Cinco años sin Neil Peart de Rush: el letrista

NEIL PEART

Proclamado como uno de los mejores bateristas de rock de todos los tiempos, el fallecido baterista de Rush muerto hace exactos cinco años, fue también un consumado letrista. Reconocidos fans abordan su pluma.


“La guía definitiva de la cultura pop”, como se autodenominaba la revista estadounidense Blender, proclamó en octubre de 2007 a Sting y Neil Peart en el primer y segundo puesto respectivamente, como los peores letristas rock de todos los tiempos, en un listado también integrado por Robert Plant y Carly Simon. Al baterista y autor de la mayoría de los versos cantados por Geddy Lee en los 40 años de carrera de Rush, se enrostró su inclinación por la ciencia ficción y la fantasía -el dardo favorito de la crítica tradicional-, en una flagrante demostración de análisis superficial de la publicación, extinta desde 2009. Reducir así los intereses líricos e intelectuales del fallecido baterista, muerto por cáncer cerebral el 7 de enero de 2020 a los 67 años, es como afirmar que Lennon y McCartney sólo compusieron sonsas canciones de amor.

En 18 álbumes donde escribió prácticamente todas las letras, Neil Peart desplegó intereses literarios, filosóficos, históricos, políticos y científicos, junto con ahondar en las relaciones humanas y los comportamientos colectivos, en temas de absoluta relevancia actual.

Preguntamos a conocedores profundos de la obra lírica del afamado baterista:

-¿Cómo lo definirías dentro de los letristas del rock?

-¿Qué elementos lo distinguen?

-Letras favoritas.

-Su lugar entre los autores del género.

NEIL PEART

Alfredo Lewin (conductor y figura radial)

-Neil Peart es una anomalía como letrista, primero porque es baterista y no muchas bandas del rock tienen a un baterista escribiendo letras. Hace poco estuve con Thomas Haake de Meshuggah, con quien hablamos acerca de Neil Peart. Es un súper fanático y él también escribe letras en su banda. Otro caso es Phil Collins con Genesis o solista. Comparado, por ejemplo, con Stewart Copeland, a quien admiraba muchísimo, Neil Peart tiene ese plus, ese extra que es letrista, Copeland no lo era. En ese sentido, es muy particular.

-Era un tipo muy culto, desde Samuel Taylor Coleridge -cita al poeta inglés en varias canciones-, o la filosofía porque el tema de la política le era muy atractivo, y ahí estaba lo de Ayn Rand que se notaba en sus obras de mediados de los 70, la influencia de la rusa, de cuyas ideas también se distanció después para declararse en los 80 como un libertario compasivo. Un tipo que investigaba para poder componer mejores letras, interesado en la ciencia ficción, pero también lo que está en el medio camino de la ciencia ficción, que es el desarrollo de la tecnología con ribetes que pueden ser peligrosos para el futuro, un tema que también tiene que ver con la moral y con la ética. Hoy día Neil Peart estaría muy interesado en temas de la Inteligencia Artificial.

Le trajo algo de cerebro no solo al progresivo sino que al rock en general. Abordó también las contradicciones entre el bien y el mal, entre el individualismo y el colectivismo. Me gusta en particular cuando se maneja en el tema de la razón versus la emoción en tanto la política, la ética que subyace, en tanto a la religión, estos conceptos que van tan apañados con la religión, que son el miedo y la fe. A partir de la muerte de su esposa y de su hija antes de Vapor trails (2002) ya empieza a rumiar el sentido de la existencia y con toda razón.

-Me voy a quedar con algunas canciones en donde considero que alcanza un peak de lucidez, las mejores letras para mí: Tom Sawyer. Hace poco leí la novela de Mark Twain y entendí el tema del individualismo, del héroe cotidiano, el tipo que sabe cómo resistir. Eso de que su mente no se vende, su cabeza, sus ideas no se venden a ningún dios o gobierno y siempre esperanzado aunque descontento sabiendo que los cambios no son permanentes pero el cambio sí, un poco la naturaleza del personaje que sale de la gran obra de Tom Sawyer. Otra es The Spirit of radio, mi favorita de Rush. El tema de la lucha en el sentido de lo comercial, y también de lo que hicieron las radios en algún momento. Me imagino especialmente en el peak de la FM en los 70. Parte muy luminosa y luego se va tornando en algo más oscuro. Si mal no recuerdo, tiene una cita a The Sound of silence de Simon & Garfunkel, y una línea que dice uno quiere creer en la libertad de la música, pero en algún sentido se destruye la ilusión de integridad. Ese tema de la integridad también, el de ser íntegro, es algo muy recurrente en Neil.

NEIL PEART

Subdivisions, una canción más ochentera que esa, imposible, más allá de lo sintético y lo new wave del sonido de Rush. Genera la idea de la desesperación, de ver cómo lo que se divide luego se vuelve a dividir, se subdivide y se va todo empequeñeciendo, y se va destruyendo cualquier posibilidad de individualismo. Es Neil Peart liberal en estado puro. Esas críticas al sistema capitalista, a la construcción de los suburbios. Subdivisiones en todas partes, en el colegio, en los malls, en todos lados. Y con el miedo de que si no perteneces a eso, vas a ser expulsado. Así tal cual como en la ciencia ficción de 2112, en donde una persona que encuentra su propia manera de expresarse con una guitarra que rescata de algún lado, es rechazada por la sociedad y es exiliado. Fly by night (1975) que es mucho más inocente pero también es de la libertad, del comienzo de un juego solitario en donde hay un nuevo inicio, y que tiene que ver con esos viajes de Neil Peart desde Canadá a Londres, que fue de donde tanto aprendió.

-Y más allá de que los que entienden a Neil Peart lo relacionen con las historias de ciencia ficción y con la literatura de Ayn Rand, particularmente con el libro Anthem o The Fountainhead, a mí me encanta cómo hizo que sus letras fueran así. Si bien (la) ciencia ficción eran proyecciones de lo que pasa en el mundo así como uno lo ve en la película Duna o en Star Wars, sabía cómo crear letras que dieran unos golpes muy precisos y que se aplicaran a nuestra realidad.

Muchos de los mensajes de Neil Peart se filtraron en canciones de rock perfectas en donde los “anti” son las cosas que me llaman más la atención: anti igualitario, anti colectivista. Esas líricas venían de un tipo que sentía que tenía la extraña responsabilidad de compartir ideas con su gente así tal cual como lo hace un profesor que si bien era puntudo en lo político y filosófico, también era muy amoroso en tanto las respuestas las tenemos que encontrar en el corazón. En Limelight se habla acerca de estar bajo el escrutinio de la gente y lo incómodo que es estar expuesto. Y por eso Neil Peart prefirió no estarlo, independiente de que ese es el sueño universal. Más que un letrista y un poeta, era un escritor y un intelectual de tomo y lomo.

Remis Ramos (filósofo y académico)

-Las letras de Rush tienen una gran carga emocional, pero siempre está mediada por el contenido intelectual, por las ideas que comunica y las reflexiones que estas generan. Incluso al hablar del amor y de las relaciones personales, siempre hay un elemento racional, alejado de las pasiones y emociones crudas, y más cercana a la exploración de conceptos. En cierto modo, todos los discos de Rush son conceptuales, todos tienen una o dos ideas fuerza que son desarrolladas en profundidad a lo largo del disco. No es casualidad que durante gran parte de su carrera Rush fue vista como una banda letalmente seria, pretenciosa y aburrida por la prensa especializada.

-Peart, uno de los mejores bateristas de la historia, era un lector voraz: es sabido que su hábito lector era su hobby más importante y duradero, y no solo leía narrativa y poesía, sino también mucha filosofía, historia, sociología, etc. Peart era un pensador crítico muy inquieto intelectualmente, un Humanista con mayúscula. Sus letras a lo largo de su carrera están repletas de referencias a otras obras y autores, y es un ejercicio literario enriquecedor tratar de rastrearlas. Si bien al principio había una fuerte influencia de la literatura fantástica y de ciencia ficción, el contenido social siempre estuvo presente desde Fly by night en adelante, y este pensamiento político evolucionó desde un individualismo Randiano (Anthem, 2112) en los 70, a la preocupación sobre el cómo construir una sociedad más pluralista, humana y justa (Closer to the heart, Natural science), proyecto para el que ese individualismo egoísta es inútil.

NEIL PEART

-Muchas letras de Peart eran explícitamente filosóficas: Freewill, Hemispheres, etc. Vital signs usa el lenguaje de la informática para hablar de la alienación, de forma similar en que lo hace en Limelight al hablar del estrellato y las relaciones parasociales, esta farsa en la que el fan siente que el rockero –así como los influencers hoy– son personas cercanas a quienes realmente conocen. Ambas canciones hablan del burnout, este fenómeno tan propio de nuestra época, y de la necesidad de poner límites y de proteger la integridad y autenticidad, y de cómo este desgaste puede llevar al desencanto, al cinismo y la hipocresía. Subdivisions es otra que explora la alienación vivida por quienes, ya sea por inconformismo o por desilusión, se alejan de las modas y deciden explorar su propio camino. La otra es The Garden. La última canción del grupo, el canto de cisne y despedida, habla de mirar atrás y darse cuenta que el valor de una vida se mide en el amor y en el respeto. Amabilidad y decencia como pilares fundamentales: toda la ética puede resumirse en ambas virtudes. Mirar atrás y enorgullecerse del trabajo bien hecho, de sus flores y sus frutos. El jardín como metáfora de una vida bien vivida, con alegrías y tragedias, pero vivida con integridad y autenticidad en cada paso.

-Rush siempre ocupó un lugar extraño en el panorama del heavy metal y del rock progresivo al principio, y del new wave y el AOR después: nunca figuraban en las listas de mejores bandas de un género porque Rush cultivó muchos estilos y nunca dejó de evolucionar como banda. Lo mismo pasó con Peart: rara vez figura en las listas de mejores letristas del rock, en las que poetas como Bob Dylan, Leonard Cohen, Tom Waits, Patti Smith o Paul Simon acaparan los primeros lugares por sus virtudes líricas. Todos los grandes letristas del rock son poetas, pero Peart no es un clásico poeta europeo de la modernidad, sino más bien como un poeta griego de la antigüedad: fue un narrador pedagógico más que un hablante lírico, como los filósofos presocráticos, que comunicaban su pensamiento en verso. Peart fue esencialmente un filósofo autodidacta, un Profesor de tomo y lomo.

Francisco Ortega (escritor y guionista)

-Tiene a definírsele como un Tolkien del prog rock, por la primera etapa de Rush. Sin embargo, si me apuras, yo lo veo como el más Borgiano de los letristas del prog y del metal. De partida debe ser el más leído y el más variado en sus lecturas. Hay en su lírica y prosa, mucha y variada obsesión bibliográfica, desde la fantasía y la ciencia ficción -y el libertarismo filosófico- de su juventud, hasta narrativa más rebuscada: Proust, Joyce, los rusos, Cortazar en su madurez. En ese sentido, por la variedad, lo leo y lo escucho más Borgiano. A Peart le interesaba la escritura y la narrativa, escribía desde ese parámetro, no como un letrista y esa es su gran diferencia. Le interesaba la literatura, vibraba con los libros, pensaba los discos como bibliotecas, como Borges pensaba sus cuentos.

-Pero por mucho que se nota lo gran y buen lector que era. Y esto no va solo en las referencias, que son muchas, sino en la estructura dramática, narrativa y lírica de las canciones, en las cuales hay visión del pasado, del presente, del futuro, filosofía, lo que quieras, pero sobre eso: una buena historia que contar. Rush se puede leer y eso es muy atípico en las bandas del género.

-De la etapa clásica el díptico Cygnus X-1, una tremenda epopeya que parece película de Nolan. También Natural science, que para mí cierra los intereses narrativos de esta primera etapa. Subdivisions es un cuento generacional acerca de la clase media y de ser joven en esa clase media cuando se habita en lugares de mierda. The Pass que debe ser de las más lúcidas reflexiones de Peart acerca del peso y el “paso” del pasado en el aquí y ahora. Y The Garden, la última canción de Rush que me parece una gran pieza de despedida, un temazo que debería rescatarse y celebrarse más.

-Salvo Roger Waters, Peter Gabriel y Fish, la verdad es que el prog rock no se distingue por sus grandes letras, básicamente porque la narrativa del género va por otra parte, la música como narrador de historias. Waters destaca por lo ácido de su mensaje sociopolítico pero no es un gran poeta, como si lo son Gabriel y sus líricas tan inglesas clásicas, o Fish con ese romanticismo punki que es como un Juan Gabriel o un Camilo Sesto con rabia. Los tres desde lo poético. En cambio Peart es narrador y ahí está la diferencia y lo que lo ubica -en mi opinión-, en este cuarteto de mejores letristas de su especie (a los cuales quizás habría que sumar al fallecido Pete Sinfield). Se celebra mucho la música y las habilidades instrumentales de Rush, que eclipsan la excelencia de las letras del trío. Invito a leer a Rush, escuchar los discos con las letras en mano siguiendo las canciones como relatos. Van a llevarse una gran sorpresa y ya es hora de levantar a Peart entre los grandes liricistas de la historia de la música popular. O sea, hay que ser muy lúcido para resumir la historia de los movimientos sociales y políticos del siglo XX en la forma de una fábula protagonizada por árboles.

Alejandro Tapia (periodista y escritor)

-Pasa que la faceta de Neil Peart como letrista suele quedar relegada por sus cualidades como instrumentista, que eran superlativas. En la historia del rock los bateristas que además ejercen como letristas son casos muy acotados, es una especie rara. Dentro de los letristas del rock, la obra de Neil Peart es original y además diversa: no se quedó pegado en las fantasías y la ciencia ficción de los 70 ni en las temáticas sobre el destino de la humanidad en los 80 en plena Guerra Fría, sino que evolucionó hacia temas como la libertad de conciencia, supersticiones o ciberespacio en los 90. Sus letras son reflexivas, inteligentes y únicas. Eso de que su lírica era supuestamente fascistoide no es tal, para nada.

-Pese a su diversidad, las letras de Neil Peart pueden agruparse en un mismo universo, que no es más que el universo Neil Peart. Una de sus principales características son las citas a novelistas -Oscar Wilde, Walt Withman, John Dos Passos, entre muchos otros- y su carácter existencialista. Creo que la principal cualidad de sus letras es que provocan curiosidad e inspiración por partes iguales.

-Me fascinan las letras de los discos ochenteros de Rush. Las temáticas onda Guerra Fría, amenaza nuclear y fin del mundo. Han pasado cuarenta años de aquello, pero aún suenan actuales. Creo que mi favorita es la letra de Subdivisions. Me provoca cercanía, identificación y empatía eso de “en ninguna parte está el soñador, o el inadaptado tan solo”. Genio.

-Un lugar de avanzada. Medalla de oro para Neil Peart.

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