Dientes de León, de Yasunari Kawabata (Seix Barral)
Kuno y la madre de su novia, Ineko, bajan desde la colina hacia el pueblo. Ikuta es un pequeño poblado surcado por un río y lo rodean campos de dientes de león, esa flor luminosa que abre al amanecer y se cierra sobre sí misma cuando cae la noche. La madre de Ineko y su yerno acaban de dejar a su hija en el manicomio en la colina. Ineko sufre una extraña enfermedad: ceguera de cuerpo. Kuno quiere rescatarla, cree que si se casan puede tener un efecto terapéutico en ella. Pero Kuno fue el primer cuerpo que Ineko dejó de ver y la madre lo culpa de haber desencadenado la enfermedad. Cae la tarde y desde la colina bajan campanadas: antes el manicomio fue un templo y ahora los internos hacen sonar las campanas. Uno de ellos, el anciano Nishiyama, suele abrir un papel y escribir la frase: “Entrar al mundo de Buda es fácil. Entrar al mundo de los demonios, no”. La misma frase usó Yasunari Kawabata en su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura, en 1968. Cuatro años más tarde se quitó la vida. No dejó una nota, pero sí un puñado de obras que exploran en lo bello, lo triste y lo trágico, en la fragilidad y el misterio. Entre ellas, el manuscrito de esta novela inconclusa que se publicó en forma póstuma en Japón y que se traduce por primera vez al español.
Monchi Mesa, de Marina Closs (Laurel)
Monchi Mesa tiene un caballo, el Pecoso. Monchi trabaja de sereno en un aserradero y una noche se encuentra con dos niñas desnudas de 12 años. Ellas quieren llevarse al Pecoso para huir con su novio, un chico que mató al sereno de otro aserradero y que ahora está herido. Monchi Mesa las manda a casa pero se queda atemorizado: teme que el bandido vaya a matarlo y le pide a su patrón que lo traslade. Ahora cuida los camiones. Ese es el relato que abre el libro de la escritora argentina Marina Closs: una novela que se narra a tres voces, desde tres puntos de vista. Al de Monchi lo suceden Cynthia y Jessica, dos hermanas que duermen juntas desnudas y se pasan el día viendo TV. Hasta que inician un juego con Jorge, el hijo de la mujer que las cuida. Se quitan la ropa, le piden que las bese. Ellas le cuentan su plan: quieren huir de casa y llevarse el caballo del sereno del aserradero. “¿Tienes una pistola en algún lugar de tu casa?”, le preguntan. El tercer relato recoge la voz de Jorge: “Yo estoy enamorado de dos mujeres, y a las dos las amo a la vez, no en dos veces. Mi fuerza alcanza para tanto. Y mi desprecio alcanza para matar a todos”, dice. Relato minimalista y fragmentario, la novela está escrita con gracia y destreza narrativa, con una prosa sugerente que evoca imágenes y logra momentos de resonancia poética.
Yo Nunca Vi Televisión, de Pedro Perirano y Carolina Brown (Planeta Jr.)
Mientras atraviesa la ciudad por la mañana, el productor de 31 Minutos, Juanín Juan Harry, siente extrañeza. No hay bocinazos ni se oyen los gritos de Freddy Turbina y sus amigos ciclistas contras los vehículos. Algo extraño ocurre. Cuando llega a la sala de prensa Juanín entra en pánico: ¡No hay noticias! Trata de avisar a su jefe y amigo Tulio Triviño, pero este aún duerme en su mansión. Tulio llega justo a la hora del noticiero y no tiene tiempo de oír a Juanín. Se sienta frente al micrófono, pero no tiene información qué comunicar. Tulio pierde la calma, Juanín le dice que después de todo no es mala noticia: no hay guerras ni conflictos. Tulio decide irse a la playa, pero entonces entra una noticia de última hora que genera conmoción: la estación espacial de Titrilquén lanzará la pizza más grande del mundo al espacio. Los reporteros se trasladan a la pista y Mario Hugo relata el lanzamiento, que produce el primer eclipse de pizza de la historia. La misión es un éxito, pero la pizza gigante impacta al planeta Silurius, y entre las capas de queso aparece la figura de un cíclope, el comandante siluriano que amenza invadir y esclavizar la Tierra. A partir de un show en vivo, Pedro Peirano y Carolina Brown escribieron esta divertida historia ilustrada, la primera novela protagonizada por los personajes de 31 Minutos.