Espías, Navidad y Keira Knightley en plenitud: lo que trae Palomas Negras, la nueva serie de Netflix
Compuesto por seis episodios, el thriller de espías se centra en una mujer casada con un prominente político británico. La historia estalla cuando se revela que lleva una doble vida y que trabaja para una organización secreta. La crítica la ha elogiado y la plataforma de streaming ya la renovó para una segunda temporada.
Helen Webb es la perfecta esposa de Wallace Webb, el Secretario de Defensa del Reino Unido y serio candidato a convertirse en el próximo primer ministro. Tienen una niña y un niño en común y esperan la Navidad con el árbol lleno de regalos. Nada parece perturburarlos en el hogar que comparten desde hace casi una década.
Sin embargo, a poco andar se nos revela que ella ha llevado una doble vida y que su marido ignora totalmente cuál es su verdadera profesión. Helen es una espía que pertenece a las Palomas Negras, una organización sin lealtad hacia nadie que se dedica a vender los secretos del gobierno británico al mejor postor.
Aunque ha cumplido su labor con honores, también ha sido algo descuidada. Así se sugiere después de que muere un tal James Davies, el hombre que ha sido su amante durante los últimos meses y que ha sido asesinado la misma noche que un periodista y una trabajadora de una joyería. Destrozada, quiere cobrar venganza y encontrar al responsable del crimen. En ese momento es cuando entran en juego Reed, la jefa de la entidad secreta de la que forma parte, y Sam, un viejo amigo de Helen que abandonó el Reino Unido a raíz de que un trabajo salió mal.
Con buen pulso, la serie Palomas Negras (Netflix) instala el laberinto por el que deberá moverse la protagonista tras sufrir esa pérdida. No tarda en despejar que esta es una historia sobre dos viejos amigos que se mueven por el peligroso mundo de espías y que el asunto tendrá repercusiones internacionales (al comienzo aparece la noticia de que el embajador chino ha sido hallado muerto debido a una aparente sobredosis de heroína y su hija ha desaparecido sin dejar rastro).
Para Joe Barton, el guionista de la producción, el disparador fue una carta que leyó en el periódico. En el texto la autora contaba que había perdido recientemente a su esposo y se sorprendió al enterarse de que su pareja llevaba una doble vida y que en verdad su matrimonio era un affair.
“Estaba lidiando con el hecho de que ese hombre que amaba había fallecido, pero no podía contárselo a nadie ni compartir su dolor. Ella sentía que tenía que llorar en privado, lo que es un problema emocional fascinante y humano”, indicó el realizador a The Hollywood Reporter.
Blindada por impecables actuaciones de Keira Knightley (Helen), Ben Whishaw (Sam) y Sarah Lancashire (Reed), se distingue de otras historias sobre espías y conspiraciones gracias a que Barton le inyecta desparpajo y brutalidad a cada episodio. Las muertes se suceden sin demasiada contemplación y las líneas de diálogo expresan la clase de desinhibición que provoca que el material gane ligereza. El resultado es una de las series más sólidas que ha estrenado Netflix durante este año.
“Sentimental sin ironía, logra equilibrar relaciones con las que te identificas con asesinatos a sangre fría y caliente (es toda una proeza)”, opinó Los Angeles Times, que la denominó “una versión más loca, sangrienta y emotiva de El halcón maltés. Es tan buena como suena”.
También se sumó a los elogios Vulture. “Cumple con todos los requisitos del género y también incluye algunos extras encantadores: personajes enérgicos y una construcción de mundos animada, acción frenética y conversaciones efervescentes, el cabello delicioso de Ben Whishaw, Keira Knightley sonriendo como si quisiera destrozarte con sus dientes. Palomas Negras es el ideal platónico de un thriller de espías, con todos sus elementos completamente sincronizados para pasar un tiempo divertido”, argumentó.
Según The Playlist, “tal vez lo más encantador de Palomas Negras es cómo se centra en dos criminales improbables que se hacen pasar por personas normales y adineradas (...) El lado negativo de toda esa extravagancia es que, aunque trata algunos temas serios, rara vez penetra más allá del nivel superficial”.
“Si tu idea de diversión festiva incluye armas, sangre y más polvo blanco que una tormenta de nieve en Laponia, esta serie de espías debería estar en lo más alto de tu lista de regalos”, aseguró el periódico The Guardian.
Netflix, plenamente satisfecho con el producto, renovó la ficción para una segunda temporada incluso antes del debut del primer ciclo, el jueves pasado.
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