“A la mayoría de la gente le horrorizó”: Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón y el debut de Pedro Almodóvar
La primera película del cineasta manchego acaba de ser reestrenada en la plataforma Mubi. Original de 1980, fue un filme que se debió rodar de manera esporádica, durante los fines de semana, debido a problemas de financiamiento. Protagonizada por Carmen Maura, dejó escenas inolvidables en el inconsciente colectivo. Acá la historia de un largometraje de culto.
Fue una odisea. En 1980, el joven cineasta Pedro Almodóvar logró concluir su primer largometraje. “Lo hicimos con dos perras a base de limosnas, pasión e inconsciencia, aunque yo me lo planteaba con la misma seriedad que si estuviera rodando Lo que el viento se llevó”, comentó años más tarde. Su debut se llamó Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, y fue protagonizada por la actriz Carmen Maura (como Pepi), quien se volvería una habitual en los elencos del director. En los roles principales también estuvieron la cantante Alaska (como Bom) y la actriz Eva Siva (como Luci).
El filme acaba de llegar al streaming, a través de la plataforma Mubi, como parte del ciclo Primeras Películas Primero, que rescata los filmes debuts de varios cineastas. En este caso, se trata de una película que cuenta la historia de Pepi, una muchacha hija de buena familia que sin embargo se ha independizado y cuya plantación de marihuana es descubierta por un policía vecino, quien la viola. Enfadada, lo que más lamenta la joven es que pensaba hacer negocio con su virginidad, algo muy en la línea de lo absurdo que tienen los primeros filmes de Almodóvar.
Para su plan de venganza cuenta con la ayuda de su amiga Bom, cantante en una banda de punk underground, y logra acercarse a la esposa del policía, Luci. Ella es una mujer cuarentona, sumisa, y que solo ha visto su vida pasar, pero ambas le ayudan a descubrir una afición oculta: el sexo sádico. Por ello, comienza una relación con Bom, quien tiene 17 años.
En rigor esto último tiene algo de verdad, ya que al momento de filmar, Alaska contaba con 16 años, y terminó el rodaje con 18. Por entonces era la cantante del grupo Alaska y los pegamoides, por lo que el personaje le quedó bastante bien. “Estábamos meses sin rodar y, de repente, te llamaban y decían ‘Oye, ¿el sábado que viene puedes rodar? Es que hemos conseguido dinero para comprar película y rodar una escena’, y entonces se hacía así”, recordó años después a Vanity Fair la misma Alaska.
Es que por entonces, Almodóvar era empleado de Telefónica, y debía compatibilizar sus tiempos de trabajo con los del rodaje. Ello explica que el proceso de trabajo haya sido completamente espaciado. De hecho, Almodóvar tenía tan solo 500.000 pesetas de presupuesto para el filme (poco más de 3.000 euros actuales), por lo que cada centímetro de película era oro.
Acaso ese mismo presupuesto precario le dio un tono de culto a la película. Con partes técnicamente defectuosas, y sin una gran postproducción, lo cierto es que el filme recurre a una estética kitsch, y con guiños al cine B, incluso algo soez, pero siempre están las ganas del rupturismo con la sociedad tradicional. En un principio se llamaría Erecciones generales, como el concurso que se muestra cerca de la mitad del filme donde se mide el tamaño del pene de unos concursantes (con un cameo del mismo Almodóvar como el entusiasta presentador del concurso).
Alaska fue partícipe de una de las escenas más recordadas del filme, la “lluvia dorada” que Bom le hace a Luci, en el primer tercio del largometraje. La escena se realizó con cerveza y una pera de farmacia. “Me daba una vergüenza enorme -recordó años después a Vanity Fair-. Pero, como yo tenía 15 ó 16 años, me daba vergüenza decir que me daba vergüenza (para que no pensaran que era una niña). Y a Carmen también le daba pudor la escena, pero tampoco se atrevía a decirlo porque decía ‘a ver si estos modernos se van a pensar que soy tonta’. Las dos estábamos ahí, aguantando el tipo, y supongo que Eva Siva también, haciendo como que no pasaba nada”.
“Con Eva Siva teníamos el problema de que nunca sabías lo que iba a decir -recordó Maura en una entrevista con TVE en el 2000-. Eso me hizo espabilar...no se lo tomaba como si estuviésemos haciendo algo tan importante. Alsaka era súper seria, súper profesional. En su primer día de rodaje hizo la escena de la meada, luego me comentó que había estado súper nerviosa, pero lo disimuló fenomenal”.
Incluir una escena con “lluvia dorada”, era parte del desparpajo con que se vivía la Movida Madrileña, un movimiento que reunió a creadores, artistas en un destape post dictadura de Franco. “Ahora no la podrían rodar porque hay elementos en el guion que escandalizarían a todo el mundo, no solo a los que ya sabes que se van a escandalizar, sino que ahora lo sorprendente es que se escandalizan también los otros”, lamentó Alaska en entrevista con Efe, en 2018.
Los mismos actores fueron claves para la realización del filme. Por ejemplo, Almódovar siempre ha rescatado cómo Carmen Maura apostó a trabajar con él, cuando ya era una actriz reconocida, y él, un cineasta debutante. “Carmen fue realmente quién me descubrió. Fue un amadrinamiento sin que se formulara la palabra, sin que se estableciera la ceremonia. Pero me descubrió y apostó por mí antes que nadie”, recuerda el director.
En el personaje de Maura, hay un elemento llamativo. En un momento del filme la vemos escribiendo cuentos, y exprésandole a su padre su deseo de ser escritora. “Siempre me dices que tengo mucha imaginación”, y ello le sirve para terminar trabajando como creativa en una agencia de publicidad, donde destaca por sus anuncios subidos de tono (como los de bragas “Ponte”). Este guiño a la literatura es un elemento que ha sido central en el cine de Almodóvar. Sin ir más lejos, en su último filme, La habitación de al lado, el personaje de Julianne Moore es justamente una escritora.
Otro nombre clave fue el del actor Félix Rotaeta, quien interpreta al policía. Según consta en un reportaje de Vanity Fair, fue él quien buscó financiamiento a través de unos cuantos amigos para rodar el primer guion. Ese primer trabajo duraba cerca de 40 minutos, luego con el rodaje se fue extendiendo. Los exteriores se rodaron sin permisos de rodaje en la vía pública, durante los fines de semana. Y en un momento Almodóvar pensó en acabarla antes de tiempo.
“Como no había más dinero para seguir rodándola, pensaron en buscarle un final y dejarla en un mediometraje -recordó con Vanity Fair la actriz Julieta Serrano-. Pero luego apareció el productor Pepón Coromina, que vio la parte rodada y se animó a aportar adelantos de distribución para poder acabarla. Así fue como acabó siendo un largometraje y terminé saliendo yo, que entonces hacía teatro y, como siempre he sido algo cobarde y boba, pensaba que no iba a saber hacer humor”.
Al estrenarse, en 1980, el filme tuvo críticas mixtas. El diario español El Periódico describió a Almodóvar como “un obstinado y apasionado defensor de películas de serie B”, mientras que El País le dedicó elogios: “Trastoca con verdadero atrevimiento los más respetados tabúes de nuestra ridícula sociedad”. El ABC dijo: “Un producto innovador, la primera irrupción cinematográfica de lo que se ha dado en llamar la ‘Nueva Ola’, un movimiento musical nada adocenado de especial arraigo en la capital del Reino. El filme tuvo buena respuesta en taquilla, así lo recuerda el periodista español Fernando Mikelajauregi, quien entrevistó a Pedro Almodóvar en 1980, cuando presentó Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón en el Festival de Cine de San Sebastián.
“Nadie podía prever en ese momento que Almodóvar llegaría a ser un cineasta tan importante, pero Pepi, Luci, Bom… se convirtió enseguida en una película muy popular (llegó a permanecer cuatro años en la cartelera de Madrid, en sesiones de medianoche) y su siguiente largometraje, Laberinto de Pasiones, ya tuvo mucha repercusión mediática en el Festival de 1982 (recuerdo que, por ejemplo, la sala de prensa estaba llena tras la proyección de la película), lo que nos hizo presentir que aquello era imparable y que teníamos Almodóvar para rato”.
Años después, Almodóvar confesó que le gustaba cómo había envejecido el filme. “Me sorprende que ahora parezca que la película le gustó a todo el mundo. Los críticos me devoraron, pero le gustó justo a la gente a la que le tenía que gustar: los que crean opinión en una columna de un periódico o un artículo de un fanzine, los que la comentan en la barra de un bar rodeados de amigos y, en general, a toda la naciente modernidad madrileña que no conocía ni de oídas el cine español pero sabía quién era Warhol. Todo eso le dio notoriedad a la película. Pero a la mayoría de la gente le horrorizó. Y lo entiendo”.
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