Belén Martínez es una escritora española con siete publicaciones dentro de los últimos seis años. Su debut fue Una sonata de verano, novela de fantasía que juega con la magia y el destino; asimismo, el resto de sus textos se encasillan dentro del género de realismo mágico y la fantasía.

Dentro de sus últimos proyectos, se encuentra la trilogía El vals de la bruja, publicada por Ediciones Urano, y Placeres mortales, por la misma casa editorial. El trabajo literario de Martínez ha destacado entre la gran cantidad de libros que llegan al mercado, en especial, por lograr ser un gran superventas, y también por el carácter de denuncia que han adquirido algunas de sus publicaciones. Temas como el feminismo, bullying, violencia y abuso, se encuentran presentes detrás de los tintes fantasiosos que pueden atrapar al lector.

En el contexto de la tercera Amabook Experience realizada en Chile –eventos literarios en que autoras de diversas nacionalidades realizan giras internaciones conociendo a sus admiradores–, el pasado 30 de abril, visitando el país junto a Shelby Mahurin –autora de la saga Asesino de brujas–, Belén Martínez conversó con Culto respecto a su proceso literario, el lugar seguro que encontró en la fantasía, el feminismo dentro de la literatura juvenil actual y el fenómeno del romantasy.

“Creo que la ficción es una forma más fácil de tratar ciertos temas. La fantasía es una buena forma de disfrazar o transformar un poco la realidad, a nuestro favor. Me puedo expresar con más libertad en ese género literario”, comenta Martínez.

Crear una historia

Enfermera de profesión, se ha dedicado los últimos años también a escribir historias, una pasión que reconoce desde temprana edad: “Desde siempre me gustó crear historias. Cuando era pequeñita, me leían cuentos y siempre me preguntaba qué pasaba después. A veces algún personaje se me quedaba marcado y hacía historias alternativas en mi cabeza, porque todavía no escribía”, comparte.

“Lo de la fantasía no es algo que haya escogido conscientemente. No pienso en ningún género cuando empiezo a escribir. Tengo la historia, los personajes y cómo se va a desarrollar, pero no tengo claro si voy a escribir una novela de fantasía, dark academia o de otro género. Aunque siempre voy a dos vertientes: la fantasía o el realismo mágico. Es porque es lo que más me gusta leer, aunque leo de todo”, agrega.

Respecto a algunas herramientas que utiliza, señala: “Me preocupa mucho la tensión dentro de mis libros. No me gusta cuando la gente adivina lo que va a pasar y creo que es algo clave en mis tramas. A través de mi escritura intento dar pistas, pero no demasiadas y tampoco quedándome corta, porque sino, llegas al final y nada te sorprende”.

Denunciar a través de la escritura

Escribir puede funcionar como un canal de expresión, y así es, en parte, cómo Martínez ha decidido usarlo: “Encontré en la escritura una plataforma para que estas situaciones complejas y cuestionables lleguen a más personas. Es mi forma de gritar, de decir ‘esto no me gusta, tiene que cambiar’”, reflexiona.

Respecto a sus motivaciones, comparte: “Siento que desde mi posición no puedo hacer mucho, no estoy en un gobierno, no dirijo ninguna organización importante, no soy nadie para denunciar ciertas cosas. Pero puedo escribir”.

“Aunque no es algo que haga a propósito muchas veces. Depende del libro, por ejemplo, con El vals de la bruja no quería realmente denunciar nada, quería pasármelo bien escribiendo. Con Placeres mortales era una mezcla, me lo pasé bien, pero también he querido denunciar ciertas cosas, sobre todo dentro de la lucha feminista”, explica.

“Algunos de mis libros incluyen alegatos contra el bullying, la homofobia u otros temas actuales, que seguimos viviendo, que a veces la gente piensa que han pasado, pero que realmente siguen siendo contingentes, y aún queda mucho por luchar”, cierra.

Feminismo dentro y fuera de la literatura

La más reciente publicación de Martínez es Placeres mortales. En cerca de seiscientas páginas, a través de la ficción, cuenta la historia de venganza de Cixi, una criada en una poderosa familia. Algo destacable en esta novela es la protagonista: una mujer joven y fuerte que lucha por sus objetivos sin importar las consecuencias.

“Quería hacer a esta chica fuerte, es una historia que tiene mucho que ver con la venganza. Tiene mucho de feminismo”, comenta. Y hablando de las protagonistas en la literatura general, agrega: “De igual manera, creo que no se puede confundir a la mujer en estos libros, muchas veces se imagina a una mujer fuerte como alguien ruda, que pasa de los vestidos y que es poco femenina. Me he propuesto demostrar que eso no solamente puede ser así, que se puede complementar el ser fuerte y poderosa con la feminidad, con la fuerza interior”.

“Hoy tenemos que callar tanto, sufrir tanto en silencio, y si levantamos la voz y decimos algo que no le gusta a los hombres, somos locas o una zorras”, expresa. “Muchas veces se nos controla, se nos impide ser quienes somos. En la literatura me parece que no hay tanta censura, por lo menos en algunos ámbitos, y entonces hay que intentar luchar por ello. Es importante que haya referentes fuertes, que las mujeres y las niñas puedan ver que pueden ser así. Me gusta que se piense así de mi protagonista, porque para mí es fundamental en el porqué de la trama”.

“Aunque hay muchas historias que son feministas, debería haber más y tenemos que alzar más la voz. Tenemos que recuperar no ’más espacio’, sino que hay que recuperar ‘nuestro espacio’”, analiza.

Sobre el feminismo fuera de lo escrito, analiza: “Creo que hemos avanzado en la lucha feminista, pero falta”. Y ejemplifica: “Cuando eres una adolescente y empiezas a salir, te das cuenta de que te miran, te siguen por la calle, intentan liarse contigo en la discoteca, tú no quieres y se sobrepasan. Luego empiezas a trabajar, y si hablas demasiado eres una creída, pero si lo hace un hombre, tiene mucha iniciativa, pero tú eres una pesada. Y cuando eres madre, es normal que los niños te presionen a ti, pero también tienen un padre y no hay mucha equivalencia en eso”.

“Son pequeñas batallas que tenemos que ir luchando, y ganando. Yo creo que las ganaremos, pero poco a poco. Hemos avanzado, pero no hay que olvidarse de que aún faltan muchas luchas, no solo en el feminismo”. Además, Martínez comenta que desde que fue madre, ha notado ciertas facetas del machismo que no reconocía previamente: “Sigue habiendo mucho paternalismo hacia las mujeres, y creo que falta mucho respecto a la crianza. Desde los trabajos, los sueldos y los roles impuestos hay una diferencia muy grande”.

Finalmente, la autora realiza una crítica a los libros catalogados como dark romance –historias con alto contenido sexual, que normalmente incluyen escenas de violencia o relaciones tóxicas–: “Creo que en los libros ahora mismo hay una cosa un poco rara con el feminismo, porque está el dark romance. Me cuesta considerar que hay algo de feminismo en ello y no creo que estén haciendo ningún favor al movimiento”.

El fenómeno del romantasy

El romantasy se considera un subgénero que une el romance y la fantasía. No se trata solo de que haya alguna relación entre personajes de una historia fantástica, sino que ambas temáticas estén de manera equilibrada en la trama. Si bien hay quienes catalogan los libros de Martínez en esta sección, ella no lo considera así, y admite ser admiradora del género.

“Creo que el romantasy es una tendencia como las que siempre aparecen. Hace años hubo mucho éxito con vampiros, ahora está volviendo un poco, en conjunto con las distopías. Son tendencias que suben y bajan. Probablemente ahora el romantasy está en su punto álgido y conforme pase el tiempo bajará y vendrá otra cosa que también nos volverá locos, porque así funciona”.

Algunas autoras que destacan en el subgénero son Sarah J. Maas –Trono de cristal–, Jennifer L. Armentrout –De sangre y cenizas– y Kerri Maniscalco –A la caza de Jack el Destripador–.

Una nueva novela

En medio del evento que trajo a la escritora a Chile, se anunció cuál será su próximo título en llegar a librerías nacionales, dentro de este primer semestre. Se trata de Sangre de dioses. “Es una novela que salió en 2020 en Argentina, pero por la pandemia no se publicó como planificábamos en todos los demás países”, explica.

Respecto a la trama, comparte: “Es una historia de fantasía épica, no tan romántica. Tiene tres personajes principales: una está destinada a ser por siempre la criada de una familia noble, otro es un heredero que debería tener un poder que no posee, y la otra es una damisela en apuros que está prometida y que sueña con príncipes azules. El rey muere, todo cambia, y sus destinos se rompen. Ahora ellos pueden elegir qué hacer con sus vidas”.

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