La Casa de los Espíritus: así se filmó la serie que lleva al streaming el clásico de Isabel Allende
Compuesta de ocho episodios y protagonizada por actores extranjeros y chilenos, la ficción de Prime Video acaba de finalizar su rodaje en nuestro país. Culto asistió a las grabaciones y habló con el elenco sobre las dimensiones de los personajes, su cercanía personal a la obra de la autora y el recuerdo de la película que en 1993 hicieron Meryl Streep y Jeremy Irons.
A fines de agosto, en medio de un día templado pero con nubes amenazantes, Alfonso Herrera se mueve a sus anchas por las habitaciones y pasillos del Palacio Bruna. Al actor mexicano, más conocido entre sus fanáticos y compatriotas como “Poncho” Herrera, le han bastado un par de semanas para habituarse a los espacios del inmueble ubicado en la calle Merced, a un costado del Parque Forestal, la principal sede del rodaje de la serie basada en La casa de los espíritus (1982).
Vestido con un traje color marrón y zapatos impecablemente lustrados, el artista está enfocado en afrontar un nuevo día de trabajo. Entre tomas, antes de que la cámara comience a grabar, se acerca a los visitantes al set de la nueva adaptación del clásico de Isabel Allende. Saluda uno por uno, reconoce algunas caras familiares y se despide para dirigirse al lugar donde la producción lo necesita.
El intérprete, responsable de encarnar a Esteban Trueba en el proyecto que alista la plataforma Prime Video, es uno de los pocos miembros del elenco en dar vida a su personaje a lo largo de diferentes épocas. Hoy el maquillaje es sutil, pero en otros momentos del rodaje debe someterse a una rigurosa caracterización que lo hace parecer como un anciano y no como un hombre de 41 años.
El Palacio Bruna –sede del consulado de Estados Unidos hasta 1994, Monumento Histórico desde 1996 y actualmente propiedad y sede de la Cámara Nacional de Comercio (CNC)– opera como una especie de máquina del tiempo. Durante esta jornada se graba una escena correspondiente a los primeros años del matrimonio entre Esteban Trueba y Clara del Valle. “¡Volvieron!”, les dice Férula (interpretada por la mexicana Fernanda Castillo) al recibirlos a su regreso desde Las Tres Marías, la hacienda familiar.
Pero en otras etapas de la faena la misma locación del barrio Lastarria les permite capturar otros momentos de la pareja o simplemente las experiencias de otros miembros de las distintas generaciones de la familia de la novela.
En un espacio al comienzo de la hora de almuerzo, Herrera reconoce sentirse fascinado por esa particularidad del proyecto. “El domingo pasado tuvimos la posibilidad de filmar algo que ocurría en los años 30. Y luego la secuencia cambiaba y nos fuimos a los 50. El cambio de coches y vestuario es una tarea titánica para producción y dirección”, explica a Culto. Resalta en específico la labor de Rodrigo Bazaes, encargado del diseño de producción de la serie. “Es impresionante lo que está haciendo. Mi total admiración”.
La actriz española Nicole Wallace y la argentina Dolores Fonzi comparten el papel de Clara, la matriarca de La casa de los espíritus. Esa división de tareas ha otorgado cierta flexibilidad: ocasionalmente el cronograma les permite viajar de vuelta a sus países, en especial cuando es el turno de la otra. Hoy no es el caso, porque ambas están presentes en el set (ausente está una actriz argentina que la representa en su versión de niña).
Si la serie tiene un elenco compuesto de varios nombres extranjeros es en gran medida porque está pensada como una producción de alcance global. El brasileño Paulo Koelle, director de Prime Video para la región, visitó las grabaciones en una fase posterior, en octubre, e indicó a este medio: “Es un proyecto que se origina en Chile, pero lo estamos haciendo para el mundo. Es una de las mayores inversiones en producción que hemos realizado en América Latina en Prime Video. Y esperamos que sea muy popular aquí, pero también en toda América Latina y en todo el mundo”.
Esta adaptación del libro de Allende tiene su propia historia. Francisca Alegría –quien está a cargo de dirigir esta jornada– y Fernanda Urrejola pensaron en la posibilidad de crear un acercamiento en formato serie y hablado en español. Tras encontrar buena recepción en la autora, consiguieron los derechos y se aliaron con la reconocida compañía estadounidense FilmNation Entertainment (Promising young woman, Anora) y con la actriz Eva Longoria, quien en un inicio también sería parte del elenco (participa como productora ejecutiva, al igual que la escritora).
El proyecto terminó de tomar forma gracias a Prime Video, plataforma de streaming que se encargará de llevarla a los 240 países y territorios en los que tiene presencia. Además, en la recta final Andrés Wood se unió como showrunner junto a Alegría y Urrejola, y comparte la dirección de los capítulos junto a la realizadora de La vaca que cantó una canción hacia el futuro (2022). Los servicios de producción corren por cuenta de Fábula, la compañía de los hermanos Pablo y Juan de Dios Larraín.
“Es una serie muy grande y está muy cuidada”, sostiene Dolores Fonzi, quien reconoce que derramó lágrimas al acceder a los guiones de los primeros episodios. “Lloré con la muerte de Rosa como cuando leí la novela. Lograron tratar el material organizándolo en ocho capítulos de manera muy sensible”.
Por su parte, el actor colombiano Juan Pablo Raba (el tío Marcos en la ficción) observa que “hay un tono en escena, en el set, en el equipo, que marca la diferencia cuando llegas a un sitio donde se le tiene mucho aprecio a ese material”.
En el diálogo con los integrantes del reparto se refuerza una idea: Isabel Allende creó el libro inspirada en su historia familiar y en episodios que vivió Chile durante el siglo XX, pero cada lector, dependiendo de su lugar de origen y experiencias, la abraza de diferente manera. Esa reflexión inevitablemente gravita cuando llega el momento de representar en escena a esos personajes que suman más de cuatro décadas de vida en el papel.
Alfonso Herrera profundiza en su perspectiva: “Yo soy de México y leo la novela, veo esta historia, y encuentro muchas cosas muy similares que se vivieron casi en la misma época. A fin de cuentas, todos tenemos cosas muy similares al ser latinoamericanos, y creo que la visión de Andrés (Wood) y Francisca (Alegría) mantiene esta historia muy a tierra”.
Nicole Wallace, quien pertenece a una generación más joven (tiene 22), cuenta que La casa de los espíritus es uno de los libros favoritos de su madre. Dolores Fonzi lo leyó a los 17 años y alucinó con su historia y galería de personajes, y hoy lo considera “Lo que el viento que se llevó de Latinoamérica, en un sentido”. Una idea que, piensa, justifica la confección de un reparto variado (también actúan nombres nacionales como Aline Küppenheim, Pablo Macaya, Antonia Zegers, Catalina Saavedra, Amparo Noguera, entre otros).
“Supongo que en Chile va a ser más complicado, porque somos dos argentinas y una española las que hacemos a Clara. Pero, bueno, hay que creer en que los países de la región están haciendo un relato que tiene que ver bastante con todos y nos atraviesa por igual, porque toca temas que nos pasaron a todos”.
La película de los 90
La nueva versión de La casa de los espíritus se rodó entre julio y los primeros días de noviembre, a lo largo de 16 semanas y más de 80 jornadas. La producción se movió por el norte, Santiago y Pucón, además de localidades aledañas, abarcando diferentes puntos del paisaje nacional.
La apuesta contrasta con la trastienda de la película que llegó a los cines en 1993, con Meryl Streep en el rol de Clara del Valle y Jeremy Irons como Esteban Trueba. La cinta dirigida por Bille August se filmó entre Dinamarca y Portugal, y desprendió a la obra de Isabel Allende de algunos de sus elementos más característicos (aún generan críticas la decisión de eliminar a una generación de la historia e incluir nieve en plena Navidad).
Pero hay toda una tajada del público que nunca leyó la novela y suele pensar en ese largometraje cada vez que se habla de La casa de los espíritus. De hecho, cuando la producción aterrice en el catálogo de Prime Video –presumiblemente en 2025– de seguro existirá una comparación entre el trabajo de Glenn Close, Winona Ryder, Antonio Banderas y Vanessa Redgrave, y el elenco de la serie.
Nicole Wallace, quien interpreta al mismo personaje que Streep, responde con una risa nerviosa cuando se le menciona esa idea. “Yo no lo proceso. Como comparto el personaje con Dolores y con la pequeña, es algo más repartido y la presión también está repartida en ese sentido. Pero inevitablemente es algo que tengo en cuenta, sobre todo cuando hacemos escenas muy específicas, en que se te viene la escena con Meryl Streep ya grabada. No es cualquier actriz. Para mí es una de las mayores. Una jedi. Pero, como el proyecto es tan diferente –está filmado aquí, hablado en español y están todas las mujeres escritas en el libro– es un poco más fácil despegarme de eso”.
“Yo de repente pienso en que, si tuviera que cargar con eso como mochila, no me subo al avión”, señala Fernanda Castillo, quien encarna el mismo papel que Close. “Pero sí creo que le da otra vida el hecho de ser latinoamericanos y estar contando una historia de aquí y hacerlo en esta época. Yo estoy al servicio de poner eso que tengo que poner para que este personaje pueda brillar con todo lo increíble, lo complejo y lo interesante que es en la novela”.
Castillo estima que hay un ángulo femenino que la distingue de la anterior encarnación audiovisual. “Son dos mujeres las que gestaron este proyecto, que habla de diferentes tipos de mujeres, de diferentes épocas, luchando por muchas de las cosas que hoy damos por sentadas. Es un proyecto que tiene muchas virtudes, porque conecta con nuestras raíces y con quiénes somos antes de mirar hacia dónde queremos ir”.
Al momento que Culto visita las grabaciones Alfonso Herrera tiene por delante diez semanas de rodaje, tiempo en que interpretará a Esteban Trueba durante sus orígenes más humildes, en la formación de su familia, en su etapa como poderoso político conservador y en su vejez en medio de un país asfixiado por la represión. Queda trabajo por hacer y falta para el estreno, pero eso no lo inhibe de entregar su opinión sobre la vigencia de la que aún goza la obra de la escritora en español más leída en el mundo.
“Es una historia que se contó hace 40 años, con una polarización política y social muy fuerte, y curiosamente hoy estamos viviendo algo similar: una polarización política y social brutal, no solamente en nuestro continente, sino también en muchas otras partes del mundo”, argumenta. “Es una historia que me encantaría ver si yo estuviera del otro lado de la pantalla”.
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