Stephen King, Riding the bullet y una historia de terror en la carretera

Stephen King wsp

Publicada originalmente en el año 2000, poco tiempo después del duro accidente que lo dejó gravemente postrado por unos meses, la novela corta Riding the bullet fue el primer best seller digital de Stephen King, ya que no pasó por el papel, sino que fue directo a web. Hoy se acaba de editar en formato físico y en Culto la revisamos junto a un experto en su obra.


Después de abrazar a su hijo menor y dejarlo en el aeropuerto de Portland, volvió a su casa para dormir una siesta corta. Al despertarse y ver que le quedaba algo de tiempo, decidió emprender su tradicional caminata de 6 kilómetros diarios. Hacia las 4 de la tarde del 19 de junio de 1999, Stephen King -entonces, de 51 años- tomó a pie el costado de la carretera principal de Maine. La idea era caminar un poco, tomar aire, despejarse, volver y partir al cine con su esposa, la novelista Tabitha King, y sus otros dos retoños a ver La hija del general, de Simon West, con John Travolta en el rol principal.

Sin embargo, King tuvo la mala fortuna de ser atropellado por Bryan Smith, 42 años, quien conducía una furgoneta Dogde Caravan celeste. Mientras conducía, se distrajo porque su perro, un rottweiler llamado Bullet (bala), comenzó a inquietarse y trató de abrir una nevera que contenía carne. En el segundo en que Smith pujaba por alejar al canino de tan precioso cargamento, se salió de la carretera impactando de lleno al autor de El misterio de Salem’s lot, quien se golpeó la cabeza con el parabrisas del Dodge.

Al llegar la ambulancia, King le preguntó al paramédico si iba a morir, el profesional le dijo que no, que no se moriría, pero que había que internarlo enseguida. Primero fue conducido al Northern Cumberland Hospital, luego, en helicóptero fue llevado al Central Maine Medical Center.

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Se fracturó una cadera, la pelvis, la pierna derecha y dos costillas, además de resultar dañado un pulmón. Pasó tres semanas en el hospital, siete operaciones, una dolorosa y prolongada fisioterapia, que le significaron no poder moverse mucho durante un mes y medio. En el período de convalecencia en silla de ruedas, retomó el trabajo del libro en que estaba trabajando, Mientras escribo, una especie de taller literario donde expone sus reflexiones en torno al arte de la narrativa y donde por supuesto relató cómo fue el accidente. Pero además, decidió ocupar el tiempo en una novela corta.

Riding the bullet (Montado en la bala) se llamó, una novelita en que curiosamente cuenta una historia de carretera. El clásico tópico del road trip tan usual en la literatura de los Estados Unidos (sobre todo en la Generación Beat), pero los hechos que había sufrido recientemente se colaron. Un joven estudiante universitario, Alan Parker, es contactado por una antigua vecina quien le avisa que su madre está hospitalizada tras sufrir un accidente. Decide partir de inmediato y al no tener auto para cubrir los 200 kilómetros que lo separan de Jean, su progenitora, hace auto-stop en la carretera.

El auto-stop en medio de la noche y la soledad traerá una experiencia espeluznante. Lo recogen conductores que parecen cualquier cosa menos seres humanos corrientes. En este relato, King retomó su costado de terror químicamente puro y mantuvo su habitual narración ágil e inquietante.

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La novela se publicó de una manera poco usual: se ofreció directamente de manera digital, sin pasar por el papel, el 14 de marzo del 2000 a través del sitio de la editorial Simon & Schuster. Como todo en King, fue una locura. Alcanzó las 400 mil descargas en menos de 24 horas y fue tanto el interés que el sitio colapsó y se bloqueó el acceso. Sin proponérselo, el oriundo de Maine había logrado su primer best seller digital.

Hoy, Riding the bullet acaba de llegar al formato de libro físico a través del sello DeBolsillo. Para el argentino Ariel Bosi, autor del libro Todo sobre Stephen King (2018) y administrador de la cuenta de Instagram @todostephenking, y del canal de YouTube El mundo de Stephen King, la novela tiene un componente especial. Si bien no la tengo como de las más memorables, le guardo un gran, pero gran cariño porque fue la primera publicación nueva del Rey post accidente que casi le cuesta la vida en 1999. Y si a eso le agregamos que fue de las primeras novelas cortas en ser publicadas de forma digital y revolucionando el mercado editorial de aquel entonces, podemos decir que es una historia que marcó un antes y un después”.

Bosi comenta que, en rigor, lo de publicar en web en 2000 no fue la primera experiencia con lo digital: “King ha sido pionero: en el ‘93, el cuento Umney’s Last Case (El último caso de Umney) fue ofrecido digitalmente a través de una librería online, cuando internet recién daba sus primeros pasos. Ya en el 2000, este primer experimento con Montado en la bala fue tan exitoso que hizo caer los servidores de Amazon el día del lanzamiento. Poco tiempo después ofreció a través de su web THE PLANT, exclusivamente digital y dividido en seis partes (la primera parte de la historia, que aún hoy permanece incompleta). Hoy en día son pocas las historias exclusivamente digitales pero las hay: Red Screen fue ofrecido a través de Humble Bundle en septiembre de 2021, por citar uno de los últimos casos”.

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Consultado con qué otros cuentos -o novelas- de Stephen King se podría vincular a Riding The Bullet, Bosi responde: “La temática de una persona enfrentada a elegir entre dos posiciones enfrentadas y con consecuencias fuertes no es nueva en King, incluso utilizándola en una de sus novelas cortas más recientes (La rata, en La sangre Manda). Dicho esto, la idea de una persona que encara un viaje sensible en una noche extraña y que se vaya topando con personajes más extraños aún es parte de ese grupo inmenso de historias en las que King arrancó pensando ‘Qué pasaría si...’, trayendo a una persona común y corriente y enfrentándola a una situación extraordinaria”.

Tanto el hecho de publicar directo en digital, como una novela muy breve en formato físico hacen que Bosi reflexione sobre la particular relación de King con la industria: “El mercado editorial ha tenido que adaptarse un poco a King. Stephen escribe, su agente recibe, y como llevará el nombre de ‘Stephen King’, hay que poner manos a la obra y ver de qué forma puede llegar esa historia a esos miles y miles de lectores/as constantes que siempre están ávidos de más historias suyas”.

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