De actuar como extra a ser condenado por homicidio: el enigma de Paul Bateson, el asesino de El Exorcista
Un filme maldito. Así han catalogado por años a El Exorcista, pues durante su rodaje fueron innumerables los acontecimientos extraños que descolocaron al elenco, pero poco se habla de un extra que participó en la cinta y que años después fue condenado por asesinato, y cuya historia inspiró a William Friedkin a llevar su propia adaptación al cine de la mano de Al Pacino.
Es conocida como una de las mejores películas de terror de todos los tiempos, y tanto su rodaje como su proceso de producción estuvieron cargados de misterios y tragedias. El Exorcista llegó a los cines el 15 de agosto de 1974, fue dirigida por William Friedkin y escrita por William Peter Blatty, quien basó la trama en su libro homónimo, inspirado por lo demás en una historia real.
El film cuenta la historia de Regan MacNeil, una niña de 12 años, interpretada por Linda Blair, que fue poseída por una fuerza maldita. Para liberarla de su mal, un sacerdote, el padre Lankester Merrin, le realiza un exorcismo.
El rodaje no partió en la fecha acordada, puesto que un incendio destrozó el set de la que sería la casa de la familia MacNeil, lo curioso es que todo el sitio quedó destrozado, menos el cuarto de Regan, el que quedó sin un atisbo de las llamas.
Esta no fue la única particularidad que se registró en torno a la película. Desde que comenzaron las grabaciones, hasta que se estrenó en los cines, nueve personas fallecieron, entre ellas los actores Jack MacGowran y Vasiliki Maliaros, familiares del reparto, un técnico y un vigilante nocturno que cuidaba el set.
Además, el equipo de producción varias veces se quejó de fenómenos paranormales que se manifestaban en el lugar de grabación, como ruidos extraños y la presencia de sombras.
Pero hubo un elemento aún más perturbador en torno a la película, relacionado con un profesional de la salud que actuó como extra en el film. Su nombre era Paul Bateson, un radiólogo de la Universidad de Nueva York que fue condenado por asesinato y sospechoso de cometer una serie de homicidios a hombres homosexuales en la ciudad de Nueva York en los años 70.
Paul Bateson, el asesino de El Exorcista
Paul Bateson llegó a actuar a la icónica película por petición de William Friedkin. Según consignó The Mirror, a fines de 1972 el cineasta visitó el laboratorio de radiología del hospital de la Universidad de Nueva York en Manhattan, allí un doctor llamado Barton Lane junto a su equipo médico estaban realizando un angiograma que consistía en la punción de la arteria carótida, el que podía ser observado por cualquier espectador.
Dentro del equipo médico estaba Bateson, un técnico en radiología muy querido por sus colegas.
Cuando Friedkin observó el examen le comentó al doctor Lane que quería recrearlo en su película, y que para efectuarlo, quería contar con todo su grupo médico.
Las grabaciones se concretaron a inicios de 1973 en el hospital universitario, y Bateson apareció en el filme ayudando a realizar el angiograma, dando instrucciones a la pequeña Regan mientras se encontraba en la camilla.
Tres años después del estreno de El Exorcista, el nombre de Paul Bateson se tomaría algunos tabloides, esta vez por el asesinato de Addison Verrill, un reportero que cubría temas de cine para la revista Variety. El cuerpo del comunicador fue encontrado el 14 de septiembre de 1977 en su departamento en el barrio Greenwich Village en Manhattan.
Por ese entonces, se había reportado una serie de asesinatos de hombres homosexuales en el sector de Greenwich Village, cuyos cuerpos eran encontrados desmembrados dentro de bolsas en el río Hudson. Por eso y por su orientación homosexual, la muerte de Verrill no fue cubierta por casi ningún medio de comunicación, a pesar de ser un personaje conocido dentro del rubro.
Si bien, en un inicio se pensó que su muerte podría estar relacionada a un robo, la puerta de su residencia no parecía forzada, y objetos de valor no fueron sustraídos. Eso llevó a pensar a los investigadores que el asesino entró por la puerta principal, siendo invitado por la víctima.
Arthur Bell, un periodista del periódico Village Voice y amigo de Verrill, publicó un articulo una semana después del hallazgo del cuerpo, en él informó que las sospechas de la policía indicaban que Verrill “salió de Mineshaft, un bar gay nocturno, alrededor de las 6:00 AM y se encontró con alguien en el bar o de camino a casa. Verrill era un cliente habitual de Mine Shaft y habló con muchos hombres allí la mañana de su asesinato”.
En ese misma nota de prensa, Bell realizó una crítica a los medios por no cubrir los asesinatos que se registraban a la comunidad homosexual en el barrio neoyorquino. “Cada año, hay aproximadamente cuatro asesinatos de hombres homosexuales en el área de Greenwich Village. Rara vez los periódicos informan sobre los crímenes. No todos los asesinos son detenidos. A menudo los testigos ‘tienen miedo de hablar debido a su estatus en el armario’”, publicó el comunicador.
La cobertura mediática del periodista tuvo frutos y ocho días después del asesinato, el 22 de septiembre, recibió una llamada anónima de alguien que decía ser autor del crimen. En su relato, el supuesto asesino entregó detalles claves que no habían sido revelados a la prensa y que solo el equipo policial conocía.
Tras el llamado, Bell se contactó con la policía de Nueva York, quienes le otorgaron protección y le instruyeron esperar un nuevo llamado. Según reportó la revista Esquire, a las 23:30 horas de ese mismo día el periodista recibió un nuevo llamado, esta vez de un hombre que se hacía llamar Mitch, quien afirmaba saber quién había matado a Verrill, el responsable sería Paul Bateson.
La policía llegó al departamento de Bateson y lo encontraron borracho en su sillón, con un ejemplar del periódico Village Voice, con la primera nota que había escrito Bell sobre el crimen de Verrill.
En su primera confesión en comisaría, Bateson hizo una declaración -oral y escrita- similar a la que le había contado a Bell por teléfono. Sin embargo, durante el juicio insistió en sus inocencia y aseguró que aquellas declaraciones se debieron a su condición bajo los efectos del alcohol.
En ese periodo, la policía estaba investigando una serie de asesinatos de hombres que habían sido desmembrados entre 1975 y 1977, en Greenwich Village, en Nueva York. Durante el juicio, se le intentó culpar a Bateson por esos crímenes, puesto que los cortes en los cuerpos hacían parecer que fueron realizados por una persona que conocía perfectamente la anatomía humana.
Sin embargo, el patrón de esas muertes no coincidía con la de Verrill, por lo que el juez desestimó las pruebas de esos homicidios.
En 1979 Bateson fue condenado a 20 años de prisión, obtuvo la libertad condicional en agosto de 2003, con 63 años, y en noviembre de 2008 se le concedió su libertad completa. Si bien, no hay registros oficiales de su muerte, se cree que falleció en 2012.
Un asesino en Nueva York, de la “realidad” a la ficción
Un par de años después del estreno de El Exorcista, el caso de Paul Bateson llegó a oídos del director de la película, quien lo fue a visitar a la cárcel en Rikers Island.
Según contó William Friedkin en una entrevista en 2012 a Notebook Interview de Mubi, estaba leyendo el New York Daily News cuando vio la foto Bateson “y había una larga historia sobre cómo se sospechaba que había asesinado a ocho o nueve personas en los clubes S&M del centro de Nueva York”.
El director conversó con Bateson y la historia que éste le habría contado lo inspiró para una de sus más polémicas películas: Cruising, protagonizada por Al Pacino, donde un policía encubierto se camufla en clubes homosexuales para intentar dar con un asesino.
“Fui a Riker’s y vi a Paul Bateson. Le pregunté si había asesinado a esas personas y me dijo: ‘Sabes, recuerdo haber asesinado a un tipo llamado Addison Vurrell’, que era el crítico de cine de Variety. Bateson lo recogió en un lugar llamado Mineshaft en el bajo Manhattan, lo llevó a su casa, consumieron muchas drogas y terminó golpeándolo en la cabeza con una sartén ,según recordaba, y luego lo cortó en pedazos y metió las partes del cuerpo de Vurrell en bolsas para cadáveres que se encontraron en el East River”, contó en la entrevista.
Resulta que Friedkin era amigo del dueño de “todos los clubes de sadomasoquismo de Nueva York. De hecho, era dueño del Stonewall, donde realmente comenzó la liberación gay”, afirmó. Además, conocía a un policía que trabajó de encubierto en dichos clubes para tratar de hallar al asesino de Greenwich Village. “Eso me dio la historia de Cruising”, sostuvo.
La película fue estrenada en 1980 y causó un gran revuelo en la comunidad gay. De hecho, en la entrevista con Mubi, el director hizo su propio mea culpa. “No fue el mejor paso adelante para el movimiento gay. Ahora lo entiendo y lo reconozco. En aquel momento, me pareció una gran novela de misterio ambientada en un mundo y una escena que muchas personas, la mayoría de las personas, homosexuales o heterosexuales, desconocían”.
Con el tiempo vinieron más adaptaciones cinematográficas del caso, una de ellas fue en la serie criminal de Netflix, Mindhunter, donde Bateson aparece como uno de los asesinos.
Una de las más recientes adaptaciones es de Ryan Murphy y Brad Falchuk, quienes en 2022 estrenaron la temporada número 11 de American Horror Story, titulada NYC, donde abordan los crímenes de Greenwich Village.
Lo cierto es que el relato que Bateson le habría entregado al director de El Exorcista no coinciden con las pruebas que fueron presentadas en el juicio en su contra. Y, en definitiva, el radiólogo solo fue condenado por un homicidio, mientras que los asesinatos en serie ocurridos en Greenwich Village nunca fueron resueltos.
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