Enrique Lihn, el regreso del bardo sentimental y mordaz

Enrique Lihn wsp
Enrique Lihn, el regreso del bardo sentimental y mordaz

A simple vista, se llama el reciente compilado que reúne parte de la obra del fundamental poeta chileno. En sus páginas, se repasa su obra a medio camino entre lo desparramado, lo reflexivo, lo arrojado, lo sentimental y lo mordaz. Acá lo revisamos junto a su compiladora, la poeta y editora Milagros Abalo.


A la obra de Enrique Lihn Carrasco, uno de los poetas chilenos más notables del siglo XX (y uno de los favoritos del Presidente Gabriel Boric, quien lo ha citado más de alguna vez) con una lírica original a medio camino entre lo desparramado, lo reflexivo, lo arrojado, lo sentimental y lo mordaz, le faltaba una antología en formato económico. Al menos eso pensaron en el Fondo de Cultura Económica (FCE), la tradicional casa editorial mexicana con oficinas en Chile. Por ello, decidieron dar un repaso por los poemarios que Lihn publicó en vida.

A simple vista, entonces, se llama la compilación, que tiene la particularidad de comenzar rescatando versos de Poemas de este tiempo y de otro (1955), uno de sus primeros poemarios, pero que con el tiempo Lihn se esforzó por dejar un poco a la sombra, pues siempre consideró al ineludible La pieza oscura (1963) como su verdadero debut. Aunque eso sí, en la antología que el mismo Lihn dejó antes de su muerte (Álbum de toda especie de poemas, de 1988) sí incluyó a Poemas de este tiempo y de otro.

De ahí a que la poeta y editora Milagros Abalo, encargada de esta antología, haya comenzado con ese libro para la antología. “El inicio, pienso, no lo marcan los especialistas sino los lectores y las lectoras -comenta a Culto-. Poemas de este tiempo y de otro tiene sus poemas, por lo menos el par que aparece en esta selección y que vale la pena conocerlos para quienes no los conocen, y para los que sí, vale la pena releerlos”.

Enrique Lihn

Por estas páginas nos encontramos con momentos de la carrera de Lihn donde hablaba de las familias (como en Navidad), el fin de la vida (Monólogo del viejo con la muerte y su mismo Diario de muerte), la literatura (Porque escribí), los viajes (como en A partir de Manhattan) y los poemas políticos (como El paseo Ahumada). Estos dos últimos motivos los fue incorporando en el transcurrir de su trayectoria, así lo comentó él mismo en el prólogo de 1988 del mencionado Álbum de toda especie de poemas.

“Sólo a los treinta y cinco años salí por primera vez de Chile rumbo a Europa, con una beca de museólogo, otorgada por arte de birlibirloque. Al sentimiento de incompletud que había llegado a la euforia verbal en La pieza oscura, se sumó ‘para siempre’ el tema del viaje en muchos de mis libros, a partir de Poesía de paso. Sólo he vivido en Chile, pero he muerto -con perdón- de ciudad en ciudad”.

Y sobre la poesía política, sostuvo: “Su referente es la horrorosa dictadura de un capitán general, y nada más. El espíritu de negación carece de proyectos y no profetiza. Su trabajo consiste, en este caso, en abarcar el carácter intolerable de una situación, no en remediarla. Lo demás es discurso político o profecía. Yo me aferro a la literatura que, como es la precariedad misma, no debe engañar”.

Enrique Lihn wsp

Eso sí, en este compilado hay una omisión: Al bello aparecer de este lucero, el poemario que escribió en 1983 obnubilado por un romance que comenzaba con la periodista Claudia Donoso. Como editora, Abalo nos explica en qué basó su selección: “Partiendo de la base que toda selección es arbitraria, dentro de esa arbitrariedad traté de elegir no solo los poemas que me parecen mejores, sino también los más representativos y que en su conjunto arman un buen panorama de su obra”.

Para Lihn, el corazón de su obra estaba en la fragilidad, aquello en donde no nos sentimos cómodos, pero también en la espina de lo mordaz. “La desdramatización y el dramatismo son el diástole y sístole de mi escritura, pulsión que se acelera en los muchos poemas que llevan por título La despedida, Pena de extrañamiento, etc., incluyendo La pieza oscura, donde el país extranjero es la infancia; el visitante, la memoria; y donde de estos electrodos brota, en el lenguaje, la fantasmagoría que se refleja en él; pues el lenguaje es, también, un fantasma y el poema, materialización”.

Enrique Lihn

De todos esos Lihn, que al final son uno, Milagros Abalo tiene claros sus momentos estelares: “Me gustan muchos: Poesía de paso, La pieza oscura. Diario de muerte fue una lectura rotunda. A La musiquilla de las pobres esferas le tengo especial cariño porque fue el primer libro que leí de Lihn y por lo tanto marcó mi relación con la poesía. Fue una especie de bienvenida”.

¿Cómo definirías la voz poética de Lihn?

Una voz súper versátil, capaz de escribir de manera profundamente sentimental, y a la vez ser firme y mordaz para referirse a ciertas grietas de lo social, de lo político, etc. En esos desplazamientos Lihn fue armando una voz múltiple y consistente, sin temor. Pura riqueza la de ubicarse en muchos lugares.

Enrique Lihn wsp

Sigue leyendo en Culto

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.