Mi amigo Felipe Avello, un genio incomprendido
Con ocasión del debut del "pececillo" en el Festival de Viña 2019, el comediante Pedro Ruminot escribió para Culto sobre un vínculo que fue de la casi tragedia a la admiración. Acá una mirada a una amistad.
*Por Pedro Ruminot.
Me pidieron escribir una columna sobre Felipe y acepté pensando que sería fácil. Podría decir tanto sobre él, pero cuesta mucho escribir de los afectos, sobre todo cuando esas personas son tan importantes para uno.
Nos hicimos amigos, segundos después que un doctor me informara-erróneamente- que me iban a cortar los testículos. Ese momento triste y trágico de un modo extraño nos unió y cimentó nuestra amistad. Yo lloraba y cuando lo vi entrar pensé "esto no puede ser cierto, es una cámara escondida", y me tranquilizó pensar que ese terrible diagnóstico era una broma y en cualquier momento me iban a decir la verdad. Comenzamos a conversar y me reí de la situación que estaba viviendo.
Me llevó películas y libros para que me entretuviera durante los largos días de hospitalización. Luego en un programa lo vi usar frases que yo había dicho en nuestras conversaciones. Fingió estar enfermo de algo muy grave en un programa en vivo y repetía "esto no me la va a ganar". Un poco de esos momentos es Felipe. Una persona que cuando está presente nadie sabe qué hacer ni cómo comportarse, porque nadie cree que puede ser cierto lo que está diciendo; es un recopilador de momentos, situaciones y frases de la vida cotidiana que luego usa en su comedia. Como se lo he dicho, una especie de Margot Loyola del stand up.
Antes de ser un periodista era un comediante. Antes de ser panelista de farándula era un comediante. Conseguía que miles de personas que aborrecían SQP lo vieran solo para ver qué iba a decir o hacer. Años impredecibles y difíciles, donde el establishment y la gran masa lo rechazaban. Era objeto de burlas, rechazos, lo encontraban loco o enfermo, pero él siguió. Siempre proponiendo, siempre innovando. Fue youtuber antes de los youtubers (incluso vendiendo su material a la BBC); fue notero irreverente antes que el resto de los noteros llegara tarde con la ya añeja irreverencia.
No quiso ser animador de un late. No quiso ser conductor de nada. Cada vez que en la televisión pensaron que Felipe quería algo, se equivocaron porque él ya iba por otro camino. En su camino siempre hubo sanciones del CNTV, miradas de rechazo de los ejecutivos y la nula comprensión de un medio que nunca lo entendió y que iba tres pasos atrás de él. La televisión -la misma que ahora vive conectada a un respirador artificial- nunca pudo comprender que Avello era el que venía a correr los límites y cambiar las reglas.
Y una vez fuera de la TV llegó al stand up; o bien, el stand up llegó a él. Comenzó a presentarse todos los días de la semana y casi todos los días del año, y cambió las reglas internas del pasaje de la comedia. Su esfuerzo y talento nos puso a trabajar a todos para ser mejores, ser más graciosos y sobre todo ser mejores personas, porque además es un ser de buen corazón.
Juntos hemos hecho programas, podcasts, cientos de espectáculos para miles de personas, y también para unas pocas. Una vez para una sola persona (a mi juicio el mejor show que le he visto) e incluso una función donde no fue nadie y terminamos viendo un partido en la pantalla con los meseros del bar.
Cuando me preguntan de qué se trata la comedia o qué es ser comediante, pienso en el ejemplo de Felipe. Creo que no eres comediante porque te subes a un escenario un par de veces a hablar con un micrófono y a decir cosas que tú crees graciosas.
No. Eres comediante cuando estás casado con la comedia, cuando la llevas a todo tu mundo, cuando triunfas ante cientos de personas, cuando fracasas ante miles o ante una persona, cuando no va nadie y al día siguiente sigues haciendo otro show, cuando nada te detiene, cuando sufres, cuando lloras, cuando se muere un familiar y ese día te toca hacer un espectáculo y no bajas por ningún motivo. Cuando las ganas de hacer reír son superiores, no por plata, por onda o por moda o "porque está mala la cosa en la tele".
He visto sumarse al stand up a decenas de personas y abandonarlo a los meses, al ver que el primer show es maravilloso, pero luego viene la realidad de la comedia. Esa desolación del segundo show y el silencio cuando no funciona uno de tus chistes. He visto abandonar a muchos, incluso yo a veces, pero a Felipe no lo he visto abandonar nunca, se encontró en la comedia y es ahí donde ha conseguido ser feliz. Para mí siempre ha sido un genio, incomprendido, van a pasar 10 años y recién lo vamos a comenzar a entender.
Me pidieron que contara cómo era ser amigo de él. Solo puedo decir que es aún más gracioso en la vida cotidiana. "Puso su genio en vivir y en sus obras solo el talento", como decía Oscar Wilde.
Lo que pasará hoy en la noche es solo el reconocimiento justo, más que merecido al mejor de los nuestros. Las piedras y los rechazos de ayer serán las gaviotas y los aplausos de hoy. A brillar hermano mío, se merece lo mejor.
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