Álex Anwandter: “El subrayar lo masculino se me hace muy gay”
Dime Precioso, es el nuevo disco del músico chileno. Un trabajo que escribió en apenas tres meses y en que volcó sus obsesiones más recientes en medio de sus días en Nueva York, entre el juicio a Donald Trump y las guerras en el exterior. Pero de allí sacó un álbum en que elude hablar de temáticas, e incluso se explaya de manera menos directa sobre temas como el mundo gay. Aunque ha ganado experiencia como reputado productor junto a Juliana Gattas y Julieta Venegas. Acá, Anwandter, tan inquieto y lúcido como de costumbre.
Fue un propósito de año nuevo. Tras repartir abrazos y celebrar, el músico chileno avecindado en Nueva York, Álex Anwandter (Santiago, 1983), comenzó a pensar en sus planes para la nueva temporada. El año 2023 ya fue cargado para su agenda, con el lanzamiento de su celebrado álbum El Diablo en el Cuerpo, el que lo tuvo de gira promocional hasta noviembre. Luego viajó hasta Sevilla para participar en la ceremonia de los Latin Grammy como invitado de la mexicana Julieta Venegas, quien ganó la categoría de Mejor Álbum Vocal Pop por su disco Tu Historia, en el que Anwandter fue productor musical y coautor.
“El 2 de enero siempre me baja como una crisis existencial y me pongo a pensar ’ya, qué voy a hacer este año’. Me pongo a inventar millones de planes y en general, los hago casi todos”, comenta desde la Gran Manzana a Culto. Y ahí surgió lo más obvio para un músico, trabajar en un nuevo disco. Luego de tres meses en el estudio, el ex Teleradio Donoso tuvo listas las 9 canciones que integran Dime Precioso, el lanzamiento ya disponible en las plataformas digitales desde el 24 de mayo.
Lanzar un nuevo disco, apenas un año después del anterior, no es lo habitual en la industria. En el caso de Álex Anwandter solo había ocurrido una vez, en el inicio de su carrera en solitario, cuando su celebrado álbum Rebeldes (2011), el primero publicado con su nombre, salió a las tiendas al año de su trabajo anterior, el disco de innegociable electropop que firmó bajo el nombre de Odisea (2010). Pero desde ahí fue siguiendo el curso más común de dejar pasar algunos años entre cada lanzamiento.
Y en eso estuvo, hasta ahora. En el caso de Dime Precioso, dice que simplemente, no quiso esperar. Compositor prolífico, Anwandter no se amarra a ciclos para crear, sino que está en permanente trabajo de composición y búsqueda de ideas musicales. “Siento que en parte es rebeldía en contra de lo que se conoce como el ciclo de álbum. Hay ciertas etapas que cumplir, los videoclips que salen antes, la publicación, la gira y después los festivales. Y entre todo eso, obviamente, no puedes publicar nada. Y la verdad es que yo escribo bastante y pasar todo ese tiempo con todo ese ciclo de álbum mientras escribo más canciones, significa también darse vuelta dentro de las mismas canciones demasiado tiempo. Entonces, me termino medio volviendo loquito y quería hacer este proceso más fluido sin darle tanta vuelta”.
Como todo compositor, Anwandter quiso marcar ciertas claves para el nuevo álbum. El primer adelanto fue el sencillo Gaucho, una encendida canción de evidente vocación pop que de alguna forma se conecta con la energía más pistera de El Diablo en el Cuerpo. Y por supuesto, el mismo músico se ocupó de la dirección del videoclip, de clara inspiración novelesca, junto a Josefina Alen. “Me gusta la energía que tiene esa canción, lo conectada que está con su sentimiento, que es como una especie como de calentura disfrazada de drama latino. Es media de telenovela, muy pasional. Para mí es como una canción extra, extra gay, pero medio graciosa igual”.
El gaucho es una figura muy masculina ¿qué te llamó la atención?
Yo creo que lo del gaucho son dos cosas. Una, es que la escribí en Argentina porque he pasado bastante tiempo allá y lo otro es que tiene esta lectura hot de una figura extramasculina latinoamericana, hay cierta subversión al respecto, darle una vuelta. O sea, todo eso que es extramasculino, para mí, es extra gay. El subrrayar lo masculino se me hace muy gay.
¿Y por qué la campana que suena al principio y luego se repite?
La campana esa, curiosamente, es un sintetizador. Está muy bueno el diseño de sonido de ese timbre en particular. Pero también como lectura me gusta porque me recuerda a la Iglesia, cada vez que puedo aprovecho de tirarle un palo a la Iglesia y la meto en algo extremadamente gay.
Son habituales las referencias al mundo gay en tus letras, pero en este nuevo disco da la idea de que están, pero más sublimadas, a diferencia de otras canciones anteriores como Manifiesto (del disco Amiga, 2016) que es mucho más directa...
Me he propuesto escribir menos canciones como Manifiesto, porque ya la escribí. No me hace mucho sentido escribir Manifiesto parte dos, parte tres, parte cuatro. Creo que es un poco aburrido como arte cuando es muy propagandístico. No digo que Manifiesto sea propagandístico, es literalmente como una especie de declaración de intenciones. Pero incluso cuando escribía esa canción hace bastante tiempo tenía súper claro que era una canción que podía escribir solo una vez. Entonces, por eso también tiré mucho material ahí porque me interesaba que quedara muy claro lo que yo pensaba. Justamente antes de hacer estas canciones, se podría haber argumentado que mi trabajo tenía cierta ambigüedad política, pero desde que escribí todas esas canciones ya no. Pero esa no es razón para escribir una y otra vez lo mismo.
En las letras del disco hay ciertos temas que bien podrían leerse sobre la miseria humana: que no hay dinero, que le digan precioso, hay otra que dice que no quiere trabajar, ¿fue algo pensado o se fue dando en el camino?
No, yo creo que lo que tienen en común es que por haberlas escrito en un tiempo no tan largo, es que se sienten bien conectadas entre sí. Igual estoy intentando escribir cada vez más alejado de temáticas, por decirlo de alguna manera. Me gusta no tomar una temática y escribir una canción al respecto, sino que al revés. Si surgen temáticas de lo que sea que estoy escribiendo, perfecto, pero estoy escribiendo medio como en trance y como desde mi inconsciente, prácticamente.
¿Y vino así el título del disco? hay una canción que se llama Dime Precioso...
No, de hecho, fue al revés. Primero se me ocurrió el título del disco, que costó harto que se me ocurriera, porque no entendía muy bien de qué estaba hablando. Y cuando se me ocurrió, dije: esto es, voy a escribir una canción al respecto. Para mí es una especie de chiste trágico, una especie de obsesión actual, que yo también tengo en cierta medida, de querer validación externa, de que te digan que eres lindo, que eres precioso. En un contexto donde en el mundo suceden cosas horribles, catastróficas, genocidio, y uno está ahí como en plan ‘díganme que soy lindo’. No me juzgo mucho porque yo soy también parte de la cultura, pero sí se me hizo algo medio loco, muy absurdo, un poco gracioso y un poco horrible también.
¿Cómo es tu proceso para escribir letras?¿es distinto a la música?
Igual que con la música, yo siento que mientras más rápido sale, en general la canción es mejor. Y cuando no sale de una, hay que trabajarla bastante. Yo siento que los músicos en general tendemos a no ponerle tanto trabajo a la letra como le ponemos a la música, porque es más entretenido estar con las máquinas, con la guitarra y qué sé yo. Pero al final del día es súper importante, o quizás lo más importante, entonces me obligo un poco a no escribir cualquier cosa y publicarlo, sino que realmente me sea satisfactorio y me identifique. Porque sé que después tengo que andar cantando las canciones varios años y no me gusta cantar cosas con las que no me conecto.
Con todos los años que ya acumulas de experiencia, ¿ha variado la forma en que haces canciones?
Yo creo que ahora tengo más seguridad. Es análogo a lo que uno siente, o espero que la gente en general sienta a medida que envejece, que es tener menos dudas de uno mismo y estar más claro en tu propia identidad. Me gusta mucho este disco porque a pesar de tener unas influencias que yo siento que no deberían ser coherentes, igual suena muy a mí. Y eso me hace sentir bien. O sea, meter a Burt Bacharach, a Led Zeppelin y que suene como un disco que hice yo y no otra persona, para mí está bien.
Al escuchar el disco es claro que tiene partes más pisteras, como El Diablo en el Cuerpo, pero también pasajes instrumentales, hasta hay alguna parte casi narrada ¿hay algo de diálogo con el anterior disco?
Yo veo mi trabajo de un disco a otro como avanzar en zigzag. Siempre trabajo un poco en reacción a lo anterior, pero es imposible que no haya algunos elementos de continuidad. Como hubo tan poco tiempo entre estos discos, siento que por eso hay una continuidad en algunas canciones un poco más notorias, como sobre todo las canciones bailables. Pero también, de nuevo, me permití avanzar en zigzag en el sentido de que me fui en otra dirección que pensé que era distinto a la anterior. Y me permití incorporar elementos que hace tiempo no metía o que no había hecho nunca, como cosas más jazzeras o cosas que en mi mente, son como rock tipo Led Zeppelin. A mí me encanta Led Zeppelin, soy fan desde siempre, ahora es como es muy poco cool Led Zeppelin, pero ¿qué importa? es parte de mi historia también y tengo que valorarla.
Las lecciones de Julieta Venegas
Además de dedicarse por completo a escribir su propia música, Álex Anwandter se ha vuelto un solicitado productor. Aunque en el pasado ya ha hecho esa labor para discos de artistas indie chilenos (su nombre figura en trabajos de Fother Muckers, Adrianigual, Planeta No y Francisco Victoria), en el último tiempo ha conseguido trabajar con artistas internacionales. Como decíamos, apoyó a la mexicana Julieta Venegas coescribiendo material en su celebrado disco Tu Historia (2022) y fue clave en el debut como solista de Juliana Gattas, la cantante del dúo electropop argentino Miranda!, titulado con el cinematográfico nombre de Maquillada en la cama (2024).
“Las dos experiencias fueron bien distintas entre sí -dice Álex-. Porque el disco de Juliana lo escribí entero, lo produje y ella lo interpretó, básicamente, pero son canciones mías que escribí para ella. Eso es algo que nunca había hecho, escribir para otra artista en su voz. Me resultó muy entretenido, era como dragearse un poco, ponerme tacones y ver qué salía. Juliana es como un vehículo ideal en ese sentido porque tiene una performance increíble. Y el disco de Julieta fue muy distinto porque ella es una de las mejores compositoras en español de la historia. Tiene una identidad artística súper fuerte que me interesaba mucho respetar. Claro, obviamente es una colaboración, pero no era para hacerla sonar como yo, era hacerla sonar como ella de una manera distinta”.
¿Qué se aprende de una artista con la trayectoria de Julieta Venegas?
Aprendí mucho de Julieta. O sea, solo verla trabajar es una cosa impresionante. Tiene una especie de combinación entre magia y una voluntad de trabajar que superaba muchísimo a lo que yo pensaba que era mí voluntad. Yo le decía: ‘mira, Julieta, creo que el puente de esta canción podrías trabajarlo un poco más’. Ella me decía: ‘ya, perfecto’. Se iba al piano y estaba ahí intentando, intentando, intentando, hasta que lo lograba. Me impresionó mucho que alguien con una carrera como la que tiene ella aún trabaja así. Y en verdad es al revés, tiene la carrera que tiene porque trabaja así.
A partir de estos trabajos ¿te han llegado más ofertas para trabajar como productor?
Sí, nada que pueda revelar aún, porque estoy en etapas iniciales, pero sí. He tenido.
¿Y qué te significa como músico el exponerte a otra mente al trabajar de productor?
A mí me encanta producir porque es como todo lo que me gusta de la música sin la interrupción de la autopercepción involucrada. O sea, cuando yo me produzco a mí mismo, estoy un poco dudando de las decisiones que tomo, porque es como mirarse en el espejo. Uno se ve medio distorsionado, ve solo los defectos, pero cuando ves a otra persona como que tienes menos rollo, es más fácil. Así que es súperentretenido.
Ya llevas algunos años radicado en Nueva York ¿cómo ves la ciudad?¿te juntas con chilenos?
Tengo un amigo chileno, Camilo Salas, un colega tuyo, periodista, que lo conocí en Chile y somos amigos hace 20 años, le mando un saludo ajajaja (ríe). Y sí, hay cosas que me gustan y cosas que no me gustan. Uno conoce mucha gente de todo el mundo, eso es bien entretenido. Pero el invierno, o sea, acá estamos hablando de menos 15, menos 20 y es como...no, basta. Se me acaba la leche y me quedo sin leche nomás, no salgo a comprar con menos 15 grados. Está bien, es entretenido.
Estando allá ¿has seguido lo que ha pasado con el juicio a Donald Trump?
Yo creo que va a ser presidente de nuevo. Y yo siento que la gente acá, o la gente de mi generación por lo menos, siente una desesperanza bien intensa. Es que las opciones son horribles. O es este psicópata naranja de la televisión o un anciano completamente senil que ya sabemos que apoya un genocidio. Y esas son las dos únicas opciones. Además los demócratas son un desastre, incluso con con la presidencia, las dos cámaras y una Corte Suprema más favorable, igual no hicieron nada. Así que nadie tiene esperanza en ello. Incluso Bernie Sanders, que era como una especie de esperanza, también se reveló como un intenso sionista, así que, bueno, no hay caso. Incluso la Alexandria Ocasio-Cortez, que era como una especie de esperanza para el futuro, también está en ese plano de apoyo a Israel. O sea, es un desastre.
Álex Anwandter vendrá a Chile para participar en la ceremonia de los Premios Pulsar, agendada para el jueves 6 de junio y emitida en directo por TVN, en la que tiene dos nominaciones, una en la categoría Mejor Artista Pop y otra en Canción del Año, por el tema Mi vida en llamas. “Lo estoy pensando porque no sé muy bien qué hacer. Los músicos somos un público horrible. Yo creo que voy a tocar un par de canciones de distintas épocas y a intentar pasarlo bien con mi banda”.
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