Twin Peaks, la legendaria serie de David Lynch que cambió la televisión

David Lynch, director y guionista de varias produccion, es falleció este 16 de enero. Uno de sus trabajos más destacados fue Twin Peaks.

La serie sería inconcebible sin estar asociada al nombre de David Lynch. Llena de sus características y su amor por el contraste entre lo misterioso y lo cómico, la luz y la oscuridad, lo popular y la alta cultura. Lo que siempre ha llamado la atención es cómo llegaría un director de cine ya más o menos consagrado a un medio que se consideraba menor.

El co-creador Mark Frost se inspiró en un crimen real para configurar las ideas que suponen el punto de partida: el asesinato de Hazel Drew en Sand Lake, Nueva York. Mientras Frost tomaba sus vacaciones en Taborton, su abuela le relataba relatos de las leyendas locales, incluyendo el misterioso crimen de Hazel, que se solía contar como una vieja historia de fantasmas para asustar a los niños y que así no salieran al bosque de noche.

La historia era un triste enigma sin resolver cuando el cadáver hinchado y sin vida de Drew fue hallado flotando boca abajo en las orillas del pantano. En las primeras fases de desarrollo de la serie, Frost y Lynch se reunían para generar ideas y surgió la imagen de un cuerpo sin vida de una joven en la orilla de un pequeño lago.

Por un lado, Lynch tiene una fascinación artística por retratar a mujeres jóvenes y vulnerables, a menudo de cabello rubio, mientras que Frost recordaba a Hazel y su historia, cuando caminaba por una zona con un lago similar al que aparecería en Twin Peaks .

Así, se incorporan elementos del caso real, como el cuerpo encontrado en la orilla, el asesinato sin resolver y los diversos sospechosos de todas las clases sociales con los que la víctima interactuaba y convivía en el pueblo. También se incluyen citas y reuniones secretas de la chica con varios de estos sospechosos, un acaudalado empresario que dominaba el pueblo, la industria maderera y, por supuesto, las historias esotéricas y extrañas del lugar real, como la creencia de que un médico practicaba artes oscuras o las supersticiones que afirmaban que, al subir a la montaña Taborton, se podían ver mujeres corriendo semidesnudas.

La serie dejó algunos personajes notables: el excéntrico detective Dale Cooper (Kyle McLachlan), con su inseparable taza de café y la grabadora en que registraba sus observaciones; el provinciano sheriff Harry Truman (Michael Ontkean); la misteriosa Audrey Horne (Sherilyn Fenn); y la inolvidable “log lady” (Margaret Lanterman), con su inseparable trozo de leña, con el que tenía un peculiar vínculo.

Twin Peaks fue una revolución en la televisión, combinando elementos de telenovela con una estética vanguardista y una sátira de los clichés del género. Frost, con su experiencia en formatos serializados, fue clave en este híbrido único.

Además, revolucionó la televisión al desafiar las convenciones narrativas y estéticas de la época. Su mezcla única de géneros, como la telenovela, el cine negro y el horror, creó una narrativa compleja y cautivadora. Se introdujeron elementos oníricos y surrealistas, ampliando las posibilidades de la televisión y estableciendo un nuevo estándar de calidad que nunca volvió a ser como antes.

La serie terminó generando un fenómeno cultural y dejando un legado duradero. Su enfoque experimental inspiró a una generación de creadores televisivos y demostró que la televisión podía ser un medio para contar historias más arriesgadas y complejas.