Roxana Miranda Rupailaf, poeta: “La poesía chilena está muy centralizada todavía, casi todo pasa en Santiago”

Roxana Miranda Rupailaf wsp
Roxana Miranda Rupailaf, poeta: “La poesía chilena está muy centralizada todavía, casi todo pasa en Santiago”

La destacada poeta nacional acaba de publicar la antología Sángrate agua (Ediciones UV) que recopila su poesía incluyendo sus libros más reconocidos. En charla con Culto, habla de cómo la poesía le salvó la vida, sus procesos creativos, su visión de la poesía y su opinión de la Inteligencia Artificial.


Siendo una de las voces poéticas más interesantes de los últimos 20 años, a Roxana Miranda Rupailaf (Osorno, 42 años) le faltaba una antología que compilara su obra. Y esta acaba de llegar de manos de la editorial de la Universidad de Valparaíso, Editorial UV, que en su catálogo se ha especializado en rescatar lo más granado de la poesía chilena y latinoamericana.

Por eso, en las librerías nacionales acaba de aparecer Sángrate agua, un volumen que compila su obra poética entre 2003 y 2024, que incluye no solo poemas nuevos para esta antología, sino dos de sus trabajos más reconocidos: Shumpall (2011) y Kewakafe (2022), ambos ganadores del prestigioso Premio Municipal de Literatura de Santiago, lo cual contribuyó a darle reconocimiento en el mundo de la poesía.

En su poesía, Roxana Miranda Rupailaf mezcla la sensualidad, la naturaleza, y la cosmogonía mapuche. Incluso, tiene libros bilingües castellano-mapudungún. “La obra de Roxana Miranda despliega una voz tan ancestral como agudamente contemporánea; una palabra cargada de intensidad, de vida y de muerte, y de una fuerza original que tensiona las realidades que toca y transfigura. A lo largo de los años y los libros publicados, su poesía ha construido un universo verbal único y necesario dentro del territorio físico, simbólico y poético de Latinoamérica”, señalan en Ediciones UV.

Miranda Rupailaf conversa con Culto sobre esta antología: “Creo que siempre estuvo la idea de una obra que tuviera cierta continuidad y el escritor Héctor Hernández me propone hace unos 2 años atrás publicar una obra completa. Me parecía un proyecto maravilloso porque en esa misma colección estaban otras dos poetas mujeres. Estuvimos trabajando este texto para presentarlo al Fondo del Libro, lamentablemente, la editorial no consigue adjudicarse ese fondo. A inicios del 2024 me contactan de la editorial UV para indagar sobre algún inédito que me interesara mostrarles con la eventualidad de ser publicado, ante lo cual, señalé que no contaba con un libro terminado. Debe haber transcurrido un mes y me volvieron a preguntar con la expectativa de tener algún avance en mi trabajo y decidí enviarles Una sombra que me gusta, aclarando que no estaba terminado como libro, y la obra reunida que estaba en maqueta. Me escribió Arantxa Martínez y luego Jovana Skarmeta porque les pareció que el libro era una unidad y me señalaron que estaban contentas si yo aceptada incluir los inéditos a Sángrate Agua, que por supuesto, tendría el prólogo de Héctor Hernández. Acepté, porque me parece que es una editorial importante con un prestigio enorme y con ediciones hermosas. Yo también estoy feliz”.

Roxana Miranda Rupailaf wsp
Roxana Miranda Rupailaf, poeta: “La poesía chilena está muy centralizada todavía, casi todo pasa en Santiago”

- Como dices, esta antología incluye un libro inédito Una sombra que me gusta, ¿cómo fue el proceso de escritura?

- La verdad es que los procesos de escritura en mi casa son largos. Una sombra que me gusta es un texto que aún no termino, incluso es anterior a la escritura de Kewakafe. Comencé antes a pensar en el derrumbe del cuerpo, en la derrota del amor y en la naturaleza como parte del cuerpo. Hay algo también de la destrucción de las siete ciudades en la ofrenda de este amor que va incendiando casas y calles a su paso.

- Shumpall es quizás el poemario que te dio renombre, y obtuviste el Premio Municipal de Literatura. Abordas en parte la cosmogonía mapuche pero también la sensualidad, el mar y los cuerpos. ¿Qué significa ese libro para ti?

- Para mí, Shumpall es un libro que representa una etapa luminosa en mi vida, porque me sentí con mucha libertad al escribirlo. Y sí, es un texto que me abrió muchas puertas porque hay otros artistas, otras personas que se identificaron mucho con el poemario, más allá del Premio Municipal de Santiago. Existe una ópera, un vídeo poema, una obra de teatro, pinturas, musicalizaciones en distintos formatos, una escultura en el Paseo Costanera de Puerto Montt y variadas tesis de grado y posgrado. Yo creo que ha sido trascendental porque me conectó con otros públicos, las obras permiten que una conozca personas, territorios, otorga experiencias.

- ¿Cómo se originó Shumpall?

- Shumpall surge de una época en que yo habitaba la costa de Valdivia en Niebla y comencé a pensar en el mar y en este ser que proviene de las aguas y te rapta. Me puse a escribir aquello. Un día en el bus que va de Valdivia a Osorno, me encontré con Bernardo Colipan que me preguntó en qué estaba yo le conté y me dijo “oye tú estás escribiendo del Shumpall” entonces me contó el relato mapuche y era mágico pensar que esta historia siempre existió en mi vida. Mi apellido Rupailaf, significa, la que pasa por el agua, la que atraviesa el mar y provengo de una zona de San Juan de la Costa cuya fuerza espiritual proviene de un Ngen que habita en Pucatrihue, y se llama Abuelito Wenteyao. Dicho espíritu se quedó encantado en una roca porque se enamoró de una Shumpall. Comencé a crear una canción para que venga mi propio Shumpall y en el proceso de escritura fui descubriendo más relatos, más historia de Shumpalles porque para nosotros es un ser que pudiendo tener forma masculina o femenina, está vivo, existe, por lo tanto es un relato que se va actualizando. Al principio, pensé en incorporar un relato del Shumpall al poemario, pero la fuerza del mismo relato, me hizo pensar que al hacerlo quizás estaría fijándolo y que era mejor que cada uno se imaginara su propio Shumpall y descubriera sus cantos internos para invocarlo. El libro Shumpall es un canto de amor.

- En tu poesía hay mucha corporalidad, sensualidad e imaginario mapuche, ¿de qué manera conjugas esos intereses?

- La sensualidad, el erotismo existe desde siempre y todas las culturas tienen sus propias prácticas y formas de imaginar la sexualidad. Desde que comencé a escribir he tenido un interés sobre el cuerpo y el erotismo. Y no concibo el cuerpo sin pensar en las formas de la naturaleza, entonces se fue dando porque comencé a escribir sobre los elementos, especialmente sobre el agua, las aguas del cuerpo y su entrega la ofrenda. En este exceso de dar, de darse ingresa la violencia porque hay algo de violento en el amor, los límites son difusos, el erotismo posee algo de violencia también, de marcas en el cuerpo, de una otredad que se apropia, de un yo que desea.

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- ¿Cómo entiendes la poesía?, ¿qué significa para ti?

- Creo que la poesía es un refugio, para mí significó cambiar mi destino. Fui una niña muy violentada, porque me tocó a los doce años ser testigo de un accidente donde fallece mi mejor amiga. Mis padres tenían una mala relación, una relación con violencia intrafamiliar. Sumado a eso, éramos pobres, no había mayor escolarización en mi familia, todos proveníamos del campo. Y en ese contexto descubro la poesía, la literatura como ese espacio íntimo donde evadía los problemas y cuando me tocaba leer en público había cierto cariño, una conexión con las personas que me gustaba. Sentía que lo que mejor hacía era escribir y me fui aferrando a esa idea. Siempre quise ser escritora. Participé en un concurso de poesía escolar que era provincial organizado por un colegio privado y gané. Me invitaron a la ceremonia, fui sola y conocí a Sergio Mansilla un importante escritor de Chiloé que hacía clases en la Universidad de Los Lagos de Osorno, él me invitó a conocer la universidad. Y ahí comenzó todo. La poesía cambió mi destino, me dio fortaleza y herramientas para hacer un camino y me ha dado la posibilidad de conocer otros territorios, culturas, afectos, experiencias que cuando era una niña jamás imaginé me pasarían.

- ¿Cómo es tu proceso de escritura?

- Mis procesos de escritura son extensos, reviso bastante antes de publicar voy probando formas de decir el poema, porque me gusta mucho la lectura en voz alta. Escucharme a mí misma, forma parte del trabajo de edición. Revisar el texto poético con amistades literarias, aceptar sugerencias. Investigar sobre el tema de escritura, indagar qué se ha publicado sobre ese mismo tema, conexiones literarias, audiovisuales, musicales, relatos orales, entre otras. Luego, también, está el trabajo con la editorial, ese también es un tiempo de pensar colectivamente en el libro.

- ¿Cuáles son las principales influencias que han moldeado tu poesía?

- Mis principales influencias fueron en primer lugar la oralidad del territorio en el cual crecí, Lafquenmapu- San Juan de la Costa, historias de campo, relatos mapuche, relatos bíblicos producto de la evangelización, música de Violeta Parra, rancheras, entre otros. Luego, Gabriela Mistral, su lenguaje poético y su musicalidad. La Odisea es uno de mis textos predilectos igual por ese diálogo, esa búsqueda del mar. Los escritores del sur de Chile: Jorge Teillier, Rosabetty Muñoz, Clemente Riedemann, Maha Vial, Sergio Mansilla. Los escritores williche Bernardo Colipan, Graciela Huinao, Jaime Huenún, Adriana Paredes Pinda y Cristián Antillanca, entre otros. Los escritores de mi generación Héctor Hernández, Paula Ilabaca, Juan Carreño, Daniela Catrileo, Juan Wenuan, Javier Milanca, Patricia Águila, Lady Kutral. Creo que es la literatura indígena latinoamericana a la que más recurro, y luego pasa que cada libro que uno escribe dependiendo del tema tiene sus propios insumos literarios.

- Generalmente usas verso, pero también hay poemas de una sola o un par de líneas. ¿Has pensado en explorar más formas poéticas?

- Sí, creo que una siempre está explorando porque es una búsqueda constante. Me gustaría escribir textos de largo aliento, por ejemplo.

Roxana Miranda Rupailaf wsp

- También tienes poemas en mapudungún. ¿Qué significa esa lengua para ti y cómo es hacer poesía en ese idioma?

- Yo no escribo desde el mapudungun, lo que tengo son traducciones de mis hermanos mapuche, Víctor Cifuentes en el caso de Seducción de los venenos y Cristián Cayupan en Trewako. Me parecía importante verme en el idioma que no tengo porque la zona de la cual provengo fue tan evangelizada que nos quisieron quitar el idioma, vestimenta, formas culturales. Existió y aún existe mucha discriminación en torno al tema indígena. Creo que hoy estamos en un proceso importante de revitalización cultural y ese es un trabajo extenso, colectivo del cual hay que dar cuenta. Es necesario hablar del despojo, es necesario resignificar los espacios, así como, son necesarias las banderas mapuche en los municipios.

- ¿Cómo ha sido ser mujer y poeta en Chile?

- Ser mujer en Chile es complejo porque creo que aún existe mucho juicio respecto a cómo debe comportarse o ser una mujer. Ha costado enormemente colectivizar voces femeninas desde lo poético en el sur, o sea, aún en la actualidad cuestionan que se programen mesas de literatura femenina, pero nadie dice nada cuando se juntan solo hombres. Por fortuna existe un gran número de escritoras relevantes en la poesía chilena como Elvira Hernández, Soledad Fariña, Verónica Zondek, Heddy Navarro, Teresa Calderón y un enorme número de escritoras jóvenes bellas y libres que están organizando talleres, encuentros, podcast y un sinfín de diversidades.

- ¿Cómo ves el panorama de la poesía chilena actualmente?

- Actualmente, creo que la poesía chilena está muy centralizada todavía, casi todo pasa en Santiago, me encanta participar en actividades en la capital, pero me gustaría, por ejemplo, que escritores latinoamericanos importantes o internacionales también pudieran conocer otras zonas del país. Considero que Poquita Fe. Encuentro de poetas latinoamericanos, ha sido importante para nuestra generación, pues amplía el mapa, el horizonte y eso es fabuloso. Creo que las editoriales independientes han hecho una gran labor porque se han ocupado de las voces locales, de las identidades territoriales y creo que cuentan con hermosas ediciones y difusión. Me parece que la poesía chilena tiene importantes referentes de renombre internacional y una diversidad de voces que enriquecen este panorama.

- ¿Qué piensas de la Inteligencia Artificial y su uso en la literatura?

- La verdad es que creo que es un daño a la creatividad. He tratado de pensarla como herramienta pedagógica en la escuela, pero me he dado cuenta que poco a poco los estudiantes han ido dejando de pensar, lo cual es extremadamente peligroso. Efectivamente, ellos escriben con inteligencia artificial todo o casi todo de lo que una les asigna como tarea. Sin querer me he transformado en una “lectora de inteligencia artificial” y yo diría que goza de demasiados lugares comunes.

Roxana Miranda Rupailaf estará en la próxima edición de la Furia del Libro, que se desarrollará este fin de semana. Sángrate agua se lanzará este 20 de diciembre a las 18:00 horas en el Centro GAM | Sala C1.

Sángrate agua wsp

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