A fines de 2013, Netflix y Marvel hicieron un anuncio de esos que sacuden la industria. Habían alcanzado un acuerdo para que el Universo cinematográfico de Marvel llegara a la plataforma pero no en películas, sino en series, dándoles historias extendidas a personajes más y menos conocidos.

El primero en aterrizar en su pantalla fue Daredevil, un abogado ciego con grandes habilidades para las artes marciales y una audición superpoderosa, que lucha contra el mal en la ciudad de Nueva York, donde el líder del bajo mundo es el mafioso Wilson Fisk.

Este sin duda fue un inicio estimulante; la serie tuvo tres buenas temporadas, consiguiendo incluso algunas nominaciones a premios de mediano tamaño, y abriendo paso para pensar que se vendrían más éxitos. Pero lo que siguió fueron altos y bajos, y todo llegó a su fin en 2019, cuando la sociedad entre ambas empresas terminó, y Daredevil -junto con Jessica Jones, Luke Cage, Iron Fist y The Punisher- quedó sin casa televisiva.

Los factores que llevaron a este quiebre entre Netflix y Marvel fueron varios, pero entre ellos estuvieron algunos malos ratings y críticas, y también el hecho de que Disney, la compañía dueña de Marvel, se estaba preparando para lanzar su propia plataforma.

Es así como Daredevil está de regreso cinco años después de su capítulo anterior, en una nueva casa (Disney+) y bajo un nuevo título (Daredevil: Born Again), pero con los mismos nombres en pantalla y continuando la misma historia. Charlie Cox está de regreso en el papel principal, y Vincent D’Onofrio vuelve a ponerse en la piel de Fisk, y con ellos se retoma la historia que Netflix dejó atrás.

Con dos episodios estrenados, el inicio de este revival definitivamente da para entusiasmarse. Es una serie entretenida, bien actuada y realizada, y también muy jugada, que en sus primeros 15 minutos pega un duro golpe y no mira atrás, sino que sigue adelante con lo que se vislumbra como una temporada oscura y sin muchas risas, donde Daredevil deberá luchar contra enemigos que parecen demasiado poderosos para ser vencidos, y donde no parece que la trama sea algo secundario que sucede entre escenas de acción, sino que un cuidado guión con una historia que contar.

Y si bien la nueva serie retoma la trama anterior (y de seguro es buena idea ver las primeras temporadas antes de entrar a esta para no correr riesgo de perderse), también introduce nuevos nombres, aliados y enemigos, para entregar una historia que equilibra lo conocido con lo nuevo. Un inicio auspicioso del que puede ser un buen nuevo capítulo para Marvel en la pantalla chica.