Jorge Carrión, autor español: “El enemigo no son las IA o los robots, sino los hombres y mujeres que toman decisiones”

Jorge Carrión
Jorge Carrión, autor español: “El enemigo no son las IA o los robots, sino los hombres y mujeres que toman decisiones”

El escritor, que en sus novelas y ensayos aborda la convivencia entre la tecnología y la humanidad, regresó después de diez años a Chile para diversas actividades. En diálogo con Culto, reflexiona sobre los peligros y beneficios de la Inteligencia Artificial (IA), la necesidad de reinvención del periodismo y el riesgo del avance de la ultraderecha en el mundo.


Los recuerdos más fuertes de Jorge Carrión de su infancia tienen que ver con él escribiendo o leyendo. “Me acuerdo cuando llegó mi primera máquina de escribir a mi casa”, dice en una videollamada con Culto. Al momento de la entrevista se encuentra en un hotel en Santiago, pues después de diez años de ausencia, regresó a nuestro país para presentar sus más recientes libros, inaugurar una exposición en el Centro Cultural Gabriela Mistal (GAM), participar en conversatorios y, por supuesto, recorrer nuevas librerías.

Esta última ocupación marca parte importante de su vida y carrera. En su texto Librerías (2013) y la serie de televisión en CaixaForum+, Booklovers (2023), se demuestra el latente interés del escritor por estos espacios de venta y difusión lectora. El tema también lo aborda en el libro Contra Amazon (2019), donde reúne crónicas y ensayos sobre bibliotecas y librerías del mundo, frente al crecimiento del gigante en línea.

Creo que Amazon no ha conseguido un cambio de paradigma, sino que vivimos en una plena convivencia entre la lectura en papel y la lectura digital, entre la compra de libros por internet y la compra de libros en librerías, y yo pienso que esa convivencia es una buena metáfora de nuestra vida personal y cultural. Necesitamos ir a los museos, necesitamos tomar el café con un amigo o ir a un club de lectura, es decir, una vida física cultural y a la vez, también, tenemos una vida digital, viendo series o escuchando música a través de nuestros auriculares”, reflexiona.

El destacado autor español, Jorge Carrión, tiene una larga lista de trabajos en su haber, entre libros, podcast y series. Una variedad de formatos tan diferentes como las temáticas de sus ensayos y novelas.

La primera vez que estuvo en Chile, en 2003, visitó las tres casas de Pablo Neruda. “Mi conexión venía por Pablo Neruda, por José Donoso, de quien leí Casa de campo y me fascinó, y después por Roberto Bolaño”, comenta. Así, de diez en diez años-estuvo aquí en 2013-, ha regresado a suelo nacional, siempre atento a las transformaciones de la literatura chilena.

“Con el tiempo fui conociendo a muchos más autores y autoras, por ejemplo, incluí una crónica de Pedro Lemebel, otra de Juan Pablo Meneses y otra de Cristian Alarcón en mi antología Mejor que ficción: crónicas ejemplares (2012). Me interesan muchísimo autoras como Lina Meruane, Andrea Jeftanovic, Nona Fernández. De hecho ayer, Nona Fernández me comentaba en Twitter (X) que este fracaso de las narrativas de la memoria que yo veo en Europa, y que no han sido suficientes para frenar el auge fascismo, ella también lo ve en Chile y en las narrativas del Sur”, relata Jorge Carrión, quien es muy activo en redes sociales, tanto en la plataforma de Elon Musk, como en Instagram.

En dichos espacios virtuales, el escritor reflexiona sobre la actualidad y comparte sus últimas novedades editoriales, entre ellas Todos los museos son novelas de ciencia ficción (2022) y Los campos electromagnéticos (2023), ambas atravesadas por la temática de la Inteligencia Artificial (IA). Y es que sus libros aúnan de forma natural campos históricamente dicotomizados: la ciencia y la literatura.

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“Cuando empecé a escribir de un modo más sistemático de ciencia y tecnología, en mis artículos y en mi podcast Solaris, me di cuenta que también era muy fuerte en mi infancia el recuerdo de mi microscopio o de mi juego de minerales. Entonces, yo diría que la literatura y la ciencia y la tecnología siempre han estado muy presentes en mi vida y en mis intereses. Cuando revisas la historia de la literatura, desde Lucrecio hasta Joyce o Margaret Atwood, te das cuenta de que la ciencia siempre ha estado presente en la mejor literatura”, afirma Jorge Carrión.

Inteligencia Artificial, literatura y periodismo

“Año 2100. Se inaugura el Museo del Siglo XXI. El texto que leemos es el del catálogo de la exposición permanente, escrito con fuerza poética y ensayística por una inteligencia artificial”, versa el inicio de la sinopsis de Membrana (2021), de Jorge Carrión, que llega a Chile de la mano de la editorial española Galaxia Gutenberg.

—¿Cuándo comienza a interesarle la Inteligencia Artifical como tópico para escribir?

Mi primer texto sobre algoritmos es Contra Amazon (2019), y tiene que ver con cómo los algoritmos deciden nuestro consumo cultural. Después estudié el caso de Netflix, Spotify, de Google, y eso me fue llevando hacia el tema de la Inteligencia Artificial generativa, que extrañamente ensayé antes desde la ficción, en Membrana (2021), que desde el ensayo, en Los campos electromagnéticos (2023). Eso creo que es significativo, que la ficción, la novela, es un laboratorio que te permite pensar de otro modo temas que después puedes abordar desde la no ficción.

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—¿La Inteligencia Artificial potencia o inhibe la creación literaria?

Todo va a favor y en contra. La censura, por ejemplo, es una enemiga de la libertad de expresión, pero hay miles de ejemplos en la historia de la humanidad en que la censura ha sido un aliciente que ha impulsado el ingenio y la creatividad. La guerra es terrible, pero la guerra provocó la existencia del Guernica. De igual modo, la Inteligencia Artificial puede estimular, puede propulsar, es una herramienta extraordinaria para la creación de imágenes de vídeos o incluso de textos, pero a la vez puede ser un problema, porque puede limitar la imaginación, porque puede impulsar la pereza, porque puede ser una enemiga. Creo que hay que intentar buscar estrategias para que la IAs generativas, desde Mid Journey o Dall-E, hasta ChatGPT o Copilot, sean aliadas y no sean enemigas.

—Usted escribe en reconocidos medios en español. En el caso del periodismo, ¿cómo se ve afectado por la IA?

La Inteligencia Artificial permite muchas innovaciones que se pueden aplicar al periodismo de un modo muy creativo. Creo que hay que imaginar nuevas formas de comunicar y de hacer periodismo, lo he llamado el periodismo de futuros, y la IA te puede ayudar, por ejemplo, con los ejes de la generación de voces para un podcast, la reconstrucción de fotos o hasta elementos más creativos como ayudarte con un guion, con ideas...Creo que lo que hay que hacer es inventar lo que no existe y que la IA nos ayude a imaginar nuevas formas de documentar, de investigar y de trabajar que todavía no existen. Ahí hay todo un reto por delante para llevar la IA hacia nuestro territorio.

—¿Cómo evalua el panorama de los medios de comunicación, con el auge de la desinformación, las fake news y la posverdad?

Todo el nuevo ecosistema mediático, de las redes sociales y de los algoritmos, crea un viento que va a favor de la desinformación y de una vitalidad más bien frívola. Pero también creo que los errores han sido básicamente humanos. Creo que fue un error que el periodismo fuera gratuito en Internet, y ese error lo cometieron los directores de los diarios del mundo, que ahora han rectificado, y opino que es un error firmar convenios para que las empresas de IA se entrenen con textos del archivo de un diario, creo que tienen mucho valor y que no puede estar en venta.

Está claro que el enemigo no son las IA o los robots, sino que son hombres y mujeres que toman decisiones, en general, en su beneficio y de su economía y no del bien común. Es decir, si un diario prescinde de los servicios de tres periodistas, porque automatiza su sección de deportes, la culpa no es de los robots, es de sus empresarios que han tomado esa decisión.

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—¿Hay una desvalorización del periodismo?

Hay una precariedad que atraviesa ciertas artesanías y que hay que reivindicar. Hay que reivindicar la mirada humana entrenada, la sensibilidad, y recordar que incluso en un mundo en el cual el internet de las cosas y los sensores permitieran la percepción en tiempo real de todo, el que puede informar de verdad, in situ, es un ser humano. Entonces hay que intentar recordar eso, y en el contexto actual es particularmente importante, porque la ultraderecha no deja de crecer en todo el mundo y el periodismo es más necesario que nunca. Lo que pasa es que, con sus estrategias tradicionales, se ha visto que no es efectivo y tiene que reinventarse.

—En redes sociales publicó una imagen de su libro Los huérfanos (2014) y escribió que esperaba que ese escenario no llegara.

Lo que decía en X es que en Los Huérfanos imaginé un mundo en el cual la fe en la memoria histórica se vuelve un problema, porque resurge el nazismo en Alemania, o se crea un partido de samuráis nacionalistas en Japón, y eso lleva a la tercera guerra mundial. En Membrana (2021), la distopía es provocada por la Inteligencia Artificial, pero la Inteligencia Artificial también lo que ha hecho es estudiarnos, aprender de nosotros y descubrir que lo que nos hace humanos, aunque queramos creer que es la belleza, arte y la cultura, según la lectura de la Inteligencia Artificial, es el exterminio. Creo que el ser humano es tanto una cosa como la otra, cultura, diálogo y belleza, como asesinato, destrucción y maldad, y que hay que intentar encontrar un equilibrio.

Mis dos últimos libros, en cambio, Todos los museos son novelas de ciencia ficción y Los campos electromagnéticos son más optimistas, buscando—sin dejar de lado la crítica, porque la crítica es fundamental—relatos más esperanzadores, y en mis tres podcast, Solaris, Ecos y Gemelos digitales, he intentado también crear discursos que tienen que ver con la cooperación entre lo artificial y natural, entre el humano y lo maquínico.

—¿Cuáles son las bondades que tiene el podcast que no encuentra en la literatura?

La verdad es que para mí es todo un descubrimiento el lenguaje del sonido. Para empezar, la literatura es muy visual. Cuando lees, estás descifrando imágenes, que son palabras, y en mis libros a veces incluyo también imagen, o he hecho cómic. Después tengo una serie de televisión, Booklovers. Entonces yo he trabajado mucho lo visual. De pronto, descubrir un mundo narrativo en el que no ves nada, en que todo es pura imaginación, ha sido fascinante. Aprendí con Solaris, di un salto con Ecos, porque en Ecos sí que hay una voluntad de entender el mundo a través de la música o del arte sonoro, y después he virado hacia la ficción con Gemelos digitales. Hay algo muy radicalmente interesante del podcast, que es que se puede escuchar en todo el mundo. Los libros circulan lentamente, yo he tardado dos años en llegar a Chile con Membrana (2021), en cambio, Gemelos digitales se estrenó y a las tres horas ya había gente que la he escuchado en cien países de todo el mundo. Entonces esa inmediatez es también fascinante. Por último está el tema de la intimidad. Si el podcast lo lees tú, es como que esa persona te escucha a su oído, es una conexión muy fuerte a través del oído y me encanta.

La exposición que inauguró Jorge Carrión, Ficciones generativas: palabras, imágenes y territorios, está disponible en el GAM hasta el 13 de julio, y presenta piezas que demuestran el impacto de la tecnología en nuestra vida cotidiana, la lectura, la escritura y la identidad.

Ficciones generativas reúne las obras de varios artistas, entre ellas Todos los museos son novelas de ciencia ficción de Jorge Carrión, que dialoga con títulos como Nampülwangulenfe / Mapunauta de Daniela Catrileo y Nicole L’Huillier; Inteligencia Artificial, Arte e Indigeneidad del Colectivo AIA; Terram in Aspectu de Liliana Farber (Uruguay), entre otros.

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