¿Por qué el mundo se ha fascinado con la historia de acoso y trauma de Bebé Reno?
La miniserie de Netflix se ha convertido en un suceso global. Una historia real de acoso que vivió su protagonista por parte de una mujer y que ha servido para toda clase de análisis. "Ha sido clave la gran epidemia actual del mundo: la soledad" y "no habíamos visto MeToo desde la perspectiva masculina”, son algunas de las tesis.
Desde su estreno en la segunda mitad de abril, la miniserie Bebé reno (Netflix) se ha convertido en un sorpresivo fenómeno global. En sólo tres semanas ha reportado alrededor de 22 millones de visitas, está en primer lugar entre lo más visto de la plataforma y ha desatado teorías, análisis y opiniones de todo tipo, incluyendo la de luminarias de la cultura popular como el escritor Stephen King, rendido ante una historia que aborda tanto el acoso como el trauma y la soledad.
“A diferencia de la mayoría de los episodios de las series en streaming, que pueden parecer abultados a los 50 minutos, o incluso más, los episodios de Bebé reno, cada uno de unos 30 minutos, son como puñaladas cortas y rápidas administradas por un cuchillo muy afilado. Es de lo mejor que he visto en mi vida”, calificó el autor en The Times, entusiasta frente a una producción trepidante y que sólo se despliega por siete episodios.
“La serie que perturba al mundo”, ha sido otro de los calificativos estampados por medios de comunicación, una forma de encuadrar de modo simple un relato que no ha dejado indiferente a nadie.
Una narrativa compleja
Se trata de la historia de Donny Dunn (Richard Gadd), un empleado de un bar recién llegado a Londres, pero cuyo sueño mayor es abrirse paso como comediante en la exigente –y a momentos humillante- escena de la capital inglesa. Cuando está en su faena de servir platos y cervezas desde la barra, conoce a Martha (Jessica Gunning), una clienta de aspecto triste y ojos llorosos que se acerca al lugar, revelándole que es una abogada llena de éxitos legales y de contactos envidiables.
Donny no le cree demasiado –ella no tiene dinero, él le ofrece una tacita de té como cortesía-, pero hay algo que lo flecha desde el primer minuto. Su carcajada chillona e hinchada en desparpajo. Para un comediante que cada noche mastica el fracaso, el anzuelo es ideal.
A partir de ahí tejen una relación que se abulta en encuentros, risas y la necesidad mutua de estar juntos. Pero para Martha, la presencia de Donny se transforma en el eje único de su existencia. Le envía 80 correos diarios y la propone armar una familia. Lo sigue a sus presentaciones de stand-up y le comenta sus fotos de Facebook de hace una década. Se convierte, en rigor, en una acosadora. Un peligro y un calvario para su vida.
Se trata también de una narrativa inspirada en un drama real de Gadd, quien antes había contado el relato en un monólogo de 2019 que le valió un premio Oliver.
Dentro del éxito de la producción, la verdadera Martha –Fiona Harvey- ha aparecido recientemente en el periódico The Daily Mail para entregar su versión de los hechos: “Ahora está usando Bebé Reno para acosarme. Soy yo la víctima. Ha escrito un maldito programa sobre mí”. Incluso, subrayó que evalúa establecer una demanda contra Gadd y que ha recibido amenazas de muerte.
Como fuere, millones de espectadores toman palco y observan la historia con fascinación, prendados de un libreto donde la tristeza, la lástima, las ansias de triunfo, el bullying y la soledad se entrelazan en una relación tóxica. ¿Por lo mismo, por qué Bebé Reno ha capturado al mundo?
La gran epidemia de la soledad
Para el crítico Gonzalo Frías, todo tiene que ver con un elemento medular: “El nivel de desinhibición emocional de los dos personajes es impactante y ha tocado una fibra colectiva. No tienen tapujos ni temor en mostrar sin filtro alguno lo que sienten. Eso es clave para un mundo como el de hoy, donde la gran epidemia es la soledad. Hay una proyección de los espectadores hacia lo que viven los personajes. Eso ha sido explosivo”.
Luego sigue: “Martha se siente tan sola que sólo quiere conectar con alguien. Es lo único que busca. Y cuando eso sucede, lo toma como una verdadera carta de amor. Como una entrega total. ¿Cuántas de esas historias no vemos a diario en los bares, en el metro o en cualquier sitio?”.
La crítica de series Isabel Plant también cree que hay un par de puntos fundamentales para comprender el explosivo éxito de la miniserie: “A favor de Bebé reno hay un par de cosas. La primera es que Netflix ha estandarizado sus producciones, tiene un gran bulto de estrenos, pero todos son de calidad que no salen mucho del molde, es como un supermercado mayorista. Dentro de este supermercado mayorista, tiene un par de productos premium. Y Bebé reno entra en esa categoría. ¿Por qué? Porque es completamente original, si se compara en cuanto a temática con cualquier otro estreno de los últimos años. No habíamos visto MeToo desde la perspectiva masculina como lo vemos aquí”.
Luego sigue: “Tiene también la plusvalía de ser una historia real, a la gente no hay nada que le guste más que después googlear esa historia, es fascinante. La historia de una acosadora es muy entretenida, es increíble. Tiene esa historia real y tiene un punto de vista original de temáticas que hemos estado conversando como sociedad: el abuso por parte de un hombre como víctima y no como victimario; ver una transición que alguien en edad adulta reconsidera su sexualidad. Tiene hartos temas de hoy que los incorpora en esta especie de thriller-comedia, pero también con un protagonista que pone en entredicho su propio comportamiento, no sólo a la hora de revictimizarse, sino que también tiene matices. No de que se merecía el abuso, pero por qué los seres humanos nos comportamos cómo nos comportamos, esa exploración la encontré muy interesante para un personaje principal, y fuera de lo que estamos acostumbrados a ver. Son temáticas que están en la actualidad, como el acoso y las víctimas, pero vistas desde una perspectiva nueva. Sin ser un estreno grande de Netflix, se convirtió en algo de lo que todo el mundo está hablando”.
Daniela Lagos, crítica de series de Culto, también entrega su perspectiva: “Probablemente una de las cosas que más llama la atención es que es una historia que, a pesar de ser simple, parece imposible o al menos muy improbable, entonces cuando nos enteramos de que es todo verdad, se vuelve aún más atrapante. Además, está el componente de una persona reviviendo su propia historia, más muy buenas actuaciones y un gran manejo de la tensión y el drama que hace que sea una serie perfecta para ponerle play al primer episodio y no parar hasta que termina”.
El sismo de una historia pequeña
Álvaro Ceppi, guionista y director de la escuela de cine y realización audiovisual de la Universidad Diego Portales, cree al igual que Frías que Bebé reno conectó con experiencias cotidianas de la audiencia: “Aquí se trata de una historia pequeña, que parte como un anecdotario menor, pero que termina transformando una vida. Eso identifica mucho. Todos tenemos capítulos que parecen de poca importancia en nuestra vida, pero que terminan desencadenando un sismo gigante”.
También hace foco en el personaje de Donny Dunn y precisamente en los mundos que representa: “Es un personaje súper poco heroico, como lo somos todos, que lucha con sus traumas del pasado y con las dificultades que trae el día a día. También como nos sucede a todos. En ese aspecto, guarda un aspecto tragicómico, pero que después va adquiriendo ribetes de drama. Para que un serie mantenga su narrativa, tiene que ir mostrando varias capas, partir en algo e ir desarrollándose en un drama más profundo. Tiene que ser una cebolla que se va pelando de a poco. Y aquí se logra absolutamente”.
Ceppi además cree que hay una sensibilidad post pandemia que puede explicar la penetración de Bebé reno. “Hay un sentimiento después de la pandemia de desamparo, en que la gente quedó coja con sus sentimientos, por eso se aferra a estas historias. Está bueno verlo en una pantalla”.
“Hay tres elementos centrales de por qué es maravillosa esta serie”, introduce por su lado Marcelo Castañón, guionista y coautor de la teleserie Como la vida misma (Mega), quien también declara un fervor total por la apuesta de Netflix.
Luego desarrolla: “Uno, es implacable para contar la historia. La manera de abordar el tema, que usualmente es tratado con mucha delicadeza, con mucho cuidado y hasta cierto miedo por los tiempos de corrección política que existen hoy, esto va totalmente en contra de eso. Hay un viejo dicho que dice ‘a los personajes hay que crearlos con amor, para después tratarlos con odio’. Este caso es el mejor ejemplo de eso. La serie trata súper mal al protagonista”.
“Esto tiene que ver con el segundo punto, que no nos vinculamos demasiado con el protagonista; la historia es tan potente, el tipo puede ser hasta desagradable y uno no está de acuerdo con sus acciones; cuando trata de justificar sus acciones, incluso en ese caso uno no está de acuerdo. Aún así, la historia es demasiado potente y demasiado implacable, muy atrapante”.
“En tercer lugar, un valor agregado, es el morbo que ha despertado. Tiene que ver con una especie de true crime para fanáticos, tratando de descubrir quién era esta chica, quién era el guionista que había abusado de él. No sólo es el fenómeno en sí, sino que también lo que generó al saber que es autobiográfica. Eso involucra demasiado al espectador, investigar qué pasó con eso”.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.