Reseña de libros: de Jon Fosse a Ignacio Anzoátegui

Jon Fosse wsp
El poeta y premio Nobel noruego Jon Fosse.

Escenas de Infancia, un volumen de textos autobiográficos del Premio Nobel noruego, y una antología de perfiles, aforismos y juicios críticos del ensayista y polemista argentino, en las lecturas de la semana.


Infancia

Escenas de una Infancia, de Jon Fosse (Random House)

“Toda la vida mi padre y yo hemos ido juntos a la compra, todos los días, así es la cosa, mi padre me ha preguntado si quería acompañarlo a la compra y yo he dicho que sí”, cuenta el joven narrador de El pelo de Line, uno de los relatos de gran intensidad emocional recogidos en este volumen. “Mi padre es majo, pero es un tipo raro. He empezado a avergonzarme de mi padre. Estos últimos días, volviendo del colegio, he pensado que mi padre es un tipo raro y que me avergüenzo de él, y lo que más corte me daría sería que mi padre y yo nos encontráramos con Line cuando acompaño a mi padre a hacer su compra diaria. Y la verdad es que mi padre y yo ya nos hemos encontrado con Line o al menos casi nos hemos encontrado con ella. Así es la cosa”.

Escenas de una infancia recoge un conjunto de textos breves escritos por Jon Fosse, premio Nobel de Literatura 2023, entre 1981 y 2013. El libro abre con Él, su primer texto publicado, y prosigue con un grupo de escenas o minúsculas estampas que giran en torno a la niñez en Noruega: los juegos en la nieve, la muerte de los abuelos, el descubrimiento del amor, los amigos, los primeros bailes. Junto a ellos incorpora una selección de relatos en los explora en la voz y en la sensibilidad infantil, con notable profundidad. El propósito de Fosse era escribir sobre su propia infancia, tal como ocurrieron las cosas, pero según dice le fue imposible. Y sin embargo, “nada en estas historias es inventado”, precisa.

Dramaturgo, músico y poeta, convertido al catolicismo, el autor de Melancolía escribe rítmicamente, juega con las repeticiones, las palabras y los silencios, y crea imágenes de gran resonancia poética, poderosamente hipnóticas y vagamente místicas. Y pese a las licencias de la traducción española, el lector aún puede disfrutarlas.

Tumbas

Tumbas, Vidas de Muertos y Payasos Ilustres, de Ignacio Anzoátegui (Ediciones UACh)

Polemista, ingenioso y sarcástico, fue el enfant terrible de la derecha argentina durante la primera mitad del siglo XX. Poeta, ensayista y activista del nacionalismo católico; juez, antiliberal y artista del litigio, biógrafo burlón, Ignacio Anzoátegui (1905-1978) fue autor de numerosos libros de no ficción, entre ensayos, perfiles y biografías, a menudo caprichosas y con vocación de escándalo. En la crítica y el debate tenía una máxima: “No respetar las ideas ajenas sino cuando coinciden con las propias”. Conservador y reaccionario, sus enemigos abarcaban desde los liberales, los masones y los franceses al progresismo, los ingleses, los judíos, el Concilio Vaticano II, los homosexuales y los anticonceptivos.

El presente volumen reúne una antología de semblanzas recogidas de sus libros Vidas de muertos, Vidas de payasos ilustres y De tumbo en tumba. La selección, cargo de Yanko González y Ricardo Mendoza, está organizada geográficamente, entre personajes de América Latina y el resto del mundo, y temáticamente en torno a las actividades de cada uno, desde artistas y escritores hasta políticos, entre otros. Cargada de veneno, bajo su pluma aparecen Gabriela Mistral, Victoria Ocampo y Pablo Neruda. De la escritora y editora argentina, dice: “Cuando Victoria Ocampo era joven, escribía en colaboración con los mejores modistos franceses, que, si no son capaces de crear belleza, al menos son capaces de dotar a un cuerpo femenino de bellísimos comentarios”. En tanto sobre el poeta Homero se pregunta: “La cursilería ha perdido totalmente el respeto a las palabras grandes: al ciego se le llama ‘no vidente’. Seamos leales con nosotros mismos y preguntémonos: ¿podría un ‘no vidente’ haber compuesto la Ilíada y la Odisea?”. A su vez, de Chopin afirmó: “Se olvió de componer Caminito. Se hubiera alzado con toda la popularidad de Filiberto”. Y de Adam Smith: “Los economistas son los ginecólogos de las finanzas públicas. La mayor parte de ellos se especializan en abortos”.

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