Manifestantes piden un minuto de silencio por Gaza frente al Guernica de Picasso
Aprovechar la atención mediática de las obras de arte se ha vuelto una tónica en las últimas semanas. Ya lo habían hecho activistas ambientales con la Mona Lisa a fines de enero y, ahora, un grupo pro Palestina se ubicó frente al mural español para pedir un cese a la violencia en Medio Oriente.
Un grupo de manifestantes se apostó en frente del Guernica de Pablo Picasso, exhibida en el Museo Reina Sofía, para pedir un minuto de silencio por el conflicto en Palestina. Ayer miércoles 7 de febrero se cumplieron cuatro meses del comienzo de la ofensiva israelí sobre Gaza, en respuesta por los atentados de Hamas.
Portando banderas de Palestina y pañoletas árabes, el conjunto Grupo de Madrid se instaló delante de la obra de arte, haciendo un llamado a que España “cese la compra y venta de armas al estado sionista y que rompa relaciones diplomáticas con Israel”.
Si bien Hamas había propuesto un alto al fuego en Gaza, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazó la última oferta de un alto el fuego. Este renovó su promesa de destruir el movimiento islamista palestino, diciendo que no había otra alternativa para Israel que provocar el colapso de Hamas.
En el corto plazo ya se había registrado un evento similar. A fines de enero, dos mujeres lanzaron sopa al famoso cuadro de Leonardo Da Vinci, La Gioconda, en el museo del Louvre de París, para generar conciencia sobre la crisis medioambiental que aqueja al planeta.
A diferencia de lo ocurrido en Francia, los manifestantes españoles no intervinieron la obra de Picasso de ninguna forma, sino que aprovecharon la atención mediática para difundir su mensaje.
El significado del Guernica
El mural de óleo sobre lienzo data de 1937 y constituye una de las obras más reconocidas del artista español. Este tiene una estrecha relación con los conflictos bélicos. “El motivo que impulsó a Pablo Picasso a realizar la escena representada en esta gran pintura fue la noticia de los bombardeos efectuados por la aviación alemana sobre la villa vasca que da nombre a la obra, conocidos por el artista a través de las dramáticas fotografías publicadas”, explica Paloma Esteban Leal en la página del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
“No contienen ninguna alusión a sucesos concretos, sino que, por el contrario, constituyen un alegato genérico contra la barbarie y el terror de la guerra”, agrega.
Pensada originalmente para que formara parte del Pabellón Español en la Exposición Internacional de París, de 1937, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el artista decidió que la pintura quedara bajo la custodia del Museum of Modern Art de Nueva York hasta que finalizara el conflicto. Una vez que se restablecieron las libertades democráticas en España, la obra volvió a España en 1981.
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