Quién es Alfonso Carbone, el legendario mánager uruguayo a quien Jorge González acusa de traición y engaño
El productor comenzó su carrera en los 80 y se convirtió en uno de los precursores del rock uruguayo. En su país, es un nombre esencial de la música y los medos de comunicación. A Chile llegó en los 90, también trabó amistad con Álvaro Henríquez y fue premiado por el expresidente Ricardo Lagos. Sin embargo, su persona despierta opiniones contrapuestas. La querella establecida en su contra por González lo devuelve a la polémica.
Según reveló Culto el último fin de semana, el exlíder de Los Prisioneros, Jorge González, presentó una querella criminal en contra de dos de sus cercanos, donde acusa que fue engañado para firmar documentos que desembocaron en creaciones de sociedades comerciales y en la producción de ingresos a partir del patrimonio de la banda de San Miguel.
Uno de los acusados es Miguel Tapia, baterista del conjunto y amigo íntimo del vocalista desde los días en que se conocieron en el colegio en 1979. El segundo, es Alfonso Carbone, quien fue también su amigo y mánager durante su carrera en solitario, luego de la disolución del grupo sanmiguelino.
El uruguayo Alfonso Carbone fue una figura clave en el desarrollo de la carrera de Los Prisioneros en su última etapa, así como en la representación de González. Sin embargo, la situación que hoy lo envuelve dista de ser favorable para su amplia trayectoria en la industria musical.
El ejecutivo discográfico despierta diversas pasiones en la música nacional. No hay muchos grises ni términos medios en la percepción de su persona. Para algunos, es el responsable de revitalizar parte importante del patrimonio musical chileno desde fines de los 90. Otros lo ven con mucha más distancia, rechazo, desconfianza y escepticismo.
En su momento, trabajó de cerca con nombres como Inti-Illimani, Lucybell o Los Bunkers, además de estar detrás de la reciente reedición del álbum Las últimas composiciones de Violeta Parra, en 2023, largamente esperada, y entrampado hasta hoy en un entuerto judicial donde sus gestores están enfrentados a la familia de la fallecida cantautora.
Carbone, pilar en el rock uruguayo
Nacido en Uruguay, el productor musical y ejecutivo discográfico comenzó su carrera en la década de los 70. En medio de la dictadura cívica militar uruguaya (1973-1985), viaja a Europa y se impregna de estilos musicales, como la música punk en Londres. Luego vuelve a su país en 1983, con la idea de impulsar la escena musical en su país natal.
Trabajó como conductor en el programa televisivo llamado Alternativa, en la señal estatal uruguaya, Canal 5, donde se presentaban clips de músicos extranjeros, como Bob Dylan, Paul McCartney, Caetano Veloso, Gal Costa; y de músicos uruguayos vinculados con la música popular como Leo Maslíah y el grupo Travesía, además de Polenta.
Esa instancia fue positivamente valorada por los medios. “En los dos últimos programas se ocupó del rock nacional. La intención es loable y lo visto muestra a las claras la seriedad con que se enfocó el tema”, escribió el crítico y músico Carlos da Silveira.
También trabajó como periodista en otros medios de comunicación, tales como Concierto al Sol, Ruta 66 en Emisora del Palacio o Control Remoto en la televisión de su país.
Su éxito lo lleva a crear su propio sello discográfico, llamado Orfeo, lo que lo posicionó como un referente en la industria de la época. En 1985, el sello editó Graffitti, un álbum donde se presentaron por primera vez varios grupos trascendentes para el rock uruguayo de los ochenta, el que se difundió también en un programa conducido por Carbone en Canal 5, llamado Video clips.
Asimismo, Carbone estuvo a cargo en 1987 del tercer álbum de Los Estómagos - disco que llevaba el nombre de la banda- posicionándolos como el principal grupo del rock uruguayo en esos años. Además, ese mismo año, Carbone y el periodista Raúl Forlán Lamarque publicaron Fuera de control, un libro que relata los comienzos del rock de los ochenta en Uruguay.
Hasta hoy, el productor es una suerte de leyenda en su tierra natal, una celebridad reconocida desde diversos rincones.
Carbone en Chile
Ya en la década de los noventa, a Alfonso Carbone le ofrecen emigrar a Chile para trabajar en la filial del sello Warner Music, donde en 1996 editó discos de artistas como Los Tres e Inti-Illimani. Además, se encargó de la remasterización y reedición de discos de Violeta Parra y Quilapayún, pues su objetivo era reforzar la música local.
Además, también cultivó una larga amistad con Álvaro Henríquez, otro de sus exaliados en la escena, a quien conoció en esos mismos días como gerente de Warner Music Chile.
El aporte de Warner fue significativo y valorado por el Estado Chileno y, en el año 2000, el presidente Ricardo Lagos le entrega al sello el premio a la música “Presidente de la República”, por sus contribuciones al rescate de obras nacionales. Carbone fue a recibirlo en nombre de la compañía.
Después, Carbone se integra a Empresas Feria, que desde 2007 incluía el sello discográfico Feria Music, a las tiendas Feriamix y al servicio de venta de entradas Feriaticket. A fines de 2012, el conglomerado decide que las tres áreas confluirán en bajo la sola etiqueta de Feriamix.
Alfonso Carbone, quien se desempeñó por un periodo como directivo del sello discográfico, se retira ese mismo año, y no solo. También Jorge González se retira de la cadena musical.
Feriamix quiebra en 2014, pero Carbone ya tenía las manos en otro proyecto. En 2012, había fundado Plaza Independencia Música, una empresa dedicada al desarrollo en la industria musical de intérpretes nacionales, emergentes o consolidados, de diversos géneros. A través del sello representó a icónicos artistas, como Villa Cariño, Los Tres, Los Tetas, Noche de Brujas, Américo y el mismo Jorge González, entre otros.
Mientras tanto, los objetivos de Carbone igualmente se enfocaron en llevar lo mejor del rock internacional a su tierra natal. En parte gracias a sus gestiones, junto a las de otros involucrados, Paul McCartney se presentó por primera vez en Uruguay en 2012, en un masivo espectáculo en el Estadio Centenario, de Montevideo.
“Fue el primero de este nivel en la historia de Uruguay, entonces hubo mucha presión de todo tipo para que saliera perfecto. Obviamente, hubo que hacer muchos experimentos que por suerte al final salieron bien, pero no había antecedentes, entonces materiales que uno pensaba que había acá, hubo que traerlos desde Argentina, otros de Chile”, declaró sobre el evento en Espectador.
Entre 2014 y 2020 se desempeñó como director de Música & Entretenimiento LTD y fue asesor en ACG Música SpA, empresa de música y entretenimiento vigente.
Vínculo con Jorge González
Mientras Alfonso Carbone era director del sello Warner Music Chile, conoció más en profundidad a Los Prisioneros, a través de la reunión del conjunto en 2001. Pero los conocía de antes: en 1986, para la organización del festival Montevideo Rock, donde participaron los santiaguinos.
El nexo en 2001 lo concretó Carlos Fonseca, quien se desempeñó como representante del trío. El disco en vivo Estadio Nacional (2002), que recogía los conciertos de resurrección; el álbum homónimo de 2003, donde venían temas como Ultraderecha o San Miguel; y Manzana (2004), el último registro del conjunto; quedaron en manos de Warner.
La separación definitiva de Los Prisioneros fue en 2006, tras un recital en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Miguel Tapia y Jorge González, los únicos miembros originales de la banda, anunciaron que era el fin.
Así, comenzó la carrera en solitario del trío fundador de la banda de Estrechez de corazón. Por un lado, Miguel Tapia y Claudio Narea se unieron en 2009 en el dúo Narea & Tapia, en el que interpretaban composiciones de Los Prisioneros.
Mientras tanto, Jorge González en 2010 se unió al ícono del rock uruguayo, Alfonso Carbone. De alguna manera, el uruguayo fue responsable y partícipe de una suerte de segunda vida que disfrutó el sanmiguelino en su etapa en solitario, con exitosos shows como su paso por el Teatro Caupolicán en 2011, su salto al Festival de Viña en 2013 y la edición de álbumes como Libro (2013). En gran parte de esas decisiones, estuvo presente Carbone.
Carbone además es padrastro de Gonzalo Yáñez, cantautor de origen uruguayo afincado en Chile que pudo integrar la última etapa de Los Prisioneros en los 2000 y que también se transformó en íntimo de la voz de Estrechez de corazón.
Distancia
En 2015, Jorge González sufrió un accidente cerebrovascular que le dejó graves secuelas en el habla y en la motricidad. Este sería el retiro de la carrera artística del exlíder de Los Prisioneros.
Como parte de su adiós, en 2017 González dio su último concierto en la Cumbre del Rock Chileno en el Estadio Nacional. Si bien la noche debió terminar con nostalgia y unidad, Alfonso Carbone tuvo una fuerte discusión en camarines con el hermano del vocalista, Marco González Ríos.
El altercado determinó el retiro de Carbone como mánager del cantante, zapatos que llenaría Marco González hasta la fecha.
Así, Jorge González se alejó de los escenarios y se mudó a Quillota en 2019, donde se dedicó al cuidado de su salud. Durante su estancia, fue visitado por Alfonso Carbone, quien a pesar de no ser su representante, le propuso editar el material fonográfico producido por Los Prisioneros en la disuelta sociedad Los Cuatro Luchos. –antigua sociedad conformada por los tres miembros de la banda y Carlos Fonseca, este último acusado de mala administración del patrimonio-.
De acuerdo a la querella presentada, el cantante rechazó la propuesta. Sin embargo, la insistencia del productor hizo que Jorge González aceptara, con la condición de que su hermano Marco revisara el acuerdo.
Así que el 19 de julio, el exmanager hizo que el vocalista firmara un documento —supuestamente revisado por Marco—que concretaba la propuesta. Además (según dice la querella), Carbone hizo que González firmara un segundo papel, en el que se establecía que la productora audiovisual Parox solicitaba la rúbrica de González para entregarle un pago pendiente de US$50 mil por los derechos autorales desprendidos del uso de 12 canciones que se utilizarían para la nueva serie Los Prisioneros.
Pero en noviembre de 2019, Jorge González se entera de proyectos discográficos que él no había autorizado y de la conformación de una sociedad (San Miguel Spa), donde figuraba como accionista. Dicha agrupación generó considerables ganancias explotando el patrimonio de Los Prisioneros, dinero que González nunca percibió.
La querella fue considera admisible por el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, donde Alfonso Carbone deberá entregar su versión de lo acontecido. Hoy, la fractura entre el uruguayo y González es absoluta y no hay vuelta atrás.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.