“La ciudad sin ti”: el regreso del último proyecto de Pedro Lemebel a 10 años de su muerte
El próximo viernes 31 de enero, en el Teatro Nescafé de las Artes, se realizará una única función de La ciudad sin ti, que en este 2025 vuelve a 10 años de la muerte del escritor. Se trata del último proyecto que alcanzó a trabajar en vida el escritor junto a la compañía Chilean Business. Hoy, los actores Claudia Pérez y Rodrigo Muñoz hablan con Culto de cómo fue el proceso de creación del montaje y abordan también la actualidad cultural.
Fue un encargo contra el tiempo. En 2014, una vez que Pedro Lemebel estaba consciente de que su cáncer a la laringe era irreversible, le pidió a sus amigos actores Claudia Pérez y Rodrigo Muñoz que armaran una obra de teatro con sus crónicas. Así nació el montaje La ciudad sin ti, que en este 2025 vuelve en una única fecha al Teatro Nescafé de las Artes a 10 años de la muerte del escritor.
“Empezamos a armar una historia que inicialmente era un recorrido por sus crónicas -cuenta Muñoz a Culto vía Zoom- pero luego cuando él murió tratamos de hacer su biografía a partir de sus crónicas. Entonces, uno ve la obra y puede ver claramente por qué él escribe como escribe, cuál fue su proceso desde niño hasta adulto”.
Muñoz cuenta que en un principio, el montaje se llamaría Todos somos Lemebel, sin embargo, fue el librero Sergio Parra -gran amigo de Lemebel- quien les propuso otro título mejor: La ciudad sin ti. “Él nos sugirió que ese podía ser un buen nombre y así se llamó finalmente, terminó siendo como una obra póstuma que relata su historia”.
Pérez y Muñoz -con su compañía Chilean Business- ya habían montado otras crónicas de Lemebel al teatro. Así adaptaron los libros De perlas y cicatrices (2000), Tengo miedo, torero (2006) la obra Cristal tu corazón (2008), basada en crónicas de Zanjón de la Aguada y Adiós mariquita linda.“Hace veinte años atrás cuando empezamos a trabajar nadie se atrevía a prestarnos sala -cuenta Muñoz- (la obra de Lemebel) era muy rupturista y terminamos llenando el Nescafé de las Artes. Había gente que vendía chapitas y poleras afuera del teatro, se transformó en un carnaval. Entonces, el proceso fue bien bonito porque de ser un grupo de teatro que hacía las obras de él de manera under, terminó siendo una obra montada en un teatro mucho más grande, con mucha publicidad”.
Claudia Pérez recuerda el proceso de armado de la obra. “Hay crónicas que son más teatrales que otras, yo creo que esa fue una forma de de elegirlas, porque hay unas que son muy narrativas, muy literarias y hay otras que tienen escenas, que tienen diálogo, porque finalmente el teatro es acción. Entonces, ¿cómo accionas una crónica? el traspaso de la literatura a la dramaturgia no es fácil, sobre todo en Pedro que es tan poético. Nosotros estudiamos mucho a Pedro, uno de los de los temas que más nos interesaba era su visión política”. Muñoz acota: “Al decir visión política, no lo decimos en el sentido político tradicional sino que es su postura frente a la vida”.
Pérez sigue: “Nosotros como creadores quisimos elegir sus crónicas que tenían una crítica social y política, además las crónicas que tuvieran más acción, que fueran más fáciles de teatralizar. Por eso elegimos la Virgen del Carmen, que decidimos que fuera una Virgen que hablara, una especie de monólogo arribista de esta virgen que se cree superior a otras, la crónica de la Leva que es violencia de género, rescatamos algunas crónicas del libro De perlas y cicatrices que fue la primera obra que hicimos de él, porque a Pedro le gustaba mucho y además rescatamos Margarito que era su crónica favorita, en muchas entrevistas lo dijo”.
Con los estragos del cáncer en su cuerpo, Lemebel alcanzó a ver el proceso de armado y ensayos de la obra, pero no llegó al estreno. Esos días, yendo y saliendo de la clínica aún los recuerdan ambos. “En la clínica ya estaba muy mal, pero entraba la Claudia y le hacía sus monólogos, luego entraba yo y le mostraba más o menos cómo iba a ser algunas de las escenas. Incluso, él nos dibujó vestuarios, maquillaje, cosas que quería que hubiesen en la obra”, recuerda Muñoz.
“Fue súper emocionante, porque todos quienes lo queríamos, su círculo cercano, éramos súper conscientes que Pedro se iba a ir -dice Claudia Pérez-. Nadie quería (que se muriera), él tampoco. Él estaba en un estado muy vertiginoso, como que estaba acercándose al abismo, digamos, pero además tomaba un remedio que lo hacía estar muy verborreico, yo creo que era un paliativo que lo ponía en un estado de creación. No quería morir, tenía miedo, no quería irse porque él tenía muchas cosas que decir. Entonces su capacidad creativa yo siento que explotó en esa época, era muy bonito porque yo iba a verlo harto a la clínica, y le decía ‘ya mira Pedro quiero queremos hacer esta crónica’, él me decía léemela, y me empezaba a dirigir, y me decía, ‘acá más expresiva, aquí más íntima, acá te ponís una peluca y te maquillas’, todo esto no lo hacía hablando porque no tenía voz, entonces todo lo escribía y lo dibujaba, fue un proceso súper hermoso porque era como una explosión pirotécnica creativa, pero súper triste a la vez”.
¿Cómo se toman volver a montar esta obra a 10 años de la partida de Pedro Lemebel? responde Claudia Pérez: “Para nosotros también es una responsabilidad, una posta de la que nos tenemos que hacer cargo porque Pedro nos dejó los derechos de la obra y fuimos al único grupo que lo dejó en vida, que le dijo a su familia, que la familia lo sabe, entonces es una responsabilidad muy grande. Me da mucha pena que ya hayan pasado diez años de de su muerte, porque se le echa mucho de menos a Pedro, es una persona que ocupaba mucho espacios”.
Complementa Rodrigo Muñoz: “Yo he pensado mucho qué escribiría Pedro ahora con todo lo que ha pasado, el estallido, luego la pandemia, luego todos los cambios, lo que se ha descubierto en la política. Ahora tendría mucho material para poder escribir y además como lo hacía él, con su sentido del humor”.
Entre el 1% y la precariedad
Por supuesto, consultados por Culto, ambos actores reflexionan en torno a lo que ha sido la gestión cultural del gobierno de Gabriel Boric, al cual le queda su último año en el poder. Rodrigo Muñoz dice: “Yo lo que pienso es que cada año ha sido menos el aporte a la cultura por parte de los gobiernos, no solamente de este sino que de los anteriores. Han ido restando, restando, restando. Yo creo que el gobierno que más apoyó a la cultura fue el de (Ricardo) Lagos. De ahí para abajo empezó a descender, descender, descender hasta ahora, ahora último se puso las pilas Boric pero hay muy poco apoyo a la cultura en general”.
Claudia Pérez toma la posta: “Yo creo que las políticas públicas (sobre cultura) hay que robustecerlas, pero si no hay presupuesto, no hay nada que hablar o sea para mí es súper claro. Uno puede tener un discurso muy hermoso sobre la cultura y todo, pero si tú no aumentas el presupuesto de la cultura siempre va a estar precarizada. Yo siento que la precarización es cada vez más, ahora incluso se está hablando de abrir el derecho a autor y de una ley sobre inteligencia artificial. Creo que es muy importante aumentar el presupuesto y si no se llega por lo menos al 1% es imposible. Finalmente todo se transforma en un concurso, en una carrera por ganar espacios que son siempre los mismos”.
“Yo creo que Bachelet también lo hizo muy bien en cultura creando Chile mi barrio -agrega Pérez-, abrió otros espacios para los agentes culturales que no existían, espacios barriales que son súper ricos, que no se encuentran solamente en el Fondart y que ahora no están. Habría que abrir los centros culturales de las municipalidades, entonces yo creo que falta mucho. Yo soy súper crítica en relación a este gobierno y el gobierno anterior en relación a la cultura”.
La ciudad sin ti tendrá una única presentación el viernes 31 de enero en el Teatro Nescafé de las Artes. Entradas a la venta en la boletería del teatro y a través del sistema Ticketmaster.
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