La tarde en que los Beatles cantaron con Elvis en su casa
El día en que el Rey del rockanrol hubiese cumplido 90 años, recordamos una de las anécdotas más memorables de su carrera, cuando fue visitado en su casa por los Fab Four, por entonces en su tercera gira por los Estados Unidos. Esta es la historia.
Tras lograr el número 1 en Estados Unidos con I wanna hold your hand, The Beatles fueron a la tierra del tío Sam durante los primeros meses de 1964. Con sus recordadas presentaciones en el show de Ed Sullivan, conquistaron al público estadounidense, por ello, regresaron en el segundo semestre, en agosto. Al año siguiente, realizaron su tercer tour por ese país, el cual incluyó la histórica presentación en el Shea Stadium de Nueva York, ante una multitud de 55.600 personas, el 15 de agosto de 1965.
En esa gira, los Beatles querían concretar algo que tenían pendiente: conocer a Elvis Presley. “El Rey del rock and roll” era el ídolo de infancia de los de Liverpool, y por supuesto, ansiaban compartir con él.
“Conocimos a Elvis Presley al final de nuestra estancia en Los Ángeles. Llevábamos años intentándolo, pero había sido imposible. Pensábamos que él y el coronel Tom Parker se sentían un poco amenazados por nosotros, cosa que a la larga fue cierto..Pero al fin recibimos una invitación para ir a verlo mientras rodaba una película en Hollywood”, cuenta Paul McCartney en el libro The Beatles Anthology.
“Nunca estábamos ni en el lugar ni en el momento oportunos para conocerlo, y habríamos ido a su casa sin más, pero hubo mucho lío sobre adónde íbamos y cuánta gente debía ir. El coronel Tom y Brian [Epstein, manager del grupo] estaban solucionándolo todo”, recuerda John Lennon en el mismo volumen.
Y el momento llegó el 27 de agosto de 1965 en la mansión de Elvis en Beverly Hills, California. Por entonces, el “Rey” contaba 30 años, mientras que sus invitados eran todavía veinteañeros: Ringo Starr, el mayor del grupo, contaba 25 años, misma edad que John Lennon cumpliría poco menos de dos meses después. Paul McCartney contaba 23 años, y George Harrison, 22 años. No hubo prensa que registrara el momento, todo lo que sabe es mediante los testimonios de quienes estuvieron ese día ahí.
“Entramos y Elvis estaba sentado en un sofá viendo la tele. Tocaba el bajo, lo cual, incluso ahora, sigue pareciéndome muy raro. Tenía a un montón de gente a su alrededor y nosotros fuimos a saludarlo. Era bastante tímido y nosotros un poco, pero entre los cinco la cosa se animó. Me pareció que yo tenía más ganas de conocerlo que él a mí”, dice Ringo Starr en el citado libro.
“Nos invitó a entrar, y fue maravilloso. Estábamos ante Elvis. En persona. Era nuestro ídolo y nos caía la baba -recuerda Paul-. Nos dijo ‘Hola, chicos, ¿les apetece tomar algo?’. Nos sentamos a ver la tele y él tenía el primer mando a distancia que vimos en nuestra vida. Basta con dirigirlo a la tele y ¡caramba!”.
Lennon agrega: “Delante de la tele tenía un amplificador inmenso, donde había enchufado el bajo, y lo tocaba mientras veía la tele. Nosotros nos enchufamos a lo que encontramos y nos pusimos a tocar y a cantar con él”.
La noche transcurrió sin mayores sobresaltos, en el lugar se encontraba también la esposa del Rey, Priscilla. Aunque George Harrison no recuerda haberla visto. “Ni siquiera recuerdo haber visto a Priscilla. Me pasé casi toda la fiesta intentando averiguar si alguien tenía un canuto. Pero aquella gente iba de whisky. Los sureños no eran muy aficionados a los porros”. Quien sí la vio fue Neil Aspinall, uno de los asistentes del grupo. “Creo que Priscilla llevaba un vestido largo y una diadema”.
John Lennon siempre recordó la cita, sobre todo por haber guitarreado con su ídolo. “Fue agradable conocer a Elvis. Era él, ¿comprendes? Tocó unas cuantas canciones y nosotros estuvimos tocando la guitarra. Fue genial. No hablamos de nada, sólo tocamos música. No era más grande que nosotros, pero era ‘él’. No tenía mucha facilidad de palabra”.
En el mismo libro, Paul hizo un balance de la reunión. “Fue uno de los mejores encuentros de mi vida. Creo que le caímos bien. Puede que se sintiera un poco amenazado, pero no dijo nada. Desde luego, nosotros no notamos ningún antagonismo. Sólo lo he visto en esa ocasión. Creo que nuestro éxito empezó a desplazarlo un poco y nos supo mal, porque queríamos coexistir con él. Era nuestro ídolo, pero los estilos estaban cambiando a nuestro favor”.
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