Exposición que reúne obra visual de Mon Laferte y Violeta Parra llega a México: “No pretende equiparlas, sino homenajear a Violeta”

La exposición Recolectoras, presente en el Museo de Arte de la Universidad de Guadalajara, celebra el legado de Violeta Parra, fusionando su arte textil con el de Mon Laferte. A través de arpilleras, música y proyecciones, el homenaje partió con un concierto que incluyó a Javiera Parra. Las principales voces tras esta iniciativa reflexionan sobre los puntos de encuentro entre ambas artistas y sus obras visuales.
En marzo de 2024 se comenzó a pensar en Violeta Parra como figura fundamental de la 10° Feria Internacional de la Música de Guadalajara (FIM GDL). “Sergio Arbelaez (director de la instancia) tuvo la idea. El año pasado fue Patti Smith, así que cuando nos contó de este proyecto, nosotros quedamos enamorados y comenzamos a pensar en cómo incrementar esta exposición”, recuerda Javiera Parra. La artista y nieta de la folclorista respondió el llamado de Culto desde México, antes del concierto homenaje que realizó junto a Mon Laferte y Camilo Salinas. Esta presentación dio inicio al gran evento cultural, que se realiza en la Universidad de Guadalajara.
La idea era mostrar a la voz de Gracias a la vida de forma integral. Por lo tanto, el director de la FIM, Sergio Arbelaez, le solicitó a la curadora Beatriz Bustos que levantara una exposición que incluyera la obra visual de Violeta Parra, en conjunto con la de Mon Laferte. De esa forma nació Recolectoras, exposición disponible en el Museo de Artes de la Universidad de Guadalajara (MUSA) desde el 26 de febrero.

“Fue muy bonito ver las primeras reacciones de la gente, porque hay un montón de personas que no tenían idea que la Violeta tenía todo este otro espectro visual”, dice Javiera Parra.
La obra central de la exposición es La Huelga de los campesinos, una arpillera de tres metros confeccionada por Violeta Parra. Esta fue llevada hasta México desde la sede de Quinta Normal del Museo Violeta Parra (MVP), al igual que otras dos arpilleras: La Brujita y La Cuequita. La directora del recinto, Denise Elphick, destaca que ya 6 mil personas han visitado la iniciativa en una semana.
“A mí me tocó ver presencialmente el interés, sobre todo de niños y adolescentes que iban a la muestra. Hay un dato que es importante, que gracias a esta muestra se nos acercó la Secretaría de Educación de México, para poder trabajar algunos escritos sobre Violeta Parra y que se incluyan en textos educativos de México. Tenemos el deber también de expandir su legado a toda Latinoamérica”, dice la directora del MVP.

Mon Laferte se sumó a Recolectoras por pedido de la curadora. “Curatorialmente, para esta muestra, le pedí a Mon confeccionar una obra que dialogara con La Huelga de los Campesinos, de las mismas medidas—recuerda Beatriz Bustos—. La invitación fue así: ‘tal como Violeta borda y expresa su visión de la ruralidad, de la vida del campo, de la lucha de los trabajadores del campo en aquella época, ¿qué quieres hacer? ¿Qué obra harías para expresar lo que a ti te mueve, ese anhelo de justicia del que tú siempre hablas y que se refleja en tus canciones?’ ‘Mon dijo: yo quiero hacer una arpillera sobre la violencia hacia la mujer, porque así como Violeta recoge esto, para mí es importante visibilizar aquella violencia y abuso hacia las mujeres’”.
Esa inspiración dio origen a la arpillera La Huelga de las Putas, confeccionada por la cantante. Además, se suman al mismo muro de la exposición 15 arpilleras elaboradas por mujeres colaboradoras de la Fundación Artesanías de Chile, que trabajaron directamente con Mon Laferte. “Cada una de ellas se reunió con Mon en un espacio privado, por Zoom, y le fueron contando su vida, sus grandes dolores, culpas y alegrías— profundiza Bustos—. Mon, en respuesta a esta conversación, les hizo un dibujo inspirado en esas historia de vida, y se lo despachamos a cada una. Estas mujeres después hicieron una arpillera, que son las mismas que se colgaron en Autopoética, en Matucana 100″.

Recolectoras también cuenta con otro apartado, que incluye tres imágenes de ambas músicas en su quehacer cotidiano, más vinilos, CDS y afiches de conciertos. Además, se pueden apreciar proyecciones de fragmentos de películas antiguas, que muestran la ruralidad de la época de Violeta Parra, y videos de ambas artistas.
Bustos destaca que se tomaron todas las medidas de conservación adecuadas para el traslado de las obras de Violeta Parra desde Chile a México. “Para el transporte las obras viajaron con courier, conservador, y con una compañía especializada en arte; la arpillera La Huelga de los Campesinos está inclinada como corresponde colgar las obras textiles, de acuerdo a los estándares internacionales, así mismo la climatización de la sala es adecuada”.
Asimismo, detalla que se solicitaron todas las autorizaciones de derecho de uso de las obras, tanto al Museo Violeta Parra como a Mon Laferte.
La exposición cuenta con financiamiento mixto, a través de una colaboración entre la FIM de Guadalajara, la Universidad de Guadalajara, PortAmérica, el Ministerio de las Culturas de Chile; la División de las Culturas, las Artes, el Patrimonio y la Diplomacia Pública (DIRAC); ProChile y Chile Música.
“Ha sido muy difícil llegar hasta acá—cuenta Javiera Parra sobre el despliegue para llevar la música de Violeta Parra al festival mexicano —. Para mí también fue muy difícil reunir los fondos para venir con mi banda, que somos seis personas. Como siempre en la cultura, todo se ha hecho a pulso, desinteresadamente, y con el único fin de poder estar presente. Detrás de esto no hay ningún tipo de financiamiento de ninguna marca, todo hecho a pulso y con pura voluntad”.
Manuel Lagos, director de Evolución Producciones, a cargo del despliegue musical del homenaje, cree que es fundamental “profundizar la relación cultural entre Chile y México, y tratar de hacer lo mejor para que nuestras figuras y patrimonio se vean”.

Puntos de encuentro: Mon Laferte y Violeta Parra
La obra visual de Mon Laferte fue cuestionada estas últimas semanas, a raíz de una carta firmada por más de 500 artistas visuales y trabajadores del rubro, quienes criticaron el espacio que se le da a “figuras del espectáculo” en grandes museos y galerías, en desmedro de otros artistas con más trayectoria. En las conversaciones originadas por el debate, también se cuestionó que se posicionara la obra visual de Violeta Parra a la par de la Mon Laferte.
“En el mundo de las artes, así como en el mundo de la música, siempre hay gente más ortodoxa que tendrá sus visiones—reflexiona Javiera Parra—. Acá no hay una comparación de decir estas personas tienen el mismo nivel o están compitiendo. Me parece que la base del arte es colaborar siempre, no entiendo ese discurso, no lo comparto. Acá hay un experimento, que es poner a dialogar algunas obras de Mon con obras de Violeta Parra, como una fuente inspiradora. Ella la tributa desde un lugar muy humilde, es un homenaje”.

“Mon es una confesa y ferviente admiradora de ella. Siempre declara que es una de sus inspiraciones más grandes en la música y en la vida como persona—continúa Javiera Parra—. La idea de invitarla en este momento; en que ella es una chileno-mexicana que habita acá, tiene un hijo en México; tenía mucho sentido, igual por todo su trabajo con las arpilleras”.
Beatriz Bustos, quien ha sido curadora de las exposiciones anteriores de Mon Laferte como Autopoiética y Mon Laferte. Te amo, sostiene que no se trata de equiparar, sino de “ver como 50 años después, para este artista (Mon Laferte), Violeta Parra ha sido una inspiración. Es importante lo que dijo Javiera en la conferencia de prensa, que ojalá muchas personas más de diferentes ámbitos, desde las artes visuales a la música, se inspiren en Violeta. Lo que ha sido Violeta para Mon es una inspiración, y la curatoría no pretende equiparlas, sino homenajear a Violeta”.
La exposición, que estará hasta el 11 de mayo en el MUSA, es de carácter gratuito, a diferencia de las anteriores exposiciones de Mon Laferte que se han realizado en Chile. Sobre si a la cantante se le retribuyó económicamente por sus obras expuestas en México, Bustos aclara que no, que “las obras son de ella y se dan en préstamo para la exposición”.
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