Los últimos años de Paul Auster: entre el cáncer y la muerte de su hijo
Dos libros, la muerte por sobredosis accidental de su hijo y de su nieta, y el tratamiento del cáncer de pulmón que le costó la vida fueron los principales ejes de los años finales de Paul Auster. Siempre con su esposa al lado, la también escritora Siri Hustvedt, ella se convirtió en una especie de vocera del autor. Acá un resumen de ese tiempo difícil.
En abril del 2022, Paul Auster recibió una noticia que lo golpeó duro. En lo profundo de sus entrañas, ahí donde descansa la zona íntima del cariño. Su hijo mayor, Daniel, con quien no se veía, falleció tras una sobredosis de droga con 44 años. Según indicó el New York Post: “Se cree que la sobredosis fue accidental porque todavía tenía drogas y la dosis era similar a la que normalmente tomaría”.
La muerte de Daniel Auster -fruto del primer matrimonio del escritor con la también autora Lydia Davis- ocurrió en momentos en que el hombre se encontraba estaba en libertad bajo fianza y enfrentaba cargos de homicidio involuntario, homicidio por negligencia criminal y poner en peligro el bienestar de un niño debido a la muerte de su hija de 10 meses, Ruby, el 1 de noviembre de 2021. La autopsia posterior concluyó que la pequeña Ruby murió de una sobredosis de fentanilo y heroína, dijeron las autoridades. Daniel Auster trató de salvarla administrándole Narcan, el tratamiento al que se suele recurrir cuando hay sobredosis de opioides, pero fue inútil.
Auster hijo tuvo una vida problemática, todo producto del consumo de drogas, a las cuales llegó en su adolescencia. Ya con 18 años comenzó a frecuentar los bares y a los dealers de sustancias ilícitas. Cuando se conoció el arresto de su hijo, Paul Auster fue contactado por el New York Times, pero declinó hacer declaraciones. Y hasta el momento de su muerte, nunca se refirió al tema.
Incluso más, consultada por este medio en noviembre del 2022, en una visita a Chile, acerca de lo ocurrido y cómo se encontraba su marido, su esposa, Siri Hustvedt declinó hacer comentarios. Es que el hermetismo siempre marcó a la pareja de escritores.
Cancerland
Pero en diciembre de ese año otra noticia le causó impacto. A Paul Auster se le detectó un cáncer. Con el tiempo, solo se sabría que fue un cáncer de pulmón. La información fue reservada durante un tiempo, y solo en marzo del 2023 fue la misma Hustvedt quien la dio a conocer: “He estado alejada de Instagram por un tiempo. Es porque a mi esposo le diagnosticaron cáncer en diciembre (del 2022) después de haber estado enfermo durante varios meses antes”.
En la ocasión, la autora de Los ojos vendados entregó otros datos. “Está siendo bombardeado con quimioterapia e inmunoterapia”, en el Memorial Sloan Kettering, en Nueva York, un centro médico especializado en el tratamiento contra el cáncer. Hustvedt sí comentó además que la vida le había cambiado mucho, y que se encontraba viviendo en un lugar llamado Cancerland. “Muchas personas han cruzado sus fronteras, ya sea porque están o han estado enfermos o aman a alguien, un padre, hijo, cónyuge o amigo que tiene o ha tenido cáncer. El cáncer es diferente para cada persona que lo tiene. Todos los cuerpos humanos son iguales y no hay dos iguales”.
Cada cierto tiempo, Hustvedt iba actualizando el estado de salud de su esposo. Por ejemplo, el 30 de agosto del 2023, Hustvedt escribió algo que tituló “Otro boletín desde Cancerlandia”. Sin entrar en los detalles médicos, más bien comento cómo han ido llevando adelante un proceso tortuoso de tratamientos y visitas a hospitales. Humanizando algo que por momentos parece llevarse todo en lo que se cree.
“Es un país grande, incluso más grande de lo que pensaba. Aquí hay mucha gente de mediana edad y de edad avanzada, y sabemos que hay niños, pero no los vemos porque los cuidan en lugares separados. Mi marido y yo hemos visto a muchos jóvenes que se sientan con nosotros en las salas de espera. Sus rostros sin arrugas y sus cuerpos vigorosos a menudo no revelan ningún signo de enfermedad. A veces, una linda gorra cubre su calvicie, la única señal de que están enfermos”.
Cómo fueron los últimos años de Paul Auster
Desde el cáncer, Auster limitó sus apariciones públicas. Pero no dejó de publicar. En el verano austral del 2023, volvió a los escaparates con Un país bañado en sangre (Seix Barral), y que también llegó a Chile en idioma castellano. En el volumen abordó la relación que históricamente ha unido a sus compatriotas con las armas y cómo eso ha decantado en una crisis de salubridad, con millones de víctimas cobradas en los últimos 50 años. No solo echó mano a su propia biografía, que incluye a un abuelo asesinado a tiros por su propia abuela; también puso el acento en la historia fundacional y contemporánea de Estados Unidos, las difusas motivaciones de los asesinos que han protagonizado algunos de los tiroteos más devastadores, las políticas adoptadas por las autoridades para mitigar las consecuencias mortales detrás del uso de armas y datos.
En declaraciones a The Guardian, Auster comentó que esperaba que su libro fuera un aporte al debate interminable que se da en su país sobre la posesión de armas, y que ha significado matanzas y tiroteos, por ejemplo en la escuela secundaria de Columbine, Colorado, en 1999. “(Con este libro espero) que inicie una discusión que realmente no hemos tenido en Estados Unidos sobre cómo enfrentar esta monstruosa situación que hemos construido para nosotros mismos. Lo veo como un proyecto nacional por el que estoy dispuesto a seguir adelante y ser un misionero, y tengo muchas ganas de ver qué tipo de efecto tendrá. Con suerte, también será instructivo para las personas fuera de los EE.UU., porque una gran cantidad de mis amigos británicos y europeos están completamente perdidos cuando se trata de tratar de comprender la violencia armada estadounidense. Así que traté de explicar la historia detrás de esto”.
Y en noviembre de 2023, Auster publicó el que resultó ser su último libro en vida, la novela Baumgartner, y que en Chile estuvo disponible desde el verano del 2024 vía Seix Barral. Se trata de un ejercicio que se acerca mucho a la autoficción. El protagonista -Baumgartner- es un autor estadounidense septuagenario que realiza una serie de rememoranzas sobre su vida, que incluye su matrimonio con una poeta de su país (en alusión clara a su esposa, la escritora Siri Hustvedt).
A diferencia del resto de su obra, este volumen tiene un tono más evocativo. Así al menos lo reseña el matutino español El País. “Sorprende por su profundidad emocional y la sencillez de su calado narrativo. Es como si en ella se diera cita, destilado, todo lo que a lo largo de los años el autor fue incorporando a su celebrado corpus novelístico. Tras jugar con todos los registros al alcance de la ficción, explorando sus límites, Baumgartner destila cinco décadas de sabiduría narrativa”.
“La última novela de Paul Auster es un volumen de apenas 200 páginas hasta el que llegan ecos sutiles de muchas de sus narraciones anteriores, remedando la danza de la muerte ejecutada en Viajes por el Scriptorium (2006), novela en la que el escritor se despedía de los fantasmas de la creación literaria que habían sido sus personajes”.
El 12 marzo del 2024, Siri Hustvedt actualizó el estado de salud de su marido, y tuvo palabras esperanzadoras. “Hoy he hablado con él y por primera vez desde que empezó su tratamiento está trabajando en algo”, y agregó algo revelador: “Él está estable por el momento. Ha sido un año lleno de emergencias, no tanto por el cáncer en sí, sino por los tratamientos. Vivir con alguien que padece de una enfermedad letal te cambia la vida”. También dejó entrever que aparentemente Auster iba por buen camino en su recuperación. “No sabemos lo que el futuro nos depara, sin el tratamiento no tendríamos a Paul hoy”.
Sin embargo, el tratamiento no alcanzó y Auster murió este martes 30 de abril. En una de sus últimas entrevistas, a La Nación, de Argentina, señaló algo que suena como una despedida: “Yo odio la palabra disciplina, me hace pensar en cosas que uno no quiere hacer, y yo sí quiero hacer lo que hago. Me levanto y tengo el día más aburrido que puedas imaginar: jugo de naranja, té, diarios y trabajo. Trabajo durante todo el día, me tomo un break en el medio, como un sándwich al mediodía y a las cuatro o cinco me detengo. ¡Entonces estoy tan cansado! Mi cerebro está frito, y mi cuerpo siente que corrió una maratón. Y después de ese día, hay veces en que sólo produzco una página, pero me saca todo lo que tengo adentro. Quedo muy cansado, de verdad”.
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