Karla Sofía Gascón, la estrella de Emilia Pérez: “Me costó muchísimo trabajo quitarme este personaje de encima”
Nominada a los Globos de Oro y a los Bafta, la actriz española habla con Culto sobre la película de Jacques Audiard en que interpreta a un narcotraficante que finge su muerte y se somete a una cirugía de reasignación de sexo, que llega a los cines este jueves. Aquí también detalla sus experiencias tras hacer pública su identidad de género como mujer trans, en 2018. “Yo jamás creí que iba a poder dedicarme otra vez a mi profesión”, asegura.
El último año de Karla Sofía Gascón (Alcobendas, 1972) se ha asemejado a una montaña rusa. Ya ha perdido la cuenta de cuántos vuelos ha tomado, en cuántos hoteles se ha hospedado y en cuántas alfombras rojas y eventos ha participado. O cuántas estrellas y cineastas le han escrito personalmente para felicitarla por su trabajo. Sin embargo, ella no se encandila por las luces: en vez de dejarse llevar por su repentina fama mundial, intenta mantener los pies sobre la tierra.
A fines de octubre de 2024, en medio de una sesión de Zoom con Culto, asegura: “Yo me conecto a la realidad todas las mañanas. Cada vez que pido el desayuno en un hotel y me traen dos huevos fritos y me quieren cobrar 200 dólares por ellos, regreso automáticamente a la realidad y digo: no me jodas, que esto no vale esto”.
La actriz española ha sumado elogios por su rol protagónico en Emilia Pérez, la película dirigida y escrita por el francés Jacques Audiard sobre un narcotraficante mexicano que recurre a una abogada para que la ayude a fingir su muerte y a someterse a una cirugía de reasignación de sexo. Es un musical que no se parece a ningún otro, con toques de melodrama y humor negro y canciones sobre la transición y la corrupción de los políticos.
Gascón compartió el premio a Mejor actriz en el Festival de Cannes 2024 (junto a Zoe Saldaña, Selena Gomez y Adriana Paz), convirtiéndose en la primera mujer trans en obtener el galardón. Luego triunfó en los Premios del Cine Europeo y ha sumado candidaturas a los Globos de Oro, a los Premios del Sindicato de Actores y a los Bafta. Ese impecable recorrido ha llevado a que los expertos la sitúen como segura nominada a los Oscar (el listado se libera el próximo jueves 23, el mismo día en que el filme debuta en cines chilenos).
¿Cómo pasó a liderar una de las cintas del momento? Audiard buscaba a una actriz trans para interpretar a un personaje que visualizaba de 30 años. Sus primeros intentos –concentrados en México y Los Angeles– no tuvieron éxito. Por sugerencia de Pierre-Marie Dru, el supervisor musical del largometraje, contactó a la artista española y el primer encuentro entre ambos se desarrolló en París a inicios de 2022.
De su reconocida filmografía (que incluye títulos como Un profeta y De óxido y hueso) la actriz sólo había visto The Sisters brothers (2018), un western protagonizado por John C. Reilly y Joaquin Phoenix. Ese conocimiento limitado de su obra no fue un factor relevante, porque la química entre ambos fluyó de inmediato. Cuando llegó el momento de desmenuzar las distintas piezas del guión se impuso la franqueza: le indicó que le parecía importante que el narcotraficante de la historia, el temible Juan “Manitas” Del Monte, padeciera disforia de género (cuando el sexo biológico de la persona no coincide con su identidad de género) y que ese fuera el principal motivo que lo impulsara a desaparecer para iniciar un tratamiento, no sus ganas de escapar de la justicia. El director acogió su sugerencia, así como otros comentarios que volvieron más empático el papel. Y decidió elevar las edades de Manitas y de Rita, el papel que asume Saldaña.
La actriz española hablaba desde la experiencia personal, como una persona que nació en el cuerpo de un varón, pero que desde temprana edad sabía que era una mujer. “Yo sé lo que soy desde los cuatro años, pero en mi época era imposible. Entonces, lo único que te quedaba hacer era poner una barrera y seguir adelante intentando sobrevivir. No había otra posibilidad. Yo lo hice cuando vi que había una posibilidad”, explica a este medio.
Antes de que el libro Karsia: Una historia extraordinaria (2018) le permitiera hablar por primera vez de manera pública de su identidad como mujer transgénero, ya tenía una carrera relativamente conocida. Además de trabajar en su país natal, en México hizo telenovelas (y una versión local del programa MasterChef), en Inglaterra participó en una serie de la BBC y en Italia le prestó su voz a una producción de marionetas, todos créditos que completó bajo su nombre de nacimiento. La idea de tener más de 40 años e iniciar una trayectoria profesional como Karla Sofía Gascón por momentos le pareció una posibilidad remota, en especial porque primero tuvo que superar un sombrío proceso personal y familiar.
En ese contexto, el filme de Audiard apareció como una oportunidad que ni siquiera imaginó en sus mejores sueños. No sólo implicó trabajar con uno de los directores europeos más reputados del presente y compartir elenco con grandes estrellas, sino que encarnar tanto a Manitas como a Emilia Pérez y bailar y cantar a pesar de que no es una fanática de los musicales ni posee ese tipo de habilidades. Pero se preparó para la ocasión y el resultado es una de las interpretaciones más aplaudidas de la temporada.
“Me costó muchísimo trabajo quitarme este personaje de encima. Porque cuando te metes tan profundamente en algo, duele”, reconoce.
-Emilia Pérez se compone de varios géneros cinematográficos: musical, drama criminal, incluso notas de comedia. ¿Cuán desafiante fue navegar por los diferentes registros que propone Jacques Audiard?
Al final para mí, que he estado haciendo de todo durante toda mi vida, e incluso un personaje por la mañana y otro por la tarde, no ha sido muy complicado realmente. Además, es una película que por mucho que intentes describirla no se encuentra una descripción. Yo personalmente he tenido que trabajar en dos personajes diferentes. Ahora que me acuerdo, incluso hay algunas secuencias que son muy de western. Como dices, es verdad que va cambiando constantemente de género.
“Pero también así es la vida. La vida va cambiando constantemente de género: hoy es un musical, pero mañana es un dramón. Por ejemplo, a veces observo a mi madre y me hace mucha gracia que está contándote una historia horrible sobre todas las cosas que le están pasando en ese momento, y de repente ve una mosca y dice: me cago en la mosca. Y te tienes que reír. Incluso en las cosas más dramáticas está impregnada la comedia. En las cosas más terribles o en el silencio más inmenso hay música en tu mente o en tus oídos. Creo que la película es como la vida misma: hay de todo. Y es que nosotros también somos así”.
-El director empezó a escribir la película inspirado en un personaje incluido en una novela de Boris Razon, un narcotraficante que quiere transicionar. Esa no es la representación más habitual de las personas trans en el cine. ¿Sintió que estaba ingresando en un territorio inexplorado, quizás transgresor?
Bueno, es que al final los seres humanos son todos iguales en todos los sitios donde les pongan. Da igual que seas narcotraficante, que seas presidente de los Estados Unidos o que seas un electricista. Las personas que quieren cambiar de género, que sienten que no les corresponde el físico que tienen y lo desean cambiar, da igual lo que sean. No es una cuestión de estar en un lugar o en una posición. Simplemente es una cuestión de la oportunidad de hacerlo. Quizá a una persona que se ve en esta situación, tan terrible, de tanta oscuridad, de tanta maldad alrededor suyo, le es mucho más difícil, porque es un mundo más machista, más complicado, que si hubiera nacido en otro lugar y estuviera trabajando en una peluquería, por ejemplo. Entonces, el que tú puedas romper esa barrera y salgas de eso que te está hundiendo depende más del ambiente que de tu propia voluntad.
-¿Hasta qué punto cree que el bien que quiere hacer Emilia Pérez redime el mal causado por Manitas?
En ninguno, porque al final los errores que cometes en el pasado no se pueden arreglar, por mucho que quieras arreglarlos. Ya están ahí, ya están hechos. Lo que puedes hacer perfectamente es empezar a hacer las cosas de manera diferente. Entonces, es un poco esa idea de que la vida te da lo que tú das a la vida. O la ley de la causa y efecto. Y lo único que puedes hacer es empezar a hacer las cosas de otra manera. No hace falta ni siquiera que esperes. Te levantas un día por la mañana, o te acuestas y dices: tengo que hacer las cosas de otra manera. Y empezar a hacerlas de verdad. Por mucho que intentes arreglar el daño que le hiciste a alguien, por mucho que pidas perdón, al final ese daño está hecho. Es irreversible lo que ha pasado. No puedes devolver la vida a las personas a las que se las has quitado. No puedes revertir el mal que has hecho. Pero puedes hacer algo por esas personas. Nuevo, mejor. Es lo único que puedes hacer. O sea, que creo que en ningún caso se redime el personaje, haga lo que haga.
Un descubrimiento
Karla Sofía Gascón se ha tomado algunas de las plataformas más importantes del mundo del cine. El año pasado, en la ceremonia de clausura del Festival de Cannes, donde fue premiada junto a sus compañeras de reparto, brindó un emotivo y reivindicativo discurso de seis minutos. Le dedicó el galardón a “todas las personas trans que estamos sufriendo todos los putos días el odio. Denigrar como nos denigran. Esto es para vosotros”.
En los Globos de Oro, donde la cinta fue reconocida como Mejor película de comedia o musical, Jacques Audiard le cedió la palabra. “Podrán meternos en la cárcel, podrán golpearnos, pero jamás podrán quitarnos el alma, ni nuestra resistencia, ni nuestra identidad. Quiero decirles, alcen sus voces y digan: yo gané, soy quien soy, no quien ustedes quieren que sea”, planteó la intérprete en medio de una ovación de los asistentes.
La española también ha sido contundente al defender el largometraje de las críticas, sin importar de dónde provengan. No sólo ha refutado los comentarios de odio, sino que ha salido al paso del intenso debate en torno al retrato del narcotráfico, de las desapariciones, de las personas trans y de la idiosincrasia mexicana. Ella ha subrayado que Emilia Pérez no es un documental y que ofrece una particular mirada que no anula otras. “Si no te gusta, ve y haz tu propia película. Ve y crea la representación que quieres ver para tu comunidad”, señaló a Vanity Fair en enero.
Debido a que es la protagonista (y Audiard no habla ni inglés ni español), Gascón se ha transformado en la principal embajadora ante el mundo anglosajón y latino. Pero no es el único motivo: el filme simboliza mucho más que un trabajo para una artista que en algún momento creyó que su carrera estaba extinta y que ahora se prepara para enfrentar nuevos retos, entre ellos una adaptación cinematográfica de la novela Las malas, de la autora argentina Camila Sosa Villada.
-Con la perspectiva que da el tiempo, y en medio de todo lo que ha vivido con Emilia Pérez, ¿cómo recuerda el momento en que habló por primera vez públicamente de su identidad de género?
La observo como una parte muy oscura que ocurrió, pero que también me dio mucha libertad y algo muy hermoso. Porque al final tú entras en esto y no sabes lo que va a pasar, ni sabes qué va a ocurrir. Y yo jamás creí que iba a poder dedicarme otra vez a mi profesión, tal y como está la sociedad en este momento en el mundo. Cualquier país al que vas, si no está peor, el otro mil veces peor. Pero (a mi esposa) le dije algo muy bonito, que creo que cumplí a la perfección: voy a superar todo lo que había hecho antes. Y la verdad es que creo que lo estoy consiguiendo.
La actriz se lamenta por no tener más minutos para continuar la entrevista. “Me hacen lo mismo siempre, ya sea en Estados Unidos, en España y tal”, dice a propósito de los estrictos tiempos de la promoción. Pero deja abierta la puerta a un futuro diálogo. “Seguro que tenemos otra oportunidad de hablar más adelante”, expresa antes de partir a su siguiente compromiso.
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