Entre el feminismo y su discutida visión sobre el consentimiento: las sombras de Simone de Beauvoir

Entre el feminismo y su discutida visión sobre el consentimiento: las sombras de Simone de Beauvoir
Entre el feminismo y su discutida visión sobre el consentimiento: las sombras de Simone de Beauvoir

La autora de El segundo sexo es recordada por sus significativos aportes al feminismo y la filosofía. Su vida privada, al igual que su teoría, despierta amplio interés, especialmente por sus relaciones afectivas. Eso sí, ciertos episodios de su vida, mirados desde la actualidad, invitan a revisar las contradicciones propias de su experiencia.


La filósofa francesa Simone de Beauvoir es considerada una de las exponentes más relevantes del feminismo. Su libro El segundo sexo (1949) significó un antes y un después en las concepciones filosóficas de lo que constituía ser mujer, bajo la hoy conocida premisa de “no se nace mujer, se llega a serlo”. Sus contribuciones profundizaron las discusiones en torno a la división entre sexo y género.

Nacida el 9 de enero de 1908 en París, se declaró a temprana edad atea, en una familia muy cristiana. Además, a los 15 años ya sabía que quería ser escritora y vivir del pensamiento. Su camino comenzó en la ficción, con novelas como La invitada (1943) y La sangre de los otros (1945), y posteriormente con el ensayo Para qué la acción (1944).

Más allá de su obra, su vida privada suscita un alto interés. Simone de Beauvoir conoció a Jean-Paul Sartre cuando estudiaba filosofía en La Sorbona y entablaron una relación abierta. Ambos fueron compañeros hasta la muerte, con la condición de poder establecer vínculos con otras personas. Si bien ese pensamiento se alineaba con sus propias ideas de la libertad, la sociedad conservadora de inicios del siglo XX tenía opiniones divididas.

Jean-Paul Sartre & Simone De Beauvoir
Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir

Diversos mitos se construyen en torno a su figura y otros hechos de su vida quedan supeditados a sus contribuciones al feminismo. Tres de ellos, por ejemplo, tienen relación con su postura ante la edad de consentimiento.

Cada cierto tiempo resurge el debate en torno al término, que hace referencia a la edad en que una persona tiene las facultades psíquicas y emocionales para tener relaciones sexuales. Por ejemplo, un libro que reavivó la discusión fue El consentimiento (2019), de Vanessa Springora, en el cual denunciaba el vínculo que mantuvo con el escritor francés Gabriel Matzneff cuando ella tenía 14 y él, 50 años.

Asimismo, en 2021, Guy Sorman, en su libro Mi diccionario de mierda, afirmó que en la década del sesenta Michel Foucault mantuvo relaciones sexuales con niños árabes mientras vivía en Túnez.

Ambos hechos hicieron recordar una polémica carta.

En los setenta, en Francia, se discutía una reforma en el Código Penal sobre la edad en que una persona puede decidir tener sexo o no. Al respecto, en 1977, un grupo de intelectuales dirigió una petición—publicada en Le Monde—exigiendo la derogación de varios artículos de la ley sobre la edad de consentimiento, que el nuevo Código establecía en 15 años. Además, solicitaban la liberación de tres hombres acusados de abuso sexual, contra menores de 15 años.

Simone de Beauvoir

El texto, escrito por Matzneff, llevaba la firma de Michel Foucault, Louis Aragon, Jean-Paul Sartre, Jacques Derrida, Louis Althusser, Roland Barthes, Simone de Beauvoir, Gilles Deleuze, Félix Guattari, Michel Leiris, Alain Robbe-Grillet, Philippe Sollers, Jacques Rancière, Jean-François Lyotard, Francis Ponge y Bernard Besret, entre otros.

La participación de la filósofa en la misiva despierta hasta hoy controversias. Hay quienes la catalogan de defensora de la pedofilia, y otros quienes defienden su postura en torno a la libertad en el contexto de la época.

En un hilo de X, la historiadora María José Cumplido explicaba en 2018: “En un contexto donde intelectuales como Beauvoir abogaban por el individuo y por la libertad, se entiende que lo que defendían era el consentimiento y negaban que el Estado podía estar por sobre la libertad de los individuos. Hoy tenemos otras nociones sobre infancia y sabemos que el consentimiento no siempre es libre, por lo que me parece que hemos avanzado al respecto. Beauvoir jamás defendió la pedofilia, defendía la libertad absoluta sobre los cuerpos. El debate es ese. Lo otro es no saber leer”.

Relaciones controversiales

Entre 1929 y 1943, De Beauvoir trabajó como profesora de educación secundaria. En ese periodo, específicamente en 1939, los padres de una de sus alumnas, Natalie Sorokine, denunciaron a la filósofa de seducir a su hija y contrariar las buenas costumbres. En consecuencia, fue suspendida como profesora durante un periodo por incitación a la perversión de menores.

El segundo caso involucra a Bianca Lamblin, otra estudiante de la autora de La mujer rota. La joven mantuvo una relación con la pareja de filósofos, quienes en su correspondencia—revelada en una biografía póstuma de Beauvoir—se referían a Lamblin como Louise Védrine.

Simone de Beauvoir

En respuesta a ese texto, Bianca Lamblin publicó sus memorias llamadas Un asunto vergonzoso, en el cual acusa que fue una conquista programada de los filósofos y que Sartre la seducía constantemente, a pesar de que su interés siempre fue más por quien fue su profesora.

El escritor y académico británico Andy Martin se refirió al tema en una columna en The New York Times, en 2013. “Está bien establecido que ella y Jean-Paul Sartre desarrollaron un patrón, al que llamaron el ‘trío’, en el que Beauvoir seducía a sus estudiantes y luego se los pasaba a Sartre”, escribe.

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