Claudio Narea: “Jorge González estaba rodeado de parásitos, gente que le aplaudía todo y nadie lo cuidaba”
El músico habla en extenso con Culto de sus recuerdos en torno a los 40 años que cumple esta semana La Voz de los '80, de sus vínculos actuales con sus excompañeros y lamenta que hoy no puedan estar juntos para conmemorar el hito: "Me encantaría estar con Jorge y Miguel, lo ideal hubiera sido que los tres tocáramos hoy esas canciones, es lamentable que estemos distantes", asegura.
“Algo grande está naciendo, en la década de los ochenta. Ya se siente la atmósfera...”, canta Claudio Narea, guitarra en mano, en el set del programa Desde la Redacción de La Tercera, tras ser entrevistado por los periodistas Francisco Aravena y Claudio Vergara.
La visita del ex guitarrista de Los Prisioneros no es casualidad, y es que en tan solo unos días -el viernes 13 de diciembre- se cumplen 40 años del disco debut del trío, La Voz de los ‘80, un título que, para una gran mayoría, marcaría un antes y un después en la historia de la música chilena, conquistando al país de la mano de canciones como Paramar, Nunca Quedas Mal con Nadie y Sexo, entre otras.
Muchas cosas han pasado en esos 40 años, incluyendo una serie de conflictos y otras anécdotas que culminaron en la separación de la banda. Por su parte, Claudio Narea se ha convertido en una suerte de guardián de la música de Los Prisioneros, según lo reconoce en la entrevista. Hoy, junto a su propia banda, interpreta aquellas canciones que alguna vez tocaba junto a Jorge y Miguel, algunas que, como bien asegura, ha aprendido a apreciar más con los años.
-¿Qué ha significado, a propósito de esta efeméride tan importante, el recordar esos años?
Mi primer pensamiento es “uff cuarenta años mucho tiempo”. Yo no me imaginaba que cuarenta años después de esa grabación íbamos a estar hablando de eso, o sea, las proyecciones que uno puede hacer son más cortas. “¿Qué vamos a hacer en seis meses más, un año más…?”. Pero bueno, es lógico, hoy día voy a veces a colegios y los chicos tienen armadas sus bandas. El otro día estuve en el Carmela Carvajal, liceo aquí en Providencia, y las chicas tenían montado todo el disco de La Voz de los ‘80 completo. Se iban intercambiando sus instrumentos. Yo creo que en las nuevas generaciones hay mucho impacto de Los Prisioneros en la música, lo que pasó, las letras, y todo eso tiene un impacto grande. No solo en la gente de mi edad, sino en un público muy joven.
¿A qué crees que se debe eso? Porque tú mismo lo has dicho, probablemente en el año 84 no estaban tan conscientes de que esto iba a perdurar tanto y de que iban a estar hablando cuatro décadas después de lo mismo.
Sí, yo creo que por varias razones. Pienso que las canciones obviamente son muy distintas a lo que suena actualmente, algunos encontrarán que ya basta de “culito” y que podemos escuchar otras cosas, pero hay profesores que enseñan a tocar, también en la pandemia se vendieron muchos instrumentos, los chicos volvieron las guitarras. También están los papás que escuchan esa música y los chicos las escucharon, pero también me ha pasado que hay muchos niños que los papás me dicen, “oye, yo no escuchaba Los Prisioneros, ahora estoy escuchándolos porque mis hijos llegaron con esto”. También pasa así.
Pero las canciones también son buenas canciones. Yo creo que es uno de los pocos discos de la música chilena que es imbatible de principio a fin.
A mi gusto es el mejor disco de Los Prisioneros. Tampoco soy una escucha de Los Prisioneros, no llego a la casa a poner Los Prisioneros, pero…
¿En qué momento los escuchas?
O sea, me toca escucharlos porque yo toco actualmente esas canciones. A veces estamos de gira y vamos a comer a algún lugar y la gente pone Los Prisioneros, pero no es muy agradable. Queremos estar tranquilos comiendo. Después empecé a ver que a todos los artistas les pasa lo mismo. Nadie quiere escucharse adicionalmente a todo lo que uno escucha. Obviamente en momentos así no dan ganas.
Es curioso que La Voz de los ‘80 sea el mejor disco de Los Prisioneros, considerando que es un disco debut de una banda muy joven, muy inexperta. Y se me ocurriría que para un músico lo más popular no es necesariamente lo mejor...
Claro, para mí un Grammy o una cantidad de escuchas en Spotify no significa mucho. Yo voy detrás de la música, y eso no significa nada en la música. He conocido grandes intérpretes o grandes artistas que no venden nada y tal vez no los conoce mucha gente; sin embargo, ahí hay algo muy valioso.
Por otro lado, pienso, año 83, noviembre del 83, nos metemos al estudio por primera vez después de haber grabado demos en la casa. Nosotros pensamos, “oh, vamos a grabar en un estudio, gran cosa” y el resultado no fue el óptimo porque en realidad no teníamos mucha idea de como lograr que esas grabaciones quedaran bien. Tuvimos que pensar en como hacerlo cuando fuimos a grabar el disco entero, definitivo, tuvimos que ponernos a pensar cómo hacerlo, porque llegar y grabar en un estudio donde no nos conoce nadie, donde dicen “ah un grupo, ya grabémoslos con estos micrófonos, listo”, tal vez no sea lo óptimo. Hay que tener una claridad respecto de cómo grabar y eso obviamente no lo supimos al comienzo, aunque esos demos, que en su momento no nos parecieron muy interesantes, hoy día salen. Justamente este fin de semana sale a la venta el box set que trae los demos.
Las canciones: de Miguel Bosé a The Clash
¿Qué recuerdo tienes hoy de las canciones, la primera vez que llegan a ti? ¿Había una sensación como de epifanía, de decir ‘con esto la vamos a romper’?
Al comienzo no, porque cuando empezamos a tocar estos temas de Los Vinchukas, igual estaba bien tocar y todo, pero yo no recuerdo haberme sentido maravillado por las composiciones. Al comienzo. Sí cuando apareció Cuanto Vale el Show, que aparece en este box set. Ahí sí, porque era una canción distinta, o sea, aunque no quedó finalmente clasificada para La Voz de los ‘80, era una canción que hablaba de justamente un poco lo que veníamos descubriendo en Los Clash, que se podía escribir sobre otro tipo de cosas. Fue bueno, fue impactante cachar que Jorge había compuesto una canción como esa, que hablaba de una guerra, de una utilización a través de los medios y como los mandamases de los países que nunca van a la pelea, mandan a otros a pelear y les da lo mismo cuantos mueran con tal de que el objetivo sea conseguido.
Efectivamente había una inexperiencia en cuando a un montón de cosas que ustedes no conocían en esa época, pero sí era una banda de un conocimiento melómano bastante diverso para esos años, tomando en cuenta la poca información que llegaba a Chile. O sea en La Voz de los ‘80 -según han dicho ustedes mismos- hay alusiones o hay referencias a artistas tan diversos como Miguel Bosé, The Clash, Olivia Newton-John.
Sí, o sea, yo pienso en, no sé, Marilyn o La voz de los ‘80, también había algo como de Los Ramblers, Luis Dimas y todos estos que cantaban esos twist, había algo de eso. Yo creo que, comparándolo con la cantidad de discos que llevo escuchando al día de hoy, obviamente conocíamos nada, pero éramos a lo mejor bastante mejores auditores que mucha gente de la época. Yo creo que por ahí va la cosa.
Y eran buenos auditores porque eran mucho más inquietos.
Claro, o sea, me acuerdo que por lo menos un par de veces caminamos hasta Tobalaba desde San Miguel para poder mirar los discos que estaban en Circus, en Disco Center, las tiendas de esa época. La Feria del Disco también.
¿Qué conversaban en esas largas caminatas?
Si vemos La Voz de los ‘80 publicado, hablábamos de eso y más. Hablábamos de política un poco, pero no cachábamos mucho, o sea, yo no sabía de los detenidos desaparecidos y todo eso. Tal vez si escuchábamos algo, pero no era una cosa que realmente supiéramos. Había una especie de idealización también del socialismo en esos días, creo yo. Hablábamos de música un montón, hablábamos de las chicas, eso. Íbamos con un cuaderno a anotar porque cámaras fotográficas no había tampoco mucho. Íbamos a las tiendas de discos a anotar las canciones y después a Rodrigo o Álvaro, que disponían de una mesada, les decíamos “ey cáchate este disco se ve bien, este es el disco que hay que escuchar”.
Los hacían comprar el disco.
Claro, es que ellos compraban discos. Nosotros también comprábamos discos, pero ellos compraban mucho más.
Los Prisioneros siempre fueron una banda convencida de no hacer covers...
En algún momento tocamos covers, bueno, la primera presentación fue con covers. Tocamos tres temas de Los Clash y después ya en el año 83 cuando ya nos llamábamos Los Prisioneros alguien nos invitó a un evento y era como tocar covers. No sé por qué se nos ocurrió y dijimos, bueno, hagámoslo, pero nos presentamos como Los Prisioneros y sumamos a Álvaro Beltrán y a otro amigo más y éramos cinco en el escenario para tocar Sex Pistols, The Clash, Ramones.
Lo que te quería preguntar es que claro, pese a tocar covers en una etapa más temprana, estaban convencidos de hacer música propia ¿En que momento ustedes vislumbran que La Voz de los ‘80 iba a ser un disco emblemático probablemente? ¿Se dan cuenta en ese momento?
Cuando lo ensayamos en la sala de ensayo de la casa de Jorge. La Voz de los ‘80, para mí fue eso. Eran pasos gigantes a Cuanto Vale el Show, que había marcado como un comienzo.
¿Por qué no quedo Cuanto Vale el Show?
Porque era más fome que el resto. Sí, o sea, no clasificó. Después la dejamos de tocar. Varias canciones eran más interesantes. De hecho, en la primera presentación como Los Prisioneros, tocamos Dejen Respirar, que era punk.
Ahí se dan cuenta que La Voz de los ‘80 en particular va a ser un tema y un disco que trascenderá.
Sí, y Carlos le puso así al disco, porque nosotros le queríamos poner Los Prisioneros.
Fue un acierto del mánager Carlos Fonseca en todo caso…
Yo creo que sí, con el tiempo. O sea, supongo, porque si se hubiese llamado Los Prisioneros igual estaríamos hablando de lo mismo.
Una canción especial
¿Hay una canción del disco que sea particularmente especial para ti?
A mí me gustaba Brigada de Negro, o sea de las canciones menos populares, Brigada de Negro y Mentalidad Televisiva. Ahora, también me gusta La voz de los ‘80, también me gusta…Sexo la he aprendido a disfrutar ahora porque antes nunca me gustó tanto. Pero ahora me gusta harto.
Hay una anécdota que refleja el libro, Ya Viene la Fuerza, de Alejandro Tapia que es como ordenaron las canciones del disco en la casa de Miguel Tapia, como un efecto espejo, donde la primera….
Yo tengo olvidado eso. He leído partes nomás, pero si lo leo completo creo que me voy a encontrar con cosas de las cuales voy a estar de acuerdo y otras que no tanto, o que simplemente no recuerdo. Una de esas es como fue el orden.
Es como que la primera, con la que parte el lado A, tiene que ser igual a la que parte el lado B. Tenían que ir las dos a la par al ser ambas rudas, ambas con fuerza, y después ir reflejándose una con la otra, como una lógica del espejo.
Yo no sé qué tiene que ver Eve-Evelyn con Mentalidad Televisiva, la verdad, no le veo tanto sentido. Por ejemplo una canción como Eve-Evelyn a todo esto, yo la he tocado ahora con la banda, y me gusta. Al comienzo, de hecho, con Los Prisioneros no nos gustaba mucho, pero ahora la hemos empezado a tocar.
O sea habían canciones que te fueron convenciendo con el tiempo
Claro, claro o sea, Eve-Evelyn, la tocamos como “ya toquémosla, pero no fue con tanto gusto”, me acuerdo que fue como un poco a la fuerza como, “ya veamos que pasa”. Pero ahora la he tocado con la banda y de hecho a los muchachos les encanta. Como que hay canciones que sé van mostrando con el tiempo. Pero como tú dices, si era como espejo, es la única que no me calza. Eve-Evelyn con Mentalidad Televisiva, no le veo ninguna relación.
¿Qué era lo que no te convencía de Sexo?
Tal vez era un poco el sonido, el sonido es lo que menos me convencía. Recuerdo la sensación de cuando la grabamos y la escuché por los parlantes y no me gustaba el sonido de la batería, era una cosa como general. Me gusta más cuando la tocamos que cuando la escucho.
¿Una reunión de Los Prisioneros hoy?
Uno pudo ver como tu voz empieza a ganar más prominencia a medida que van avanzando en su discografía. Cuando llega por ejemplo La Cultura de la Basura tienes más presencia ¿Cómo observas tu propio crecimiento en el grupo y como lo valoras hoy día?
Yo creo que estaba en una banda de amigos. Para mí Los Prisioneros era una banda de amigos, no podría pensar en mí. Yo creo que en esos días yo no sabía que podía cantar, ahora lo hago. Pero cuando canté, canté obligado porque yo no quería cantar, o sea, cuando alguien canta y graba discos, tienes que tener ganas de cantar si vas a cantar.
Entonces yo no sabía como enfrentarme al micrófono y como cantar y tampoco me dijeron los muchachos como “hey hazlo así y azá”. Ellos, que cantaban siempre, cantaban en la sala de ensayo, se creían cantantes porque desde chicos, desde segundo medio, por lo menos lo que yo me acuerdo. Jorge se creía John Lennon y Miguel Paul McCartney. Cantaban todo el tiempo. Yo no cantaba, entonces cuando llega el momento de grabar, me vi enfrentado a una situación bastante incómoda.
¿Y de quién fue la idea que cantaras?
Como yo estaba haciendo las canciones decían “no, cántala tú”, pero yo la había hecho pensando que la cantara Jorge o Miguel. Eso es lo que yo recuerdo. Hoy día, ¿qué le diría al Claudio de los 19 años cuando estábamos grabando el disco? “Hey esta es la forma, prepárate, tú puedes hacerlo”, porque en realidad yo creo que cada persona que quiere cantar, si está convencida, puede cantar.
¿Era algo más bien de inseguridad?
Inseguridad, no tenía idea, o sea yo no sabía cómo cantar.
¿Cómo recuerdas esa época desde lo humano?¿Crees que la época de La voz de los 80 es la época como de mayor fiato como amistad de Los Prisioneros? ¿La época en la que ustedes fueron más amigos?
Sí, pero también hay cosas que yo he ido descubriendo con el tiempo. O sea, para mí ellos eran amigos, más Jorge que Miguel, pero porque había una afinidad mayor en cosas musicales, en el humor. De hecho hay videos que nos muestran, o sea Lucho, un hombre violento, o nuestros proyectos paralelos como Gus Gusano que también lo hacíamos con Jorge, no con Miguel, o incluso Los Apestosos. La canción que hicimos, Invitado de Honor, también la hicimos con Jorge, había más cosas relacionadas con el humor y que claro, en esos días eso era amistad. Con el tiempo yo voy descubriendo que yo era más amigo de ellos que ellos mío. Eso es lo que puedo decirte.
¿En qué sentido?
Bueno, la historia que conté en el libro, o sea, yo pienso que siempre fui más amigos de ellos que ellos de mí. Creo que la amistad es una cosa para tomárselo en serio. No es solo como yo la veía en ese tiempo, que era de pasarlo bien y reírnos y escuchar discos. Es algo mucho más fuerte.
Por lo tanto, tu recuerdo no es una nostalgia de la amistad, hoy día.
No. Cuando yo escribí el libro, por ejemplo, habla sobre la amistad, porque creo que esa es la clave para entender a Los Prisioneros, porque si no no se entendería mucho. O sea, lo puedes entender superficialmente, por ejemplo, el quiebre con Corazones Rojos y todo eso. Tú puedes pensar que fue una cosa como “ah se trata de esto, no, no se trata de eso”. Creo que la amistad era bien importante, por lo menos para mí.
Entonces, resumiendo el arco narrativo de ustedes, ¿dirías que la historia de Los Prisioneros es la historia de una amistad que se rompe?
Yo creo que esa es la historia. O sea, los grandes éxitos y todo eso es lo que la gente puede observar desde lejos, y que está muy bien, pero la historia al interior es muy loca y daba para un libro. No podía yo contarlo solo en una entrevista.
¿No te da nostalgia ese periodo? Teniendo en cuenta que hoy obviamente no son amigos, ninguno de los tres son amigos. Estamos hablando de un hito superimportante, de 40 años, pero donde sus protagonistas hoy no se hablan.
Sí, yo creo que prefiero las historias más felices. Me hubiera encantado hoy día estar con Jorge, con Miguel, haber dicho “oye saquemos este disco o esta compilación, estos tres box set que van a salir”. Bueno, yo no tenía ni idea, no tuve participación en la producción de eso, hubiera sido bueno que los tres hubiéramos hecho la misma selección y hubiéramos opinado, me hubiera encantado. Creo que prefiero una historia como la de Los Bunkers, por ejemplo, que se separaron. A mí me olió como que era un poco falsa, ficticia esa separación, pero tenían claro que se iban a juntar en algún momento. Era obvio que se iban a juntar.
Entonces, me parece que es lamentable que hoy día estemos distantes los tres porque yo por ejemplo, que ando tocando las canciones de Los Prisioneros, que en mi vida hubiera pensado que iba a hacerlo, la gente aplaude y dice “oye es que es igual que al disco”. Difícil que sea igual, pero hubiera sido mejor idea que los tres estuviésemos hoy día tocando estas canciones.
O sea, si surgiera la iniciativa por algún factor equis de que se reunieran, ¿a ti te gustaría? Yo sé que hay circunstancias que lo hace difícil, circunstancias personales o de salud, pero ¿si pudiese pasar, por ejemplo, una foto, una cosa por el estilo?
Bueno, es que pasa el tiempo y yo me entero de que por ejemplo, Jorge dio la idea.
Le propuso a Miguel eso hace unos años.
Si, pero Miguel, a mí no me dijo eso, nunca Miguel dijo eso. Dijo que fue su idea, o sea si me dice Miguel, yo le digo: “sabes que no pasa nada, esa idea es absurda”.
Eso fue en 2019, en pleno periodo del estallido, cuando Jorge le propone a Miguel juntarse para hacer algo relativo a lo que estaba sucediendo con el estallido social.
Claro y Miguel me dice a mí, “oye sabes que he estado pensando que podríamos juntarnos con Jorge…” “anda a cagar al parque, o sea…”
¿Por qué dijiste eso?
Porque no pensé que fuera posible.
¿Por qué no?
A ver, hoy día con el tiempo, pasa que Miguel dice que fue su idea, y no, no fue su idea, fue idea de Jorge, pero a mí no me llegó eso, esa información no me llegó. Entonces yo lo dije porque era improbable.
Claudio, ya van a ser 10 años desde que el 2015 Jorge Gonzales sufre este accidente cerebrovascular que básicamente lo saca de los escenarios y donde los primeros momentos fueron de mucha incertidumbre respecto de su propia vida ¿Qué te pasó a ti con esa noticia?
Me pasó que, a ver, yo publiqué el libro Los Prisioneros: biografía de una amistad contando la historia completa. Salió en septiembre del año 2014 y él se enferma en febrero de 2015. Pasó muy poco, pero en realidad en octubre me llegó la información, salió en los diarios, en realidad, en Perú, que se había visto muy mal Jorge en el año 2014.
Fue inmediatamente después de que yo publico el libro y Jorge se veía mal en mi relato, o sea algo estaba pasándole a Jorge y yo lo estaba contando, que algo estaba mal con Jorge. Fui a la televisión y dije “oye, no está bien”. Eso fue a finales de septiembre. Octubre sale Jorge mal en Perú informado por la prensa, pero la gente que asistía a sus conciertos lo decía en los foros, que se veía mal Jorge. En enero/febrero, se veía mal ¿y qué hicieron el resto de los que lo rodeaban? El manager, los amigos que frecuentaba, los que tocaban con él, ¿que hicieron con esa información? Nada, no lo llevaron al médico, o Jorge no quería ir al médico. Entonces ¿que me pasó?, Bueno, digo que Jorge estaba rodeado de parásitos, gente que solamente le aplaudía todo lo que se le ocurría y nadie lo cuidaba. Eso es lo que te puedo decir, esa es la sensación que tuve.
O sea, nadie hizo nada, lo dejaron estar, dejaron que se fuera enfermando, según tú.
Es que no estaba, yo no estaba ahí, solamente vi los mensajes que ponía la gente y la información de Perú. Entonces yo podría decir que la gente, cuando llegas a un nivel de popularidad, donde todo el mundo te dice que sí a todo, yo no sé si estaba realmente rodeado de amigos, yo creo que no.
Muy distinto a la época de ustedes. Te nace un poco esa comparación, digamos.
Yo creo que cuando hay una admiración tan grande en realidad no hay una amistad. Si él se rodea de pura gente que lo admiraba mucho, esa no es una amistad. Eso es una cosa de que estaban deslumbrados.
Los contactos con Jorge González
¿Nunca, Jorge, estando enfermo, tuviste contacto con él o alguna clase de vínculo o algo así?
Él me escribió el año 2016, cuando ya pasó todo esto, pero me escribió una cosa tan rara, un mensaje muy corto, pero yo lo encontré muy raro. Puso “como deseo que estés bien y sería bueno que me desearas el bien”, algo así.
¿Eso por mail?
Sí, por correo. Yo se lo respondí.
¿Qué le respondiste?
Como que yo encontraba igual raro que él me pidiera eso, porque yo no le deseaba el bien, o sea, me parece muy raro que él me recomiende que le desee el bien. No me lo respondió. Le dije varias cosas más, como que sería bueno que le contara a su gente la verdad, eso. Porque en el fondo yo acababa de publicar un libro del que fui atacado por muchos periodistas, por mucho público también. Gente que decía que se había enfermado por mi culpa. Sus parásitos que tiene alrededor. Ponían en internet todas esas cosas, que yo era el culpable.
Tú ahora estás tocando canciones de Los Prisioneros. Da la impresión de que tú eres más el continuador del sonido de Los Prisioneros, considerando que, si uno mira como la trayectoria artística, Jorge continuamente trató de pasar a otras cosas, de probar otros estilos y tú en ese sentido pareces más custodio.
Yo estoy reconciliado con el repertorio de Los Prisioneros y con esa época. O sea yo, si tengo que hablar de Jorge y Miguel, lo hago muy sintonizado con lo que fueron Los Prisioneros en esa época. De alguna forma, cuando te digo lo que te dije recién, creo que Jorge merecía estar cuidado y creo que fue una irresponsabilidad de quienes estaban con él.
Yo no había pensado jamás en esto de recorrer el mundo tocando Los Prisioneros, porque en realidad yo me salí de Los Prisioneros, después me echaron. Después con Miguel empezamos a recuperar este repertorio y fue muy bueno hacerlo. Ahora yo estoy contento respecto a lo que estoy haciendo. Estoy preparando material nuevo, siento que las canciones merecen ser escuchadas, ser tocadas. Miguel, que inicialmente dijo que se jubilaba de la música, cuando vio que yo estaba tocando por muchos lugares, armó su banda y empezó a tocar. Pero nosotros, cuando vamos a tocar a distintos lugares, la gente lo pasa muy bien y encuentran que es muy cercano a lo que ellos consideran Los Prisioneros y en ese sentido si podría ser que sea un poco el continuador, pero yo sé que no estamos tocando lo mismo que tocábamos con Los Prisioneros, o sea sonamos distinto.
Hay una cosa en el libro de Alejandro que es superinteresante, que Jorge Gonzales dice que La Voz de los ‘80 es algo así como su primer disco solista, que él considera que su único disco no solista es La Cultura de la Basura.
Bueno, si tú vas viendo, las opiniones de Jorge siempre son muy contradictorias. Hace un tiempo atrás decía algo así como que todo lo habían hecho Miguel y él. Ahora dice que lo hizo él.
Yo creo que Jorge es el genio de Los Prisioneros. No me cabe duda que él es el motor y quien hizo que mucho para que esto sucediera, pero si no hubiera sido por Carlos Fonseca, no pasaba nada. O sea, yo creo que cada uno aportó lo suyo y de verdad creo que sin Fonseca no pasa nada, absolutamente nada, porque nos dio a conocer. No teníamos ninguna opción de conseguir instrumentos, no teníamos ninguna opción de grabar un disco.
Entonces cada uno aportó su granito de arena, lo comentaba con Leslie (Ames) el otro día, es como decir, “aquí todos los directores de empresas son importantes y el resto vale callampa”. Yo creo que no es así, yo creo que todas las piezas son clave. O sea, Miguel algo le puso a la banda. Yo algo le puse, tanto que después nos juntamos en el Estadio Nacional y la cosa funcionó. No sé si Jorge hizo un concierto en el Estadio Nacional lleno igual. No tengo idea, pero cuesta llenar un Estadio Nacional y cuando estábamos los tres la cosa funcionaba. Cuando me echaron de la banda el año 2003, la cosa se vino abajo ¿Por qué se vino abajo? No sé. Yo pienso que porque Jorge solo no es Los Prisioneros.
*Claudio Narea se presentará el próximo 28 de diciembre en la Sala Metrónomo a las 19.00 horas, celebrando los 40 años de La voz de los ‘80. Las entradas se pueden adquirir aquí.
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