Álvaro Henríquez: “Puede que en algún momento nos encontremos con la música urbana dentro de los invitados de La Yein Fonda”

Álvaro Henríquez: "Puede que en algún momento nos encontremos con la música urbana dentro de los invitados de La Yein Fonda"
Álvaro Henríquez: "Puede que en algún momento nos encontremos con la música urbana dentro de los invitados de La Yein Fonda"

El cantante de Los Tres se alista para una nueva versión del clásico evento dieciochero. En charla con Culto, habla de sus mejores recuerdos en la historia de la cita y subraya su huella en la escena local: "Ha sido una revolución en la forma de hacer las fondas".


La noche del 17 de septiembre de 1996, cuando Chile se sumergía en la Transición y Los Tres se consolidaban como la banda más popular del país, La Yein Fonda decidió inaugurar su vida en la Plaza Ñuñoa no precisamente con cuecas, como podía dictar la lógica. Lo hizo con una sección de tangos.

“Imposible olvidar la apertura de esa Yein Fonda en su primera edición”, retoma ahora Álvaro Henríquez en diálogo con Culto y a la hora de viajar al debut del evento patrio, hace casi tres décadas.

Después sigue: “Fue cuando le dije a Pepe Fuentes que abrieran con tangos y él me respondió que era imposible abrir una fonda con tangos, ‘me van a tirar piedras’, a lo que le dije que entrara tranquilo, que la Yein Fonda era una fonda distinta y que no se asustara. Fue una maniobra arriesgada pero muy bien acertada. Pepe estaba eufórico después del show”.

-¿Es cierto que debió aleonarlo detrás del escenario con un corto de whisky para que perdiera el miedo a partir con tangos?

Pepe era una persona que no necesitaba que lo aleonaran, era así por naturaleza. Fueron varios cortos, no sólo uno (cuenta entre risas).

Los Tres Yein Fonda
Álvaro Henríquez

En rigor, el cuadro era aún más temerario: en unas celebraciones patrias en ese entonces rendidas mayoritariamente a las cumbias y en mucha menor medida a las cuecas, La Yein Fonda aparecía como un animal extraño. Una fiesta organizada por rockeros, consagrada a la música chilena e inaugurada por la cadencia de los géneros rioplatenses. Una genética híbrida que en su origen fue parte de su atractivo –no por nada el lema que enarbola es “Cuecas, cumbias y rock and roll”- y que le ha permitido eternizarse como sinónimo de una juerga de múltiples caras, ahí donde al pandero abraza sin problemas la guitarra eléctrica.

“Esa primera fonda provocó una revolución en la forma de hacer las fondas y la expansión de estas”, teoriza Henríquez en torno al gesto pionero de la cita, impulsando después a cientos de fondas a cruzar los lenguajes más disímiles sin demasiadas fronteras; de hecho, en las ramadas anunciadas para el próximo septiembre, se puede encontrar hasta música urbana.

La propia Yein Fonda siguió su propio trayecto desde ese 1996, mudándose entre distintas geografías, como la terraza del cerro Santa Lucía, la Quinta Normal, el Parque O’Higgins o el Parque Araucano. Ahora, llegó el minuto de retornar a la cuna: la instancia volverá a Ñuñoa en 2024, realizándose en el Parque Estadio Nacional los días miércoles 18, jueves 19, viernes 20 y sábado 21 de septiembre. Las entradas salen este miércoles 31 al mediodía a la venta.

Álvaro Henríquez Los Tres
Álvaro Henríquez

Álvaro Henríquez y el origen de todo

De alguna forma, en sus mismos inicios se explica el ADN que la ha caracterizado: se trata de una fonda que partió con una charla entre un rockero y un cuequero. Fue cuando el propio Henríquez empezó a lanzar ideas junto a Roberto Parra, el músico y hermano menor de Violeta que, según ha dicho el vocalista de Los Tres, “le cambió la vida”. Se conocieron hacia fines de los 80, cuando Henríquez fue parte del elenco musical de La negra Ester, la obra donde también participaba Parra. Mientras el primero apenas tenía 19 años, su mentor ya se empinaba por los 70.

A partir de ahí, Henríquez llevó los mundos de Parra a Los Tres, infiltrando la cueca brava, el foxtrot y la poesía popular en su cancionero, empujándolo incluso hasta el legendario MTV Unplugged que registraron en septiembre de 1995 en Miami. Para ese hito, Parra ya no estaba –había fallecido un par de meses antes-, pero el conjunto igual se las arregló para reverenciar su memoria y despachó dos cuecas y un foxtrot del repertorio del cantor.

“Es cierto. Don Robert siempre me decía que hiciéramos una ramada en tono de broma. Después de que Don Robert se nos fue me acordé de lo que decía y decidí hacer una fonda. A la que después nombré Yein Fonda. Por ello la figura de Don Roberto en La Yein fonda es fundamental”, califica el músico.

“Recuerdo que realizamos la grabación de esa primera versión de la fonda. También fue una instancia en donde conocimos a fondo la manera de tocar cuecas del gran Pepe Fuentes, Rabanito, Casabon, Traslaviña y Pollito González. Recuerdo también la participación de Los Jaivas y de Ángel Parra Padre”, enumera Henríquez con exactitud: para esa primear vez, Los Tres decidieron inmortalizar su acercamiento a la cueca grabado un disco que simplemente se tituló La Yein Fonda (1996) y que salió bajo el alero de Sony Music. Hoy por hoy, una joya difícil de encontrar en formato físico.

Álvaro Henríquez Yein Fonda
Foto 1: Pancho Molina, Álvaro Henriquez, Ángel Parra, Titae Lindl y Cuti Aste con los cuequeros Pepe Fuentes, Rafael Rabanito Berrios y Pollito González / Foto 2: Yein Fonda 1996 en Plaza Ñuñoa

-¿Cree que La Yein Fonda ya es parte de la bitácora de las celebraciones dieciocheras en el país?

La gente así me lo ha hecho sentir durante los 28 años que lleva la fonda. Mi idea siempre fue que la gente lo pasara bien con ocho horas de música en vivo, con los mejores exponentes de cada estilo, como lo son Tommy Rey, Chico Trujillo, Quilapayún, Buddy Richard, Cecilia, Pettinellis, Primavera de Praga, Los Viking’s 5, Banda Conmoción, Sinergia, Santaferia, Gypsy Trío, entre otros. En una de las tantas llegadas sorpresas de amigos que tuvimos en la fonda, llegó Jorge González y Miguel Tapia… terminamos tocando juntos en el escenario de la Yein Fonda. Es una tremenda fiesta chilena.

De los (casi) prisioneros a la Primera Dama

La última anécdota a la que alude el guitarra sucedió en 2003. El 16 de septiembre de ese año, las Fiestas Patrias chilenas habían tenido como preámbulo –al menos en lo musical- la noticia de la partida definitiva de Claudio Narea de Los Prisioneros. Había dejado nuevamente la formación original del trío por diferencias personales.

Al día siguiente, precisamente sus ya ex compañeros, González y Tapia, llegaron a La Yein Fonda para sumarse a Henríquez y levantar un show a tres bandas. Sería la primera señal de un fugaz proyecto que por unos meses los tuvo tocando juntos, en una gira además con Café Tacvba que se extendió por varias ciudades del país.

-¿Cuáles son las tres mejores historias o momentos que recuerda de la Yein Fonda a través de toda su historia?

El segundo día de la primera edición de La Yein fonda comenzó a llover muy fuerte, pocas horas antes de comenzar el concierto había caído tanta agua que tuvieron que sacar el agua acumulada en el techo de carpa de nuestro escenario. Figuraba entre otros Pepe Fuentes con una escoba en la mano empujándola hacia arriba para sacar el agua… cosa que logró en 40 minutos (recuerda entre risas). Recuerdo la primera fonda con María Ester Zamora. Escuchar la voz vibrante de una cantante mujer en un espacio donde predominaba la presencia masculina fue una revelación que nos acompaña hasta el día de hoy. La presencia de María Ester elevó la categoría del espectáculo y la gente la recibió con admiración y cariño. Es la primera dama de la Yein Fonda.

“Al finalizar el bloque de cuecas de la noche solíamos tocar todos juntos en el escenario en una especie de JAM de cuecas… Ahí tocábamos un extenso repertorio de cuecas, luego ese día venía Tommy Rey… quién también nos invitó a cantar y por supuesto, ahí estuvimos”.

Álvaro Henríquez Los Tres
Álvaro Henríquez

-En un texto escrito por usted que encontré en Internet, usted habla de la historia de La Yein Fonda. Ahí, al rememorar, dice: “Fue una época muy feliz en la que todos aprendimos muchísimo y, además, se crearon lazos de amistad que existen hasta el día de hoy. Éramos una mezcla de viejos chuchetas y jóvenes más chuchetas aún”. ¿Cómo se recuerda usted mismo en esos años? ¿Extraña algo de su versión de esos días?

Me recuerdo de la misma manera que expreso en el texto citado. Creo que lo que extraño de aquella época es la presencia de todos aquellos cuequeros que ya no están pero que nos acompañan en espíritu en cada versión de La Yein fonda.

-En una de esas, ¿no ha pensado incluir música urbana a La Yein Fonda?

Uno nunca sabe, puede que en algún momento nos encontremos con aquel genero dentro de los invitados de La Yein Fonda.

-¿Cuál ha sido el principal aporte de la Yein Fonda a la cultura nacional?

Horas de baile, sudor y canto.

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