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A nueve años de su muerte: el pintor José Santos Guerra tiene su propia fundación

Amigos y familiares están detrás de una iniciativa que busca resaltar la obra del artista reconocido por pintar mundos de fantasía y circenses. “Puede que hoy en día las personas de 30 años no tengan idea quién es Santos Guerra. Si no tomas su figura y la vuelves a poner en valor, se va a olvidar”, explica el presidente del directorio de la fundación.

A nueve años de su muerte: el pintor José Santos Guerra tiene su propia fundación

José Santos Guerra trabajó como empleado público, como vendedor viajero de libros y como vendedor de seguros, entre otros oficios. Un día, cuando se acercaba a sus 50 años y estaba desempleado, decidió empezar a pintar y a comercializar sus obras. Nunca más volvió a una oficina.

Durante las décadas siguientes dejó su impronta como un artista de trazos gruesos, coloridos y vibrantes, un evocador de mundos de fantasía, circenses y con animales. Primero optó por el formato pequeño (tablas de madera de 20 x 25 cm) y luego, cuando ganó reconocimiento, se abrió a los murales, en un inicio por requerimiento del Liguria y posteriormente por petición de otros bares capitalinos.

Jorge Pereira lo conoció durante la primera mitad de los 90, cuando su carrera aún estaba al alza. Uno de sus amigos de la universidad era el hijo menor del artista.

“Yo empecé a ir a su casa y estaba este señor de barba blanca al que le decía tío. Tiempo después su carrera de pintor empezó a despegar”, señala a Culto. Lo recuerda como “muy tranquilo, un buen conversador, medio bohemio, pero no era un hombre de excesos”.

Pereira está detrás de la Fundación Santos Guerra, una nueva iniciativa que busca poner en valor la obra del pintor. Su lanzamiento será este martes en la trattoria Danoi, uno de los locales de los que era particularmente cercano.

Asegura que su interés consiste en destacar su trabajo pictórico, pero también su biografía. “Queremos volver a poner al personaje y a través del personaje, su obra, o viceversa, su obra y a través de la obra, el personaje”, indica.

Dentro de los planes de la fundación está elaborar un catálogo, organizar exposiciones y realizar talleres de pintura dedicados a niños. Lo primero apunta a agrupar la obra completa del pintor: gran parte de las obras de Santos Guerra está en manos de particulares. Pereira, quien oficia como presidente del directorio de la fundación, espera que cuando llegue el momento de realizar una convocatoria el llamado sea exitoso.

Más adelante, si logran coordinar a los locatarios, espera realizar una ruta gastronómica de Santos Guerra. Una iniciativa que podría agrupar a los lugares donde el pintor dejó su obra, entre otros, el restaurante Happening (avenida Apoquindo), en el Da Noi (avenida Italia) y El Ciudadano, (calle Seminario).

El presidente del directorio comparte su temor ante la posibilidad de que la obra de Santos Guerra –fallecido el 7 de febrero de 2016, a los 77 años– caiga en el olvido. “Puede que hoy en día las personas de 30 no tengan idea quién es Santos Guerra. Si no tomas su figura y la vuelves a poner en valor, se va a olvidar, se va a olvidar o sólo va a quedar el mito. Nosotros no queremos que se olvide”.

“La gracia de Santos Guerra es que no tenía ninguna formación académica. Era un tipo que se fue a comprar unas acuarelas, empezó a pintar unas tablitas y comenzó a ser muy conocido en un circuito. específicamente Providencia, Santiago, y Ñuñoa”, sostiene. “Era un reconocimiento más de la calle, en el mejor sentido de la palabra”.

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