“Gabriela Mistral estaría muy enojada”: la magia y el presente de los oficios según la Nobel de Literatura

Javiera Naranjo, socióloga y creadora de Oficios Varios, lleva catorce años investigando los oficios. Motivada por el décimo aniversario de la organización que lidera, le propuso a la directora de Ediciones Libros del Cardo, la escritora Gladys González, concretar un sueño que ambas compartían hace tiempo: construir un libro sobre Gabriela Mistral.

Así nació La magia del oficio, magia se queda. Gabriela Mistral y los oficios (2024), que en cinco apartados reúne textos y poemas de la Nobel. Los escritos constituyen reflexiones en torno a la vocación, la artesanía, el campesinado, recomendaciones de artistas y los elogios a las materias.

“Eran muchos textos que a lo largo de estos años habíamos revisado, leído, guardado —cuenta Javiera Naranjo a Culto—. Fue volver a tomar todos los libros y las referencias que teníamos de ellos y seleccionar. Personalmente, hubo varios que transcribí. Fue un ejercicio bonito, pasar por el cuerpo de cada palabra que Gabriela Mistral iba escribiendo sobre los oficios”.

“Gran parte del trabajo fue de Javiera y de Oficios Varios. Yo entré lateralmente a conocer la labor de los artesanos que ya había estado rastreando”, puntualiza Gladys González, autora de libros como Calamina (2014) y Última noche (2012) . La reciente publicación se suma a la Colección Gabriela Mistral de Libros del Cardo, que agrupa otros títulos como Mistral editora. La revista Mireya en Punta Arenas (2023) y Textos sobre naturaleza (2022).

El libro agrupa 58 textos, entre prosa y poesía, que conservan su confección original. “Una decisión que tomamos fue que quedaran escritos como estaban”, dice Naranjo. Fue la editora Francisca Meza quien se encargó de la edición y corrección y Paulina Flores la encargada de diseñar el producto final, incorporando fotografías de la poeta y otras que “pudieran mostrar lo que iba narrando”.

“El concepto mismo de los oficios yo lo entendí recién leyendo a Gabriela Mistral —señala Javiera Naranjo—. De alguna manera, su descripción y su forma de entenderlo nos permitió a nosotras en la organización encontrar la palabra que andábamos buscando para poder explicar esto que investigábamos”.

“Este libro se compone de textos que Gabriela Mistral escribió sobre los oficios y formas de trabajar las materias desde la sabiduría entregada de generación en generación como una memoria de afectos en tránsito”, dice el comienzo del prólogo del título. Sus compiladoras esperan “que esta compilación sirva de motivación para días difíciles en que el alma se cansa”.

En esa línea emergen textos como Sobre el oficio (1927), donde Mistral interpela: “Andan muchos sintiéndose humillados en su profesión y pensándose superiores a ella. ¿Por qué no la dejan? (...) Nunca es tarde, antes de los cuarenta años, para cambiar de oficio”.

“Estamos en un momento bastante crítico de la sociedad, donde el trabajo se ha vuelto un entregar tu tiempo a un quehacer mecánico durante una cantidad de horas del día, para después ser tú. Creo que eso dista mucho de lo que para Gabriela Mistral es lo correcto de cómo entender el quehacer en tu vida. Ella, teniendo la posibilidad de hablar sobre el trabajo, nunca ocupa esa palabra, sino la palabra oficio, porque para ella el tema del trabajo está marcado por esta idea de que el capitalismo ha cooptado nuestras energías. Es una sociedad en crisis desde la ética mistraliana. Para ella, cuando uno hace un buen trabajo, el trabajo tiene que hablar por ti”, reflexiona Javiera Naranjo.

“Si heredaste un oficio que te dejó, por ejemplo, tu papá, que te lo impusieron, o si elegiste rápidamente un oficio que nunca te acomodó, ella todo el tiempo te invita a que lo dejes. Lo peor que puedes hacer para la sociedad es permanecer en un oficio que no te gusta, porque no le estás haciendo bien al oficio o siendo respetuosa con ese quehacer”, agrega.

En palabras de Mistral: “Quien cojee en su profesión, cámbiela sencillamente” (Sentido del oficio, 1927).

“Gabriela Mistral fue cónsul, diplomática, académica en Columbia (…) siempre estuvo trabajando. Tenía que trabajar incansablemente, porque no le alcanzaba el dinero. Después le dieron una jubilación reducida durante el gobierno de Ibáñez del Campo, cuando ella vino a Chile ya con cáncer y a las puertas de la muerte. Creo que eso es fundamental, la actitud y el poder lidiar con encontrar la manera de vivir de manera libertaria. Ella podía lidiar con la política, con la escritura, con la contingencia nacional e internacional, siempre sobreviviendo. Creo que es superimportante dentro de la biografía mistraliana el que ser fiel a sus propios preceptos es una dificultad para cualquier artista”, dice González. “Gabriela Mistral desarrolló esa capacidad de aguantar todo lo que viniera, pero sin cambiar su forma de pensar”.

En ese afán por buscar la vocación por una disciplina, la Nobel acuña el concepto de oficio lateral, “lo que llaman los franceses ‘métier de côte’ (…) En el descubrimiento del segundo oficio había comenzado la fiesta de mi vida”, escribe Mistral. Asimismo, agrega, en su texto II y final (1949), que “la invención del oficio colateral trae en tal momento la salvación (…) Llegue, pues, el oficio segundón, a la hora de la crisis, cuando el tedio ya aparece en su fea desnudez”.

Javiera Naranjo lo explica en sus palabras. “Habla sobre que, si no te atreves a salir de tu quehacer, entonces anda probando con algún otro en tus tiempos libres”.

La misma profesora desarrolló el oficio lateral de la jardinería. “Dos horas de riego y barrido de hojas secas me dejan en condiciones de escribir durante tres más”, dice la poeta para ejemplificar. De hecho, fue a través de la lectura de textos sobre naturaleza de Mistral que la escritora Gladys González llegó a la idea de los oficios.

La escultora Laura Rodig, el pintor Juan Francisco González, el ceramista francés Bernardo Palissy o el botánico guatemalteco Mariano Macheco Herrarte, son algunos de los artistas que la escritora chilena releva en sus textos y que reúne esta compilación. “Gabriela Mistral te invita a ir a conocer otros autores, conocer otros lugares, otras técnicas. Entonces (…) De alguna manera se vuelve como una maestra cuando uno la lee. Una maestra que te va acompañando ahí en el ritmo de su lectura”, comenta Javiera Naranjo.

Además, la poeta releva constantemente la labor de los artesanos y artesanas. Es más, al francés Palissy no lo llama ceramista, sino artesano.

—¿Creen que existe todavía esa separación entre artista y artesano, considerando a este último como alguien de segunda categoría, en lo que a oficio se refiere?

Javiera Naranjo: Esa distinción existe hasta el día de hoy muy marcada. Es algo que Gabriela Mistral hace más de 100 años ya estaba recalcando en los textos que salen en el libro. A veces uno piensa que tiene que pedirle explicaciones al Estado, o que las autoridades se hagan cargo de esta distinción que se hace. Pero creo que, finalmente, es una distinción que viene muy profunda en nuestras culturas y que es algo que tiene que trabajar cada uno consigo mismo y con nuestros entornos. Si no logramos ver eso, vamos a seguir viendo que existe esa distinción donde las artesanías quedan recluidas como a esto menor, a esto que podemos pagar menos, que podemos regatear.

Gladys González: Gabriela Mistral decía de sí misma que ella era una artesana, y que tenía un oficio lateral que era el jardín. Entonces se abren ahí muchas maneras de interpretar también su propio trabajo y su visión de la literatura de manera holística y de lo místico.

—¿Qué creen que pensaría Gabriela Mistral de cómo se valoran hoy los oficios?

J.N.: Es difícil igual, porque una la quiere y, en el fondo, la tenemos ya un poco idealizada; nos gustaría que dijera ciertas cosas. Pero también ella jugaba sus roles políticos, de pronto era más diplomática, a veces no; a veces decía las cosas con bastante mal humor y con harta fuerza. Entonces, ¿qué diría? No sé, pero qué me gustaría que dijera: me gustaría que se enojara, que pudiera llamar la atención a quienes toman ciertas decisiones, porque Chile a mí me impresiona, el cómo se jacta de sus artesanías y hasta el día de hoy no pueden ponerse de acuerdo en sacar una ley de artesanía digna. La precarización en la que todavía viven las artesanas y los artesanos, la utilización de su imagen para poder estar, no sé, desde el aeropuerto a las actividades que Chile hace, a través de las embajadas; pero acá todavía existe mucha precarización para los artesanos. Por esa parte, me imagino que Gabriela Mistral estaría muy enojada y le estaría exigiendo a las autoridades, a los diputados, a los senadores, que se pusieran ahí las pilas con respecto a cómo resguardar a aquellas personas que cuidan, a través de sus quehaceres, la memoria de este pueblo.

G.G.: Coincido, porque en el pensamiento pedagógico de Gabriela Mistral, que era integral y que tenía a los individuos en el centro, ya hablaba de la precarización. Además, me parece que la mayor cantidad de personas que ejercen estos trabajos son mujeres.

J.N.: No existe un registro de artesanos y artesanas en Chile, que eso también es algo que le podría tirar de las mechas a quienes hacen políticas públicas, porque existe una política pública de artesanía, sin saber exactamente para cuántos beneficiarios y beneficiarias.

Para Gladys González, este libro es una oportunidad para conversar de estas temáticas a partir de Gabriela Mistral. Pone por ejemplo el caso de la dirigenta Julia Chuñil (72), desaparecida en la región de Los Ríos el pasado 8 de noviembre. “Ella era una guardiana de los territorios y Gabriela Mistral en sus textos sobre los oficios, en las reflexiones, demostraba un enorme amor por los campesinos, las campesinas, la vinculación con la tierra”.

Ad portas de la conmemoración de los 80 años del Premio Nobel de Literatura a Gabriela Mistral (10 de diciembre de 1945), ambas compiladoras relevan la importancia de revisar cómo se ha abordado la obra de la poeta.

“Es un buen momento para hacer un análisis crítico en torno a qué se ha hecho con la obra de Gabriela Mistral, y las necesidades de promoción y difusión de su trabajo. El analizar qué ocurre con el legado y que no sea solo un mero hecho de aniversario. El mundo mistraliano es un alimento para el espíritu”, dice Gladys González, quien adelanta que desde Ediciones Libros del Cardo se publicarán nuevos títulos sobre Mistral.

Para cerrar, Javiera Naranjo agrega: “Hay mucho que desconocemos de Gabriela Mistral todavía. Así que es un llamado de atención para poner en perspectiva cómo hemos tratado la figura de Gabriela Mistral, en comparación a otros autores que han tenido más revuelo o se les ha cuidado más. Mistral, al no haber pertenecido nunca a un partido, por ejemplo, mientras que Neruda era protegido por el Partido Comunista, sí tuvo ciertos resguardos que Gabriela Mistral, al ser una mujer libre, no tuvo, no sé”.

“La colección completa de Libros del Cardo sobre Mistral viene a observar a Gabriela Mistral desde otras miradas. En el caso de este libro, hay muchos temas a relucir, sobre cómo estamos llevando la vida hoy. Este libro viene a hacer una tirada de mechas desde el más allá”.

El libro puede conseguirse en librerías y en la página de Ediciones Libros del Cardo. Además, está disponible el podcast El fantástico mundo mistraliano, una producción entre la editorial y Oficios Varios.