Tormenta de nieve y un trasplante casi imposible: la emotiva historia real que inspira la película Ángeles Inesperados
La cinta dirigida por Jon Gunn se basa en la hazaña liderada por Sharon Stevens, una peluquera considerada 'un desastre', que logró organizar a toda una comunidad para salvar la vida de Michelle, una niña de 3 años que necesitaba un trasplante de hígado, en medio de una tormenta polar en 1994. La película ya está disponible en cines chilenos.
Ya llegó a los cines chilenos Ángeles inesperados (2024), una emotiva cinta sobre la familia, el amor y el poder de una comunidad. Dirigida por Jon Gunn (American Underdog), la película basada en hechos reales es protagonizada por Hilary Swank (Posdata: te amo) y Alan Ritchson (Reacher).
El filme cuenta la historia de Sharon Stevens, una peluquera sumida en el alcoholismo y problemas económicos, que experimenta un cambio en su vida cuando conoce a la familia Schmitt, integrada por Ed, un padre viudo, y sus dos hijas, de las cuales la menor —Michelle —sufre una grave enfermedad congénita. Debido a su condición, requiere un trasplante de hígado, lo que empeora la situación económica de la familia.
Es ahí donde Sharon se empecina en ayudar a esta familia, cueste lo que cueste, y moviliza a toda la comunidad de Louisville e Indiana para apoyar a la pequeña Michelle frente a la falta de dinero y, posteriormente, ante la tormenta polar que dificultó su trasplante.
“Mientras echaba un vistazo a la historia real y a la gente implicada, me pareció que nuestra obligación consistía en contar esto, honrando las vidas de todos ellos”, dijo el director de la cinta, Jon Gunn, a través de un comunicado. “Por ello, mi visión consistió en compartir— con honestidad e integridad— la verdad y los desafíos, así como el dolor de una historia real, pero de un modo optimista e inspirador (…) Me gusta mucho la idea de que esta historia gire alrededor de gente común y corriente”, agregó.
El resto del reparto está formado por Nancy Travis, Tamala Jones, Drew Powell, Amy Acker, Skywalker Hughes y Emily Mitchell.
La historia real
El obrero Ed Schmitt ya había perdido a su esposa, Theresa, por una extraña afección genética. Sus hijas, Ashely y Michelle, padecían la misma enfermedad llamada atresia bilateral, lo que generó que la menor de 3 años necesitara un trasplante de hígado.
La espera por el órgano duró dos años, hasta que el 17 de enero de 1994, la familia recibió la llamada que tanto estaban esperando. Un hígado estaba disponible, pero se encontraba en Omaha, Nebraska.
Sharon ya formaba parte de los Schmitt. Después de la muerte de la madre de las niñas, leyó la historia en un periódico local y se acercó para brindar su apoyo, en especial para contribuir en el cuidado de la pequeña Michelle. El plan para el trasplante sería el siguiente: en conducir a Indiana y, una vez ahí, el jet privado —gestionado por Sharon— se encargaría del resto del trayecto hacia Omaha.
No obstante, una tormenta de nieve azotaba el estado de Kentucky con temperaturas que superaban los treinta grados bajo cero. Las calles, carreteras y aeródromos estaban sepultados en la nieve.
El reloj estaba corriendo para poder realizar el trasplante. Más de mil doscientos kilómetros separaban a Michelle del anhelado hígado.
Sharon llamó de inmediato a la estación de radio local y logró que los locutores pidieran ayuda. De inmediato, los vecinos sugirieron dejar libre el aparcamiento de la Iglesia Cristiana del Sureste a fin de improvisar un helipuerto. Con palas y picotas, los vecinos de la localidad se propusieron despejar el espacio. Y lo lograron.
Los Schmitt llegaron justo a tiempo desde Kentucky: la abuela de las niñas, Barbara, Ed, Michelle y la hermana mayor, Ashley.
Así, Michelle Schmitt llegó sana y salva a Omaha durante la tormenta y recibió su trasplante exitosamente. Vivió hasta los treinta años hasta su deceso en 2021.
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