Cuando la frontera se tiñó de sangre: el Teniente Merino y una muerte que tensionó a Chile y Argentina

Teniente Hernán Merino
Cuando la frontera se tiñó de sangre: el Teniente Merino y una muerte que tensionó a Chile y Argentina

Un enfrentamiento en la zona de Laguna del Desierto, en la noche del 6 de noviembre de 1965, fue lo que terminó con la vida del teniente de Carabineros Hernán Merino, quien acudió a resguardar la frontera con otros efectivos. La noticia solo se conoció dos días después en Chile.


Fue un incidente fronterizo en la zona de Laguna del Desierto, en 1965, entre policías chilenos y gendarmes argentinos el que terminó con la vida del teniente de Carabineros Hernán Merino Correa. Todo se originó después de que el 4 de octubre de 1965 la gendarmería argentina notificara al colono chileno Domingo Sepúlveda, que debía dirigirse a Río Gallegos para regularizar la situación de su terreno. Este, compungido por la situación acudió ayuda al retén de carabineros de lago O’Higgins, el cual envió efectivos a la zona de puesto Arbilla el 17 de octubre.

Por entonces, había tensiones por ese territorio, que dos sucesivas instancias arbitrales (Tratado de Límites de 1881 y un posterior fallo de la Corona Británica de 1902) lo habían entregado a Chile. Pero, como asegura Guillermo Parvex en su libro Teniente Hernán Merino. Centinela de la frontera (Ediciones B), aunque si bien los gobiernos de Chile y Argentina, bajo Eduardo Frei Montalva y Arturo Ilia, respectivamente, tenían buenas relaciones, lo cierto es que un grupo de uniformados exaltados allende Los Andes pensaba forzar los hechos de otra manera.

Claramente la cúpula militar argentina se sentía muy incómoda por el liderazgo político a nivel latinoamericano que ejercía el presidente chileno Eduardo Frei Montalva, que estaba empujando importantes cambios políticos y económicos continentales, de los cuales el mandatario argentino, Arturo Ilia, era un ferviente seguidor -señaló Parvex a Culto-. Los mandos argentinos, liderados por los generales Juan Carlos Onganía, Julio Alsogaray, Pascual Pistarini, entre otros oficiales, se sabían muy desprestigiados ante la ciudadanía argentina por el desastre dejado por las anteriores dictaduras militares. Elaboraron un plan que les permitiera primero mejorar su imagen ante los argentinos, apelando al nacionalismo, para posteriormente hacerse del gobierno y frenar los cambios sociales que impulsaba el presidente Arturo Ilia. Generaron un conflicto artificial en Laguna del Desierto y a través de su campaña comunicacional, culparon al presidente Ilia de no defender los intereses soberanos argentinos”.

teniente Merino wsp
Teniente de Carabineros, Hernán Merino.

“La tercera etapa era emboscar premeditadamente a la patrulla chilena, con un grueso contingente enviado desde Buenos Aires y generar el incidente. Con ello lograron lo propuesto: mejorar su imagen interna y desprestigiar al gobierno de Arturo Ilia y así impedir que Argentina siguiera la estela de progresismo de Chile, incluyendo la importación de la experiencia chilena de la Reforma Agraria. Así, a costa de este incidente y de la vida del teniente Merino, pavimentaron el camino para un golpe de Estado, que se dio siete meses después, cuando Onganía asume como presidente de facto por cuatro años”.

Entonces, el 6 de noviembre de 1965 un grupo de Carabineros, entre los que se encontraba el teniente Merino, se encontraba en el lugar para vigilar el sector. Y como se esperaba, la zona estaba presta a ser invadida por una avanzada de la Gendarmería Argentina. Esa noche, los Carabineros chilenos enfrentaron a los Gendarmes argentinos. Hubo solo un tiro, el del alférez argentino Luis Cayetano Quijano. “Parapetado tras el tronco de un árbol, apuntó con frialdad su fusil FN al pecho del teniente y apretó el disparador”, señala Parvex en su citado volumen. Ese es el nombre del asesino.

Como señala Parvex, Quijano fue un uniformado que acumuló un prontuario como criminal. “Cuando falleció, cincuenta años después de esta emboscada, cumplía arresto acusado de otros noventa y ocho homicidios calificados y delitos de secuestro cometidos en la década del setenta, en la Provincia de Córdoba, durante la dictadura militar argentina”.

Teniente Hernán Merino
La Nación, 8 de noviembre 1965

En su libro, Parvex cita la declaración posterior de uno de los uniformados. “Vi por lo menos unos cien gendarmes con sus fusiles ametralladora”. Los chilenos, que no llegaban a la decena, fueron trasladados como prisioneros a Rio Gallegos. Recién dos días después fueron todos devueltos a Chile. La noticia se supo unos días tarde en nuestro país, el 8 de noviembre.

Consultado por Culto, Parvex estableció a su juicio las responsabilidades de lo ocurrido: “En este caso, la responsabilidad recae sobre el gobierno de turno, que actuó con la característica permisividad y apocamiento ante todos los conflictos limítrofes que hemos tenido con Argentina, que son muchos. Pero sí hay que rescatar que posterior a este incidente, Frei Montalva tomó la decisión de recurrir, contra la voluntad argentina, al Tribunal Arbitral Británico, por la nueva disputa surgida por el canal Beagle. Chile, a mi modesto parecer, nunca ha tenido una real política de Estado en cautelar nuestra soberanía y de esta manera, en dos siglos, hemos perdido el 53% de nuestro territorio original, acordado por los próceres al momento de la independencia”.

Sigue leyendo en Culto

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.