Estrellas criminales versus la justicia (en cámara lenta)

“Cualquier persona decente que vea y escuche el material aquí presentado experimentará conmoción, repulsión, ira e incredulidad”, estableció la sentencia de 2013 que condenó a 29 años de prisión a Ian Watkins, vocalista de la exitosa banda rock escocesa Lostprophets. Junto a él fueron sentenciadas dos madres que involucraron a sus bebés en las actividades pedófilas del músico. Watkins, adicto a las peores drogas, practicaba también el bestialismo, además de abusar y violar a fanáticas menores de edad.

En este último acápite de su prontuario, el tribunal estableció que tras un concierto de su banda el 18 de marzo de 2007, conoció a una joven virgen de 16 años. La vistió de colegiala y la filmó sosteniendo sexo “oral, vaginal y anal”.

“Le preguntaste si disfrutaba siendo tu p*** menor de edad”, describe el fallo. “Al final, orinaste sobre su cara y le dijiste que se lo bebiera”.

Mediante videollamadas y mensajería, Watkins coordinaba con las madres los detalles de los abusos que suponían una especie de entrenamiento para convertir a los bebés en adictos al sexo, las drogas y la zoofilia. Según escribió a la mamá de una bebé sometida a vejaciones por ambos, la intención era crear “una vida de inmundicia” para la menor, y convertirla en prostituta.

El vocalista daba órdenes expresas a las mujeres sobre cómo preparar a los menores para posteriores encuentros en hoteles, donde los abusos eran filmados. De este modo, las madres enviaban imágenes a Watkins violentando sexualmente a sus criaturas.

Aunque la policía escocesa había recibido denuncias de esta calaña en contra del músico, incluyendo acusaciones de pedofilia de una ex novia que se remontan a 2008, la voz de Lostprophets cayó primero por posesión de drogas, y luego el caso derivó a las denuncias de abuso, inicialmente desestimadas por los agentes. El argumento se reducía a que debido a la fama del involucrado, esa clase de acusaciones solían ser falsas. La policía encontró abundante material gráfico en su computadora. La clave era explícita: mefolloniños.

El modus operandi del vocalista y guitarrista de la banda argentina El Otro Yo consistía en conquistar fans en redes sociales, tanteando de inmediato si cumplían con las características que le darían acceso a un violento dominio físico y psíquico. Las chicas provenían de entornos vulnerables y eran sexualmente inexpertas.

La intimidad con Aldana era siempre del mismo tenor: golpes, maltrato y filmaciones del sexo. Luego instaba a sus víctimas a sumar amistades en orgías y tríos donde las vejaciones continuaban con elementos de cocina y la participación de desconocidos. La denunciante Ariell Carolina Luján, que fue pareja del músico, contó de su afición por defecar y orinar a las chicas. Como resultado, Luján contrajo hepatitis B.

Las brutalidades de Aldana con la joven escalaron al punto que la violó y le dio una golpiza al día siguiente del suicidio de su hermano.

La sentencia de 2019 que involucró a una decena de denunciantes con edades entre 13 y 16 años, retrató a Aldana como “un hombre adulto, que destacaba como ídolo de las niñas sometidas, a las que les imponía una suerte de pacto de silencio bajo la cobertura de la incomprensión de los adultos de las prácticas a las que eran sometidas”.

Aldana fue originalmente denunciado en la cuenta Víctimas de Cristian Aldana en Facebook, acusaciones que descartó con impresionante descaro. Concurrió vestido de monja y escoltado a un acto denominado “Basta de abusadores del rock”.

“Quiero mirar a los ojos a la mentira y a la difamación profunda, quiero decir mi verdad”, proclamó por redes sociales.

Una vez condenado siguió negando su culpabilidad, insinuando una trama política en su contra. “Soy un trofeo de guerra -proclamó-, ser un músico del rock independiente con una clara solidaridad política con la música y las bandas me convierte en un trofeo de guerra”.

La sentencia original de 22 años aumentó a 25 en 2022, luego de incluir en la causa dos casos inicialmente prescritos.

El octubre de 2023 la corte suprema argentina rechazó un tercer pedido de excarcelación a favor del músico.

Tito Fernández, El Temucano, el joven comunista convertido en un suceso de ventas y popularidad durante la UP, y que en dictadura no perdió una milésima de pantalla, murió el 11 de febrero de 2023 bajo serias acusaciones de violación y abusos, según los testimonios de tres mujeres.

Todas eran miembros del Centro integral de estudios metafísicos (CIEM), una entidad a su cargo con una mezcolanza de esoterismo, espiritualidad y brujería, a la que acudía gente atribulada en busca de orientación. Entre 2010 y 2016 Humberto Baeza Fernández, su verdadero nombre, habría manipulado y sometido sexualmente a las denunciantes, hasta perpetrar violaciones, según reveló un reportaje de The Clinic.

La argumentación solía redundar en torno a la “energía” requerida por el cantautor en su rol de guía místico. El Temucano urdió un discurso de burda construcción donde encarnaba a un maestro constantemente necesitado de sexo, con humillantes acciones como tocar de improviso las partes íntimas de sus alumnas, e intentar besuquearlas.

La retórica de Baeza Fernández insistía en el rol central del sexo, no permitía cuestionamientos a sus enseñanzas, en tanto configuró un grupo de mujeres -la logia Tallis- en el rol de “sacerdotisas” que debían estar permanentemente dispuestas a sus deseos carnales. Demandaba encuentros en un motel del barrio República para recibir la “energía”, donde era atendido generosamente por sus contínuas visitas y abultadas propinas.

A una de las denunciantes le propuso convertirse en prostituta para atenderlo a él y amistades. Otra fue violada por no reaccionar de la manera requerida.

El ministerio público solicitó una pena de 34 años de cárcel para Baeza Fernández: 12 años por cada uno de los dos primeros casos, y 10 años y un día por el tercero. La defensa argumentó que las relaciones fueron consensuadas y que las víctimas, aunque vulnerables emocionalmente, participaron por su propia voluntad. Sin embargo, la justicia determinó que Baeza Fernández se aprovechó de la condición de estas mujeres para cometer los delitos.

En julio de 2020 El Temucano fue formalizado y se le dictó prisión preventiva, aunque fue liberado poco después. El caso continuaba hasta su fallecimiento.

Hubo un momento en que 19 países rechazaron recibir a Paul Francis Gadd, conocido mundialmente como Gary Glitter, un cantante británico suscrito al glam rock de los 70 cuyo aspecto estaba más cerca de las parodias de Benny Hill, que del estilo de Marc Bolan o la vanguardia de David Bowie. En 1997 un técnico descubrió 4000 imágenes pornográficas infantiles en una laptop que Glitter había enviado para reparar.

Fue encarcelado cuatro meses y apenas recuperó la libertad se marchó de Inglaterra a bordo de su yate, iniciando una travesía trasatlántica que primero lo llevó a España y luego a Cuba. Allí se emparejó con una joven de 21 años a la que embarazó, en tanto Glitter estaba en la medianía de sus 50. Continuó viaje por México, Sudáfrica, Zimbabue, Colombia, Portugal, Brasil, Venezuela y Tailandia -en cada parada buscando jovencitas-, hasta llegar a Camboya. Allí se hizo amigo del ministro de cultura, de quien se rumoreaba afición por menores de edad.

Deportado fue a dar a la turística Vung Tau en Vietnam, donde inmediatamente recorrió bares para atraer a menores. Descubierto por turistas ingleses y envuelto en una trifulca que apareció en las noticias británicas, Glitter trató de escapar. Acusado de abusos por media docena de mujeres en Vietnam, incluyendo una chica de 11 años, el cantante fue encarcelado durante tres meses para luego desembolsar dinero con sus denunciantes. Intentando salir del país pero reacio a regresar a Inglaterra donde sería inscrito en el registro de delincuentes sexuales, fue en esa instancia que 19 naciones rechazaron su presencia.

De vuelta a Gran Bretaña, estallaron las denuncias en contra del conductor de la BBC Jimmy Savile, apenas ocurrido su fallecimiento en 2012, un pedófilo con amistades en la élite cuya conducta era secreto a voces. Glitter fue acusado de violar a una menor de 14 años en un camerino del animador. En 2014 fue imputado de ocho delitos de carácter sexual en contra de dos niñas de 12 y 14 años, entre 1977 y 1980. Al año siguiente acumuló más acusaciones de otras tres menores, incluyendo el intento de violación de una pequeña de diez años.

Declarado culpable de este último cargo, de agresión indecente y mantener relaciones sexuales con una menor de 13 años, fue condenado a 16 años de prisión. Sin embargo, el 3 de febrero de 2023, quedó en libertad condicional tras cumplir la mitad de su condena, pero al mes siguiente volvió a la cárcel, acusado de ver imágenes de niños descargadas en su celular.

En febrero de este año fue rechazada su apelación para la libertad condicional. La justicia estableció que mientras disfrutaba de la prerrogativa “el Sr. Gadd tenía un interés sexual en niñas menores de edad”.

En julio pasado Gary Glitter, de 80 años, fue obligado por un tribunal a pagar más de 500 mil libras a una víctima abusada cuando tenía 12 años.

Hacia 1991 Rick James no solo había sido notoriamente superado por su otrora archirrival Prince, sino que el consumo de cocaína era una sangría económica de siete mil dólares a la semana. En vez de rehabilitarse, el 2 de agosto de ese año el autor de Super freak (1981) fue detenido junto a su pareja Tanya Hijazi, por el rapto y tortura de Frances Alley, de 24 años. La mujer se encontraba desempleada y la pareja le ofreció alojar en su residencia de Hollywood Hills en Los Ángeles, donde realizaban continuas fiestas.

Cuando quiso marcharse, James la amenazó de muerte con un arma de fuego. Luego fue atada y quemada una veintena de veces con una pipa de crack en las piernas y el vientre, durante tres días. En medio del secuestro la obligaron a consumir crack y sostener sexo oral con Hijazi, bajo la mirada del músico.

Rick James enfrentaba una condena de por vida por este asalto. Increíblemente, mientras estaba en libertad bajo fianza, en compañía de Hijazi y bajo los efectos de la coca, atacó y secuestró a la ejecutiva discográfica Mary Sauger durante 20 horas. Por ambos casos fue condenado a cinco años de cárcel, cumpliendo finalmente sólo dos junto con el pago de un millón de dólares a la ejecutiva.

R. Kelly conquistó un éxito transversal en Estados Unidos, donde vendió 31 millones de copias de sus discos mezclando R&B, soul y hip hop. Sus canciones oscilaban entre un hálito espiritual y gruesas odas al sexo. El año 2000 el periodista Jim DeRogatis publicó un secreto a voces en Chicago, la ciudad natal de R. Kelly, sobre su preferencia por las jovencitas, con un séquito merodeando colegios y centros comerciales para llevarle chicas.

El artista ya arrastraba acusaciones y recelos debido a la relación romántica con la cantante Aaliyah en los 90, cuando Kelly no solo era su productor sino su amante, en tanto ella tenía 15 años y él 27. La familia de la joven logró deshacer el matrimonio, pero Aaliyah quedó embarazada.

DeRogatis volvió a la carga en 2002 revelando la existencia de un video de R. Kelly donde sostenía relaciones sexuales con la hija de 14 años de su guitarrista, a la que orinaba en la boca. La grabación se podía comprar fácilmente por pocos dólares.

Debido a su poder en la industria musical y la fama nacional, el intérprete logró aplazar hasta 2008 el juicio que gatilló la revelación del periodista. R. Kelly zafó en tribunales pero lejos de desistir, hizo un cambio en sus técnicas de engatusamiento, integrando también mujeres mayores en una dinámica reiterada, que incluía encuentros sexuales de características vejatorias, dominado por un lenguaje vulgar y las filmaciones. Las mujeres permanecían retenidas en residencias, hoteles y buses de gira. No podían comer o ir al baño por voluntad propia. Los contactos sin protección facilitaron la propagación de enfermedades sexuales.

El periodista siguió acumulando testimonios de mujeres -48 en total-, revelando el maltrato físico y psicológico del artista. Publicó un reportaje en el sitio BuzzFeed en 2017 describiendo esta especie de culto femenino en torno a R. Kelly. Finalmente en 2022, a dos décadas de la segunda denuncia de Jim DeRogatis, R. Kelly fue condenado a 30 años de cárcel.

Si bien originalmente su música fue eliminada de plataformas como Spotify y Apple Music, hoy sigue disponible.