Crítica de discos: de la solidez de Franz Ferdinand, a la fiesta boricua de Bad Bunny y al amor por el country de Ringo Starr
Las novedades discográficas de esta semana tienen el esperado disco de los escoceses, que en parte adelantaron en Fauna, el nuevo disco del "Conejo Malo" con una mirada a su tierra natal y el inesperado buen trabajo del ex Beatle, rememorando su gusto por la música campirana.
Franz Ferdinand - The Human fear
De todas las bandas retro rock surgidas en el cambio de siglo, tan interesantes como gráficas del agotamiento del género tras distintos ciclos revisionistas, Franz Ferdinand ha sido la más fructífera en reconvertir la nostalgia en una energía duradera. Los escoceses ofrecen este sexto álbum como un nuevo punto de partida. Es el primer título con Audrey Tait en batería, parte de una renovación de integrantes que incluye a Julian Corrie en teclados y Dino Bardot en guitarra, estos últimos enrolados también como compositores en algunos cortes de The Human fear, que gira temáticamente en torno a los miedos. De las once canciones, media docena fueron adelantadas en la última versión de Fauna Primavera. Tal como quedó en evidencia en el festival, Alex Kapranos es un ejemplo de superación frente al micrófono, patente desde Audacious, paradigmática de una marca registrada de FF: arranque en una dirección definida hasta un giro algo inesperado pero siempre coherente, en un estribillo celebratorio y nostálgico. The Doctor es un arma de doble filo como un aparente pastiche ochentero, recubierto de una muralla de guitarras. Hooked perfila electrónica retro, chillona y bailable hasta la médula. El vodevil siempre omnipresente envuelve a Night or day, como Cats es un encanto de melodía guitarrera kitsch. Después de 20 años, cuesta encontrar contemporáneos con la elocuencia y el vigor de Franz Ferdinand.
Bad Bunny - Debí tirar más fotos
Tras la relativa amargura de Nadie sabe lo que va a pasar mañana (2023), un álbum de tono mañoso en contra de la fama y los detractores, este sexto título del mayor astro masculino del urbano, se emparenta con la voluptuosidad y varios de los motivos de Un verano sin tí (2022), cuando Bad Bunny marcó distancia de sus competidores. Con 30 años, sigue conjugando con más gracia que los pares de estrellato, códigos y dinámicas generacionales en torno a redes sociales -el “like” tan necesario como el aire-, mientras el sexo implica jactancia. En Debí tirar más fotos, Benito Martínez reitera que su éxito con eco en el mercado estadounidense, seguirá anclado no solo en su idioma, sino en el orgullo patrio. La sabrosura de la música de Puerto Rico cuela, en una instancia que lo pone a resguardo de las críticas hacia el urbano como expresión musical. Desde Nuevayol, Bad Bunny planta un arco histórico desde la salsa vintage, empalmada mediante latido electrónico como un crack que le pega de primera, con un vívido relato de carrete en la Gran Manzana, en clave boricua. BOKeTE también instala a Puerto Rico, pero desde un ambiente de electrónica melancólica con percusión del Caribe. La nostalgia romántica con guitarra de palo de Turista es su mejor momento al micrófono. Otra demostración de Bad Bunny como estrella en expansión.
Ringo Starr - Look up
Así como en el centro sur chileno las rancheras conectaron con el pueblo y la gente de campo hacia la mitad del siglo XX, el country tenía adeptos en ultramar como sucedía en Liverpool; John Lennon aseguró a Rolling Stone que conocía el género “antes de escuchar rock’n’roll”. Apenas se separaron los Beatles, el segundo álbum de Ringo Starr -Beaucoups of blues (1970)- era un tributo a la música campirana de EEUU, gusto que ya había manifestado como primera voz en Act naturally, original de Johnny Russell, publicada en Help! (1965). Este vigésimo primer título solista del baterista y cantante supera el carácter anecdótico de sus últimas entregas, sometidas a un loop de autocitas y remembranzas en nombre de la paz y el amor, principalmente por la participación de T Bone Burnett. El productor, compositor y guitarrista se ha convertido en un maestro zen en el arte de plasmar el sonido y las formas del country. Dentro de un vasto currículo que incluye a Bob Dylan, fue vital en la colaboración de Alison Krauss y Robert Plant en el laureado Raising sand (2007). A cargo de la dirección musical de Look up, Ringo integra su tono cansino que calza perfecto en el espíritu del material, además de hacerse cargo de la batería con rúbrica instantánea a partir de Breathless, rematada con uno de sus pases característicos. Lo mejor del icónico músico en largo tiempo.
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