De Cannes a la gloria en los Oscar: cómo el triunfo de Anora podría cambiar las reglas del juego

La gran ganadora de los Premios de la Academia inició su recorrido en mayo de 2024, cuando debutó en el certamen francés y alzó la Palma de Oro. Este domingo se convirtió en apenas la cuarta cinta en obtener ambos reconocimientos. Pero no sólo eso: por primera vez las películas estrenadas en ese festival totalizaron nueve estatuillas en la gala celebrada en Los Angeles.
La 97° edición de los Oscar terminó con un resultado inapelable: el triunfo de Anora, que conquistó los premios a Mejor película, Mejor director, Mejor actriz, Mejor guión original y Mejor montaje. Solo se le escapó el reconocimiento a Mejor actor de reparto, galardón que –tal como se pronosticaba– terminó en manos de Kieran Culkin.
Fue la coronación de un filme que comenzó su recorrido nueve meses antes. El Festival de Cannes, que en ediciones anteriores había exhibido otros trabajos de Sean Baker (Proyecto Florida, Red rocket), acogió su estreno mundial en mayo de 2024. Encumbrada como una de las cintas más elogiadas por la crítica durante el certamen, el jurado le entregó la Palma de Oro, una distinción que no recaía en una producción estadounidense desde El árbol de la vida (2011), de Terrence Malik.

La comedia dramática de Baker se transformó en apenas la cuarta ganadora de Cannes en imponerse como Mejor película en los Oscar. ¿La anterior? Parasite (2019), que en la gala de febrero de 2020 totalizó cuatro estatuillas y se convirtió en el primer largometraje no hablado en inglés en triunfar en la categoría principal de los Premios de la Academia.
La racha no se reduce a Anora. La edición 2024 de Cannes también contó en su programación con Emilia Pérez, La Sustancia y Flow, todas reconocidas en la ceremonia realizada este domingo en el Dolby Theatre de Los Angeles. En total, las cintas estrenadas en el festival francés totalizaron nueve galardones, muy por encima de la cosecha del año anterior (tres, gracias a dos trofeos de Zona de interés y uno de Anatomía de una caída).
“Es al menos un récord reciente y puede que incluso sea un récord histórico”, señaló Deadline, medio que se puso en contacto con la organización del festival para buscar un registro similar.
La contundencia de esa marca y los triunfos de Parasite y Anora invitan a pensar que Cannes ya no sólo es el festival donde los directores más reputados del mundo estrenan sus nuevos filmes o la cita más glamorosa del cine, sino que un hito ineludible en la carrera por los Oscar.

Cannes siempre es un encuentro que concentra las miradas de los diferentes actores del mundo del cine, donde año a año realizadores de distintos lugares llegan para estrenar sus cortos y largometrajes, pero ahora parece redoblar su importancia para la industria hollywoodense: se ha empezado a transformar en la cita donde podrían estrenarse las próximas aspirantes a las estatuillas doradas.
Ese estatus le suele pertenecer a los festivales del segundo semestre: Venecia, Toronto y Telluride, un pequeño festival que se realiza en Colorado y que el año pasado acogió el debut de Cónclave, el thriller sobre la elección de un nuevo papa, que sumó ocho nominaciones a los Oscar y consiguió el premio a Mejor guión adaptado. Venecia recibió los estrenos de El brutalista y Aún estoy aquí, que recibieron tres y una distinción, respectivamente.
Uno de los factores para explicar ese fenómeno es la internacionalización de la Academia: se calcula que cerca del 30% de los miembros de la organización provienen de fuera de Estados Unidos, una fracción que –se puede especular– está más pendiente de Cannes que sus pares norteamericanos. Ese cambio en la institución ha coincidido con que entren en competencia títulos que en otra época difícilmente hubieran logrado un espacio en el listado de ganadores. Desde la mexicana Roma (2018) se ha vuelto habitual que haya una (o hasta dos) cintas no habladas en inglés entre las nominadas a Mejor película. Este año esa posta la tomaron Emilia Pérez y Aún estoy aquí, ambas además nominadas a Mejor película internacional.
Los análisis también apuntan a que esa composición más heterogénea ha impactado en otras categorías. En Mejor película animada se cumplieron dos años en que la ganadora proviene de fuera de Norteamérica (El niño y la garza en 2024 y Flow este año) y tres desde que la ganadora no pertenece a Disney o Pixar. En Mejor documental, donde antes era habitual encontrarse con producciones sobre célebres personalidades, la procedencia de los nominados es cada vez más diversa.

Hay que ver si el fenómeno se prolonga en el tiempo, pero por lo pronto este año la atención sobre Cannes será mayor a la normal. La programación de la próxima edición (entre el 13 y el 24 de mayo) se anunciará en abril, y se especula que tendrá los nuevos trabajos del noruego Joachim Trier, el húngaro László Nemes, el estadounidense Noah Baumbach y el chileno Sebastián Lelio, todos ya premiados o nominados a los Oscar.
La actriz Juliette Binoche será la encargada de presidir el jurado de la competencia, mientras que Brasil será el país de honor en el Mercado de Cine de Cannes.
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