamente ganaría dinero gracias a los impuestos a los espectadores (incluidos en su boleto) y a los empresarios o entidades exhibidoras.

Al respecto, la agrupación Cine Argentino Unido repudió la ley y están convocando constantes asambleas abiertas del gremio. “Cine Argentino Unido rechaza el violento avance contra la Democracia, sus instituciones y las libertades civiles por parte del Poder Ejecutivo”, indicaron en un comunicado en redes sociales.

¿Qué pasa con la música?

Algo similar al cine viviría la industria musical argentina. El proyecto de Milei propone la suspensión del financiamiento fijo del Instituto Nacional de la Música, derivado de la carga impositiva prevista en el artículo 97 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. “Los fondos destinados al Inamu serán propuestos y asignados por la Secretaría de Cultura de la Nación u organismo que en el futuro la reemplace, dentro del Presupuesto General de la Nación”, estipula el documento presentado al Congreso argentino.

La Federación Argentina de Músicos Independientes (FA-MI), que agrupa a 38 asociaciones civiles de artistas, expresó su descontento: “La aprobación del proyecto sería el certificado de defunción de la experiencia de fomento más federal, transparente y participativa de la actividad cultural”.

“Eliminar y derogar todo lo que es la representación de la actividad musical organizada que viene siendo parte de la historia de la industria cultural y musical de la Argentina”, indicó el presidente de la Unión de Músicxs Independientes (UMI), Gustavo Rohdenburg.

“Haría colapsar toda la cadena de valor del libro”

El mundo literario no quedaría exento de perjuicios en caso de aprobarse el proyecto Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos. En primer lugar, este pretende derogar la Ley N.º 25.542, que regula el precio uniforme de venta al público de libros.

En la práctica, esto afectaría mayormente a pequeñas y medianas librerías, así como editoriales independientes. Al respecto, la Fundación El Libro sostuvo: “La ley protege la bibliodiversidad y su derogación haría colapsar a toda la cadena de valor del libro, sobre todo a los eslabones más débiles”.

El acceso a la lectura igual se vería afectado. Según consigna Página/12, la ley ómnibus arrebataría beneficios a las bibliotecas populares, tales como tarifas reducidas en servicios prestados por empresas del Estado o subvenciones para el mantenimiento de instalaciones. Además, se eliminaría el Fondo Especial, gestionado por la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares, para la distribución de subsidios y actividades.

También, el Museo, Biblioteca y Archivo del Trabajo y Movimiento Obrero Argentino, podrían desaparecer con este paquete de leyes.

Leonardo Cifelli, secretario de Cultura del gobierno de Milei, espera. “Son organismos descentralizados a la secretaría de Cultura, lo que hace Cultura es poner los directores. Después, decide el gobierno nacional. Es como el caso del INCAA, que tampoco pertenece a Cultura. Y bueno, estamos viendo qué pasa, todo esto tiene que ir al Congreso, ya se sabe cómo es... Quizás nos termina quedando a nosotros, pero no lo quiero afirmar, no sé cómo va a terminar”, dijo la autoridad a Infobae.

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