Una reflexión en torno a la naturaleza y una alerta ante la extinción de los ecosistemas, es lo que propone Proyecto Emovere con su nueva obra Espectra, que podrá visitarse hasta el 15 de junio en el Centro Cultural CEINA (Arturo Prat 33, Santiago). Espectra se compone de una instalación interactiva, con una coreografía que se vale de la voz y otros sonidos. El estreno de la performance será el viernes 30 de mayo a las 18h.

En Espectra, lo sonoro es un vestigio -o espectro- de seres vivos que podrían desaparecer. De esta forma, los cantos de anuros, es decir, sapos y ranas, son el puntapié inicial para una inmersión en un hábitat húmedo y vivo, con obras del artista sonoro Javier Jaimovich y la artista visual Mónica Bate. En fechas específicas, la instalación es activada por una coreografía creada a partir del canto de estos animales, interpretada por Francisca Morand, Sara Lecaros y Eleonora Coloma. A lo largo de las presentaciones, los cantos son propagados, multiplicados, difuminados e intervenidos por diversos elementos tecnológicos.

“Este trabajo es una alerta sobre la extinción de hábitats con una fauna específica. Si nos mantenemos en el mundo urbano, es difícil ver el impacto humano en la naturaleza, porque no estamos sensorial, ni corporalmente conscientes. Esta obra es una invitación a despertar una sensibilidad frente a las consecuencias humanas en el mundo de una manera no racional”, cuenta Francisca Morand, integrante de Proyecto Emovere, compuesto por académicos de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.

Con cruces interdisciplinarios entre ciencia, arte sonoro, voz y danza, Espectra instala preguntas sobre la preservación del medio ambiente, la voz como dispositivo de memoria y su resonancia como un recordatorio de la extinción de nuestro mundo.

“El proyecto se gesta desde lo que implica la muerte y la extinción a nivel macro y de aquello que queda resonando después, de lo que ya no existe, pero sigue teniendo resonancias en el presente. Podríamos pensar que el recuerdo visual es imperecedero, porque siempre se puede volver a imágenes o fotografías, pero lo sonoro es mucho más efímero e inasible, de ahí nace la palabra Espectra, es lo espectral que está y no”, explica Morand.