Kidd Voodoo en el camino al Festival de Viña: “Hay nervios porque es un escenario muy grande, pero las ganas están”
La nueva estrella de la música urbana chilena, viene de un explosivo ascenso que lo tuvo llenando la Estación Mapocho, cerrando un escenario en Lollapalooza, y sorprendiendo en el Festival de Viña. Justamente, este verano volverá a la Quinta Vergara, esta vez para presentarse por primera vez como artista en solitario. Un desafío que llega en un momento especial, que lo ha llevado a adaptarse a su nuevo estatus y a proyectar nuevos desafíos. "Nunca me he atrevido a un Caupolicán o un Movistar, pero si da para un estadio, me atrevería”.
Las frescas noches de playa frente al televisor, esperando el inicio del show mientras la televisión emitía las tandas comerciales. Esos son los primeros recuerdos que se le vienen a la mente a Kidd Voodoo, al rememorar como vivía el Festival de Viña en su niñez. “Recuerdo cuando lo veía con mi abuelo, con mi mamá en la playa. Cuando iba a entrar un artista y tiraban el corte comercial y teníamos que esperar. Recuerdo esa ansiedad que me daba, o cuando veía los humoristas y me reía. Uno de niño le agarra respeto al festival ¿un show? El de la Mon (Laferte), en 2017, que siento que nos marcó a muchos”.
Eran los primeros años 2000 y por entonces, el joven David León era un niño aficionado a la música. Hoy, a los 23 años, y bajo el nombre de Kidd Voodoo, es una sorprendente figura emergente de la música chilena que se prepara para presentarse por primera vez, con un show propio, en el Festival de Viña del Mar, la noche del viernes 28 de febrero.
En rigor, el año pasado ya estuvo en la Quinta Vergara; participó en la obertura y además subió a cantar como invitado en las presentaciones de Los Bunkers y Young Cister, volviéndose una inesperada figura no oficial de aquella temporada. Tras ese paso, lanzó su disco Los Rompecorazones vol2, que superó los 200 millones de reproducciones en Spotify. Luego le siguió su presentación en Lollapalooza, donde cerró un escenario, además de un show sold out en la Estación Mapocho y el proyecto colaborativo Los 4 Fantásticos, donde se une a otros talentos locales como Drefquila, Easykid y Young Cister. Junto a ellos publicó el disco El Origen.
El artista aún se muestra sorprendido ante el explosivo éxito que logró en un año. “Es algo que uno lleva buscando hace tiempo, trabajando años, años, años, y en cierto punto igual se pierde la esperanza de que vaya a pasar algo bueno. Cuando ya pasan cinco años y no ven los frutos de nada, igual uno dice: a lo mejor no es lo mío. A mí me pasaba mucho eso y el año pasado como que me tocó ya dar un salto que fue muy rápido”.
Los primeros acercamientos a la música comenzaron en la infancia, por influencia de su abuelo, guitarrista en el coro de una iglesia. Aprendió a tocar el instrumento y hacia 2016 integró la banda Resonancia Etérea, junto a un grupo de amigos en su Maipú natal. Era un proyecto emergente que trabajaba música de sonoridad más indie, pero con la pandemia, David comenzó su transformación en Kidd Voodoo y ahí publicó sus primeras canciones en el formato de música urbana.
El músico cuenta que aún se está acomodando al estrellato. “Para mí fue muy bonito, como a la vez también fue súper nuevo. Yo no tenía ni idea de cómo funcionaba nada, absolutamente nada, ni las entrevistas, ni los conciertos, ni nada. Todas esas cosas nunca me las esperé para mi carrera, así que también fue algo súper sorpresivo”.
Hoy vive para y por la música durante todo el día. “Más que nada, es adaptar mis tiempos, estar todo el tiempo enfocándome en lo que es la carrera, desde que me levanto, luego almorzar y estar, horas metido en un estudio discutiendo cómo me voy a ver en el próximo disco o qué canciones van a ir o cosas así”.
El sorpresivo ascenso también lo ha llevado a pulir su show en vivo. “Empecé a ir a festivales mucho más grandes, en los cuales muchos yo era el headliner, salía a la una de la mañana a tocar y la gente se quedaba ahí esperando para ver el show. Entonces el show tenía que ser bueno. Ahí tuve manejar el desplante de la cámara, el interactuar con la gente. Yo no tenía nada de eso porque venía de cantar en bares, de cantar en parques, en colegios, donde no me conocían, entonces tampoco me obligaba mucho a hacerlo. Ahora sí”.
También ha debido adaptar ciertas cosas más cotidianas, como las salidas o hasta las vacaciones. “Cuando voy de vacaciones a una playa, si está lleno ahí me cuesta un poquito tirarme a dormir, pero son cosas que hago en otra temporada del año. Me voy a la playa cuando nadie se va a la playa. Trato de no perder esos momentos, solo los muevo para acomodarlos”.
Aún así, cuenta que su éxito ha generado cambios en su familia. “Se preocupan mucho porque esta pega es de domingo a domingo. Ahora estuve unas dos semanas metido en el estudio, hice una sola canción y todo lo demás fue discutir asuntos de mi carrera, canciones que voy a sacar después, cosas así. También le llama la atención que me pierdo cosas de la familia, los cumpleaños de mis primos, las salidas, porque estoy siempre trabajando. Pero a pesar de eso, se lo toman bastante bien y siempre que tengo la oportunidad de compartir con mi familia, igual hablamos de eso para que me entiendan”.
Las conversaciones para llevar a Kidd Voodoo al Festival de Viña ya tenían un tiempo. “Fue como hace ocho meses -recuerda-. Estuve en un par de reuniones, mi mánager me había comentado de que había una posibilidad de cantar en el Festival de Viña, yo decía, estaría bueno, es un buen punto para mi carrera, es algo que me falta para sentir que ya hice muchas cosas como artista aunque lleve muy poco en las luces, honestamente. Dije que sí, los nervios están y el miedo está, porque es un escenario muy grande, pero las ganas están”.
Esta vez, Kidd Voodoo tendrá su propio show, ya no como invitado. “Hemos trabajado todo el el año. Me siento más preparado que esas veces con Los Bunkers y el Young Cister, en que la experiencia que tenía era súperpoca, así que estaba súpernervioso. Ahora también lo estoy, pero siento que tengo un poco de recorrido en escenarios más grandes como para ir a dar un show”.
Eso sí, no se amilana con eventualmente salir a cantar de madrugada, considerando que el día de su presentación también estarán dos nombres de reconocida trayectoria en la escena urbana, Eladio Carrión y el argentino Duki. “No me quejo de nada, porque me encanta ser parte del Festival. Siento que el anuncio también dio como un golpe fuerte en mi fanaticada, la gente me apoyó mucho más de lo que yo esperaba, la verdad. Así que me tiren tarde o que me tiren temprano, honestamente los nervios no me van a cambiar en lo absoluto”.
-¿Sientes que has crecido como artista en el año que pasó?
-Yo creo que sí, en todo aspecto, más que como artista, como persona también, porque uno empieza a vivir cosas que cree que no son tan así cuando la escucha de la boca de los artistas y cuando la vive uno, son así. A veces es bueno y a veces no es tan bueno, pero el complemento de todas esas cosas lo hace a uno crecer harto. Yo siento que todo lo que me está pasando me empujó unos cinco años para adelante.
Aunque en estos días está a plena preparación de su show en Festival, Kidd Voodoo ya traza algunos planes para esta temporada. “Tengo un par de colaboraciones que he grabado aquí en estos viajes que he tenido y acá mismo en Chile, que van pueden ser las que van a salir después de de mi actuación en el Festival. Pero lo que sí quiero hacer, sí o sí, es un concierto. El último que hice yo fue en la Estación Mapocho. Pero nunca me he atrevido a un Caupolicán, un Movistar o un estadio, tendría que ver con mi equipo a cuál vamos a optar, pero si da para un estadio, me atrevería”.
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