O Último Azul: la distópica película con acento chileno que aterrizará en el Festival de Berlín
Giancarlo Nasi, productor de Blanquita (2022) y Los Colonos (2023), es parte del equipo del nuevo largometraje del brasileño Gabriel Mascaro, que competirá por el máximo premio del certamen alemán junto a los trabajos más recientes de Richard Linklater, Hong Sang-soo y Michel Franco. Aquí el realizador nacional detalla cómo se tejió su llegada al proyecto y la influencia de Bolsonaro en la historia.
Entre el 13 y el 23 de febrero se desarrollará la 75° edición del Festival de Berlín, uno de los hitos que abre la temporada de los grandes certámenes internacionales dedicados al cine. Acorde a la tradición del evento, este año competirán por el Oso de Oro el estadounidense Richard Linklater, el surcoreano Hong Sang-soo, el rumano Radu Jude y el mexicano Michel Franco.
Uno de los representantes latinos de la sección principal será Gabriel Mascaro, cineasta brasileño de 41 años que aterrizará con su tercer largometraje de ficción. Titulado O último azul (The blue trail, en inglés), el filme plantea un futuro distópico en que el gobierno le ordena a los ancianos que se trasladen a colonias residenciales ubicadas en zonas apartadas, permitiendo que en las grandes ciudades las generaciones más jóvenes se puedan concentrar únicamente en la productividad y el crecimiento.
Tereza, una mujer de 77 años que ha vivido toda su vida en un pequeño pueblo industrializado de la Amazonia, se niega a seguir ese mandato. En cambio, opta por embarcarse “en un viaje transformador a través de los ríos y selva del Amazonas para cumplir un último deseo antes de que le arrebaten su libertad. Una decisión que cambiará su vida para siempre”, señala la sinopsis oficial.
“Tiene algo de futurista, pero al mismo tiempo algo muy real. Es un futuro no muy lejano”, asegura el chileno Giancarlo Nasi, quien coproduce la película a través de Quijote Films.
Nasi, productor de Blanquita (2022) y Los colonos (2023), no sólo admira el trabajo del director, sino que lo conoce personalmente desde la época en que ambos fueron tutores de un taller de cine que se realiza en Brasil. Por ello considera que fue natural su llegada a O último azul, la primera cinta del realizador después de Divino amor (2020), donde imaginaba el intercambio de parejas en un centro de culto evangelista y reflexionaba sobre el secularismo en la sociedad moderna.
“Igual que Divino amor, (O último azul) toma elementos de la cultura y la política de Brasil. En el caso de Divino amor era la religión. En este caso es la visión de la economía según Bolsonaro”, adelanta el productor nacional.
Y profundiza en la historia: “Hay que servir al país a través de la economía y cuando ya no sirves tienes que estar contento de que te manden a un lugar donde supuestamente serás feliz. A modo de reconocimiento, el gobierno da medallas a los adultos mayores cuando se retiran y los envía a las colonias para que descansen, pero nadie tiene idea de lo que pasa allí. Además, nadie lo pone en duda”.
“Esta mujer lo que quiere es viajar, quiere vivir, quiere liberarse por primera vez. Pero el gobierno no lo permite, porque ve al humano como un medio de producción y no como un detentor de derechos humanos”, explica.
La película –coproducida por Brasil, México, Chile y Países Bajos– fue filmada en el Amazonas con un reparto que incluye a Denise Weinberg, Rodrigo Santoro, Miriam Socorrás y Adanilo. “Fue un rodaje bastante duro, pero muy hermoso”, indica. En tanto, el montaje recayó en Sebastián Sepúlveda, realizador chileno que ha editado cuatro largometrajes de Pablo Larraín (El club, Jackie, Ema y Spencer) y dirigió y escribió Las niñas Quispe (2013).
O último azul es la más reciente coproducción internacional en que participa Qujote Films, que en 2024 llegó al Festival de San Sebastián con Zafari, de la venezolana Mariana Rondón, y al Festival de Toronto por partida doble con Los Tortuga, de la española Belén Funes, y Horizonte, del colombiano César Augusto Acevedo.
“Hemos hecho muchas coproducciones, es nuestra especialidad últimamente. Amamos el cine chileno, pero el cine chileno crece en la medida que sea parte de otros cines”, apunta Nasi.
La compañía volverá a Berlín siete años después del debut de Marilyn (2018), cinta dirigida por el argentino Martín Rodríguez que tenía a Catalina Saavedra y Andrew Bargsted en su reparto. Eso sí, ese filme se mostró en Panorama, no en la Competencia Oficial, como será el caso de O último azul.
Con ese dato a la vista, Nasi cree que el estreno de la obra de Gabriel Mascaro “puede ser la selección más importante en la historia de Quijote”. “Eso demuestra que hemos trabajado duro y que hemos avanzado y crecido a paso seguro. También gracias a los apoyos que da el Estado chileno a coproducciones de películas de países hermanos. Apoyos que tienen que continuar”.
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