“Una disputa llena de rabia y venganza”: Emily Watson y Olivia Williams revelan los secretos de Duna: La Profecía
Las actrices británicas, amigas desde que integraban la Royal Shakespeare Company, hablan con Culto sobre la serie de HBO que aborda el origen de las Bene Gesserit y las consecuencias de la traición que cometió la Casa Atreides contra la Casa Harkonnen. “Es una historia ficticia, pero refleja muchas situaciones reales”, indica Watson sobre la precuela de las películas de Denis Villeneuve.
Duna: La profecía se ambienta 10.148 años antes del nacimiento de Paul Atraides y 116 años después de que los humanos derrotaron a las “máquinas pensantes”. Si bien el marco general es el mismo, el universo que despliega la serie de HBO es diferente al que presentaron las dos películas dirigidas por Denis Villeneuve y protagonizadas por Timothée Chalamet.
La jerarquía de poder es distinta. Las Bene Gesserit –la secta que mueve los hilos de la historia a su antojo– no existen con ese nombre y no tienen el mismo grado de poder que en esos largometrajes. De hecho, la orden, conocida como la Hermandad, enfrenta tiempos turbulentos.
Raquella (Cathy Tyson), la Madre Superiora, comparte una perturbadora visión en su lecho de muerte. 30 años después, el grupo es encabezado por Valya Harkonnen (Emily Watson) y está cerca de concretar el matrimonio entre una integrante de la Casa Corrino y un integrante de la Casa Richese, una alianza matrimonial que consideran es fundamental para continuar con el plan de su antigua líder.
Como mostró el primer episodio –ya disponible en Max–, la boda no perdura debido a la violenta intervención de Desmond Hart (Travis Fimmel), un soldado con misteriosos poderes que desea servir a los intereses del emperador Javicco Corrino (Mark Strong).
A partir de ese momento, a lo largo de la temporada de seis capítulos, la atención se centra en el alambicado escenario que Valya y su hermana Tula Harkonnen (Olivia Williams) deben navegar para consolidar su posición. No se trata de pensar en su propia sobrevivencia, sino que en consolidar un dibujo con siglos de antelación, planteando mentiras y rumores a su antojo y haciendo creer a los gobernantes que están decidiendo por sí solos.
“A medida que la serie avanza, descubrimos que estas hermanas tienen muchos secretos terribles que deben guardar. Y eso las mantiene muy unidas. Tienen que estar en el mismo equipo”, asegura Emily Watson a Culto.
Olivia Williams, quien revela que es la hermana menor en la ficción y en la realidad, señala que “no puedes elegir tu lealtad cuando estás en la situación en la que estamos. Tienes que quedarte con la persona con la que naciste”.
Aunque se conocen desde la época en que integraban la Royal Shakespeare Company, nunca habían actuado juntas. Esta vez decidieron realizar una parte clave de su preparación. Por sugerencia de Watson, asistieron a la National Portrait Gallery (Londres) para ver los retratos de miembros de la familia Tudor, como Isabel I de Inglaterra y María I de Escocia.
“Ellos eran hermanos y primos que se escribían ‘te amo’ y ‘querida hermana’, y luego firmaban una sentencia de muerte al día siguiente”, señala Williams.
Una de los aportes que Duna: La profecía realiza a la saga es que hubo una traición que marcó la relación de la Casa Atreides y la Casa Harkonnen. Valya y Tula tienen como prioridad su labor en la Hermandad, pero no olvidan el dolor infligido.
“La traición entre los Atreides y el clan Harkonnen comenzó con una mentira y una desaparición y la pérdida de nuestro hogar. Y ahora estamos en un camino de venganza que durará miles de años. Esta es una historia ficticia, pero refleja muchas situaciones reales”, indica Watson, quien define a su personaje como una mujer con una “fuerza intuitiva muy poderosa”.
“Este es un culto, una entidad poderosa en el universo, que quiere definir el camino de la humanidad, según cómo ellas lo ven, de la manera correcta. Pero también existe esta feroz disputa familiar que se remonta a generaciones atrás y está llena de rabia y venganza. Así que es un territorio actoral rico en el que podemos ponernos manos a la obra”, agrega la protagonista de Embriagado de amor (2002).
Las actrices aseguran que no se contactaron con los actores de las cintas de Denis Villeneuve para sumergirse en los códigos de la historia. Con una pizca de humor, Olivia Williams sugiere: “Sostengo que Timothée Chalamet y Zendaya necesitan vernos para obtener algunas pistas sobre en qué se van a convertir... Es broma. No necesitan vernos para aprender nada, por cierto”. Y agrega: “Nosotras estamos aprendiendo de ellos”.
Duna: La profecía estrena un nuevo episodio cada domingo en HBO y Max.
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