Ricky Martin: “Para mí la actuación es como el psicoanálisis”
Seis años después de interpretar al novio de Gianni Versace en American Crime Story, la estrella vuelve a la pantalla con la serie Palm Royale, una comedia de Apple TV+ ambientada en un exclusivo club de Palm Beach en 1969. Una experiencia que también le permitió reflexionar sobre su propia historia de vida. “Afrontar mi identidad sexual fue muy difícil durante mucho tiempo”, indica en entrevista con Culto.
Antonio es interrogado por primera vez por la policía horas después del crimen. “¿Cuál era su relación con el señor Versace?”, le preguntan, aunque el investigador a cargo de recoger su testimonio más bien busca confirmar si él era la persona que llevaba a modelos y bailarines a la mansión del célebre diseñador de moda para que tuvieran sexo. Con la polera y parte del rostro aún ensangrentado y aturdido por la seguidilla de suposiciones, responde que era su “partner”, su pareja de años. Y que lo amaba.
Ricky Martin (San Juan, 1971) obtuvo una nominación a los Premios Emmy por encarnar a ese personaje, Antonio D’Amico, el novio de Gianni Versace y quien vivía con él al momento de que le dispararan en su casa en Miami Beach, en julio de 1997. Las circunstancias alrededor de ese caso fueron el foco de El asesinato de Gianni Versace: American crime story (2018), el segundo ciclo de la serie antológica del prolífico Ryan Murphy.
Aunque su interpretación y la temporada acapararon elogios, la estrella puertorriqueña se mantuvo más bien alejada de la industria audiovisual, con la sola excepción de prestar su voz a un personaje secundario de un filme de Netflix (Jingle Jangle: Una mágica Navidad). A mediados de este mes, conectado a Zoom desde Estados Unidos –antes de viajar a nuestro país para conceder un show privado de una compañía telefónica–, transmite alegría y plenitud al hablar de Palm Royale, la serie de la plataforma Apple TV+ que sella su retorno a la actuación. Con cada una de sus declaraciones expresa que vivió una experiencia completamente nueva, aunque no se trate de su debut ante las cámaras.
Se entusiasma en particular al hablar de los colegas con los que compartió escenas en la comedia. Si en American crime story trabajó junto a Édgar Ramírez, Penélope Cruz y Darren Criss, en su nuevo estreno colabora con un ramillete incluso más numeroso de grandes figuras de Hollywood: Kristen Wiig, Laura Dern y Allison Janney, además de los veteranos Bruce Dern y Carol Burnett.
“Llegaba al set todos los días y me sentía deslumbrado, porque estaba trabajando con leyendas”, asegura en conversación con Culto. “Quiero decir, en el momento en el que crees que ya lo sabes todo, estás muerto, estás equivocado. Yo llegaba al set todos los días con el deseo de aprender y crecer como artista. Y eso es lo que obtuve de este maravilloso proyecto: simplemente poder aprender. Tuve mucha suerte”.
Inspirada en el libro Mr. & Mrs. American Pie (2018), de Juliet McDaniel, Palm Royale se centra en Maxine Simmons (Wiig), una socialité venida a menos que intenta hacerse de un espacio en el club más exclusivo de Palm Springs en 1969. En ese ambiente de privilegios y apariencias, liderado por unas pocas mujeres adineradas que defienden sus posiciones férreamente, la exparticipante de concursos de belleza de Tennessee deberá moverse con astucia y luchar para mantener sus impulsos a raya si quiere ascender en la escala social. Todos los aliados que pueda sumar serán de ayuda, incluyendo Robert Diaz (Ricky Martin), un misterioso barman que maneja incontables secretos del lugar.
La voz de Fuego de noche, nieve de día revive la impresión que le causó leer los guiones de la ficción creada por el guionista Abe Sylvia (que agrega un nuevo capítulo cada miércoles). “¿En serio? ¿Es así de oscura? Es oscura, pero es divertida. ¿Cuán contradictorio puede ser eso? Eso es lo que sentí”, sintetiza.
-Esta es su primera serie en seis años. ¿Cuánto extrañaba actuar y qué es lo que lo motivó a aceptar involucrarse en Palm Royale?
Extrañaba mucho actuar. Hubo una pandemia en el medio, y creo que todos pasamos por ese proceso. Pero, para ser honesto, este es un momento maravilloso en mi vida, donde realmente puedo contar historias de una manera muy diferente que con la música. Y esta serie, esta historia, es muy poderosa. Podemos hablar de temas sociales con buen sentido del humor. ¿Cómo iba a decir que no a una oportunidad como esta? Además de obviamente trabajar con las personas con la que me tocó trabajar… Fue maravilloso.
-¿Qué encuentra en la actuación que no le otorga la música?
¿Qué puedo decir? Hay algo en contar una historia y convertirse en otra persona… Para mí actuar es como el psicoanálisis. Me hago muchas preguntas sobre mí como persona, porque aprendí que los actores no pueden mentir. No puedes. No sabes cómo. No digo que sea un mentiroso como cantante, ese no es el punto. Pero eso me fascina.
“Simplemente poder estar en contacto con tus emociones y ser abierto y honesto y vivir el momento. Creo que esa es la única manera de poder prosperar en esta carrera. Se necesita práctica, se necesita coraje. Y no digo que sea el mejor en esto, pero estoy trabajando en ello. De ese modo, poco a poco, vamos encontrando las herramientas para alcanzar la excelencia”.
-Durante los últimos años se han estrenado cada vez más series que retratan a la alta sociedad. ¿Por qué cree que los espectadores no se cansan de este tipo de historias?
Necesito decir que la nuestra es la mejor. La número uno. La mejor, la mejor (se ríe). La serie de televisión Los ricos también lloran fue muy famosa en América Latina. Creo que es porque a la gente le gusta verlos llorar, porque ellos también tienen sus asuntos, también tienen problemas, también tienen secretos. Existe una fascinación por eso. Los famosos y los ricos tienen problemas, y estoy muy feliz por eso (se ríe).
Una experiencia personal
Ricky Martin está en el ojo público desde que era un adolescente y se unió a Menudo, hace 40 años. Su experiencia en la boyband latina lo llevó a llenar a estadios y también a debutar como actor con Por siempre amigos (1987), una telenovela argentina en que compartió con sus compañeros de agrupación.
A partir de ese momento sus incursiones en el mundo audiovisual y teatral fueron más bien esporádicas. A mediados de los 90 estuvo en la teleserie estadounidense General Hospital, se adueñó de uno de los roles principales de Evita en un montaje de Broadway y se anotó como estrella invitada en un episodio de la tercera temporada de Glee. A la larga, pese a sus ganas de profundizar en esa veta, la música monopolizó sus tiempos, sobre todo luego de que, entre 1998 y 1999, se convirtió en un astro global gracias al fenómeno que desató con La Copa de la vida y Livin’ la vida loca.
Aunque su carrera actoral no ha podido tener la misma fluidez que su trayectoria como cantante, hay algo en su histrionismo y en su dominio escénico que lo convierten en una materia prima de interés para los creadores de producciones audiovisuales. Así lo reconoce el estadounidense Tate Taylor, director y productor de Palm Royale que antes realizó largometrajes como Historias cruzadas (2011) y La chica del tren (2016).
“Ricky es un amor. Él es todo lo que esperarías que fuera. Es curioso, humilde, educado y una estrella. La cámara ama a Ricky Martin. Al tenerlo con vestuario de época y esmoquin blanco con un corte de cabello perfecto da la impresión de ser una de esas estrellas de cine de los años 60 o incluso antes, como Paul Newman y Clark Gable”, define en diálogo con este medio. Kristen Wiig, también productora ejecutiva junto a Laura Dern, se adhiere a ese concepto: “Tuvimos suerte la trabajar con Ricky, porque es increíblemente talentoso, dedicado y una verdadera luz para nuestra serie”.
El primer acercamiento del puertorriqueño a su proyecto más reciente se concretó en una fiesta posterior a los Oscar, donde coincidieron Abe Sylvia, showrunner de la ficción, con Joe Machota, el representante del cantante.
“En ese momento estábamos buscando a nuestro Robert y me pareció que era una idea maravillosa. Quería presentarla a los productores en nuestra reunión de Zoom, pero antes de que pudiera mencionarlo, Kristen Wiig dice: ¿qué les parece Ricky Martin? Y yo dije: ¡sal de mi cabeza! Estuve justo en una fiesta de los Oscar donde todos estábamos bailando como parte de un gran grupo y pensé que era una gran idea. El hecho de que tuviéramos la idea por separado volvió más claro que él era la persona adecuada”, explica Sylvia.
Acto seguido, convocaron a la voz de Vuelve a participar en un proyecto que perfila las disputas entre sus adinerados personajes mientras de fondo se está desarrollando la Guerra de Vietnam y Richard Nixon se comunica con sus compatriotas a través de la televisión. A juicio de Wiig, la serie “toca algunos temas profundos de una manera divertida. Queríamos estar en este mundo en ese momento, en 1969, pero no se puede contar esta historia sin abordar los problemas políticos que están sucediendo, como los derechos de las mujeres y la guerra”.
El rol de Martin carga con sus propios dilemas: es un veterano de la Guerra de Corea que no ha asumido su homosexualidad públicamente y que, tras ser rechazado por su familia, ha encontrado refugio en el personaje de Carol Burnett, Norma, una mujer mayor que, hasta antes de sufrir un problema de salud, dominaba el Palm Royale Country Club.
“Lo que me gusta de eso es que damos por sentada la aceptación que hoy tienen los gay en el mainstream. Fue muy interesante tener a un personaje que estaba en el closet, para ver realmente cómo era eso en los años 60 y cómo afectaba su psique y la forma en que se movía entre este grupo de personas. Desde una perspectiva histórica, fue un buen recordatorio de lo lejos que ha llegado el mundo”, sostiene Tate Taylor.
Dar vida a ese personaje tocó de cerca la biografía de Ricky Martin, quien habló por primera vez de su orientación sexual en 2010, a través de una declaración subida a su web oficial. “Hoy acepto mi homosexualidad como un regalo que me da la vida. ¡Me siento bendecido de ser quien soy!”, expresó entonces.
Ahora profundiza en que la antesala a ese momento no fue sencilla. “Tuve que afrontar mi identidad, mi identidad sexual, y fue muy difícil durante mucho tiempo, porque sentía la necesidad de ser aceptado. Ser yo mismo no era una opción, porque me encontraría con el rechazo del público, me encontraría tal vez con el rechazo de los medios en un momento determinado, al menos en mi cabeza”, plantea.
“Entonces llegó el día en que dije: ya es suficiente. Me convertí en padre y dije: es hora de seguir adelante, es hora de aceptarlo. Y ha sido maravilloso desde entonces. La mayoría de mis miedos estaban en mi cabeza. Eso es algo que me conecta con Palm Royale, porque Robert, mi personaje, también lucha contra eso. No importa la época, no importa el país en el que vivas, esto es algo que está grabado en nuestro sistema, por la información que recibimos. Es algo contra lo que muchos hombres y mujeres están luchando en este momento. Ojalá que esta serie contribuya en algo”.
Martin viene de concluir una serie de fechas por Estados Unidos con la gira que organizó junto a Enrique Iglesias y Pitbull (The Trilogy Tour). Puede que sus compromisos musicales sigan dominando su calendario, pero hoy parece más dispuesto que nunca a reorganizar su agenda si surge un papel que lo convenza. Con ilusión, dice: “Espero que este sea solo el inicio de muchos proyectos maravillosos en un camino muy hermoso y sólido en mi carrera como actor”.
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